TRAMPAS EN EL SOLITARIO DEL EMPLEO

En la España actual tener un contrato de trabajo no garantiza estabilidad ni poder llegar a fin de mes

 

En cualquier país normal, democrático y con un gobierno al servicio de sus ciudadanos, y respetuoso con la libertad de empresa y el libre mercado, podría parecer una sublimación del surrealismo o una broma de mal gusto, pero aquí y ahora es tan real como la vida misma. Porque resulta que el país con más de 3,2 millones de parados reales, líder destacado en el desempleo de la UE duplicando la tasa de paro de los veintisiete, es también el Estado que más palos pone en las ruedas para crear nuevos puestos de trabajo, mientras distorsiona deliberadamente las estadísticas de empleo.

 

Como destacaba el último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) la contrarreforma laboral de las ministras Calviño y Díaz ha posibilitado una drástica reducción de los contratos temporales, “sin variación alguna de la flexibilidad de los contratos indefinidos ordinarios”. Al tiempo que ha fomentado el uso de otras variantes de la contratación indefinida que “ofrecen menos estabilidad, como el contrato fijo discontinuo”, fomentando la precariedad laboral, hasta el punto de que en la España actual tener un contrato de trabajo fijo no garantiza la estabilidad en el empleo ni poder llegar a fin de mes.

 

De hecho, y de acuerdo con los últimos datos oficiales los demandantes de empleo ocupados, denominación que incluye a los fijos discontinuos que no están trabajando, se elevan ya a 1.166.780. Son personas que el Gobierno no contabiliza en los datos del paro registrado que el Ministerio de Trabajo comunica cada mes y que se corresponden con ese más de un millón en situación de subempleo que evidencia la oficina de estadísticas comunitarias, Eurostat.

 

Pero no son sólo Fedea o Eurostat, también el Instituto de Estudios Económicos (IEE), denuncia en su último informe sobre la situación económica los altos costes laborales a los que se enfrentan las empresas en España, que contribuyen con un 32,2% a la recaudación total, frente al 25% de promedio de la Unión Europea. Situación ante la que el presidente de este organismo, Íñigo Fernández de Mesa, demandaba una reforma del sistema fiscal, advirtiendo de que las medidas del Gobierno “están haciendo que se eche más leña al fuego” y no contribuyen a revertir la situación económica de las compañías.

 

Empresas que, han visto aumentar sus costes salariales en un 15% y que se enfrentan ahora a una nueva subida de entre el 7 y el 9% en las cotizaciones sociales, un auténtico impuesto al trabajo, consecuencia de una reforma de la Seguridad Social que está siendo cuestionada tanto dentro del país como en las instituciones europeas.

 

Los datos comparados con nuestros socios europeos muestran que las cotizaciones sociales en España representan hoy el 9,9% del PIB nacional, 2,5 puntos por encima del 7,3% de media en el conjunto de la UE, lo que afecta gravemente a la competitividad empresarial y paraliza o deteriora la inversión y la creación de puestos de trabajo. Este último hecho se pone de relieve con los datos de contratación que llevan prácticamente once meses consecutivos de caída y en el acumulado enero-noviembre suman 14.328.052 contratos realizados, lo que supone 2.792.374 contratos menos (-16,31%) que en igual periodo del año anterior. Como explican los responsables del Gabinete de Estudios de USO, “hay un frenazo a la contratación, y muy especialmente de la contratación indefinida, una caída del 8,58% en variación interanual” mientras se preguntan “¿por qué el empleo y la contratación están decreciendo con más de 3,2 millones de parados?”

 

Y para finalizar la fiesta, el Gobierno español vuelve a despreciar el diálogo social para claudicar nuevamente ante los socios que le mantienen y le mandan -en esta ocasión el PNV- aprobando la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los nacionales, que supone un atentado a la unidad de mercado, a la igualdad y a la competitividad.

 

Todo esto ocurre en un escenario de ralentización del crecimiento económico que está afectando ya al empleo, frente a la cual quien maneja las cartas desde el Ejecutivo sólo dedica a hacerse trampas en el solitario, multiplicar subsidios y repartir miseria ante su incapacidad para crear puestos de trabajo estables y de calidad.

 

Fuente: El Economista Trampas en el solitario del empleo (eleconomista.es)

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