No es la norma más importante de los últimos años ni es especialmente costosa para el crecimiento económico, el empleo o los precios.
Además, en este caso no podemos echarle la culpa al Gobierno, porque viene de Europa.
Eso sí, es de lo más toca c…j…n…s que se recuerda
Con la ideíta de obligar a que los tapones de las botellas de plástico tengan que quedar unidos al resto del envase tras su apertura coges una botella de la máquina del vending o de la nevera, la abres, le das un trago… y el taponcito empieza a dar por saco: un poco de leche derramada, un ligero arañazo en la mejilla o una botella que cierra mal y pierde líquido en el frigo. Dicen que al obligar a que los plásticos vayan pegados a las botellas es más fácil gestionar la basura y hay menos contaminantes perdidos por ahí.
La persecución al plástico (el material que más bienestar y crecimiento ha generado en los últimos dos siglos) está provocando algunas de las legislaciones más estúpidas que uno recuerda similar a la prohibición de las pajitas (ahora nos obligan a beber con un infecto tubito de cartón, que sabe como si estuvieras lamiendo un periódico y se deshace si la bebida está muy caliente o muy fría).
De acuerdo con que la prioridad debe ser el medioambiente, casi a cualquier coste. Por un lado, es evidente que algo ganaremos porque habrá menos taponcitos sueltos perdidos por ahí, pero, por ejemplo, si se te cae el líquido puede que tengas que lavar la ropa (más uso de jabón y agua) o limpiar el frigo (también con agua y jabón) o comprarte una segunda botella sin haber consumido la primera. También vamos a manchar más vasos pues con los nuevos cierres beber a morro ahora es casi misión imposible y usaremos más vasos que antes, vasos que hay que lavar. El saldo neto en términos, por ejemplo, de agua no está nada claro.
Con las botellas de agua antiguas, era habitual rellenarlas varias veces sucesivamente antes de tirarlas, pero ahora si no nos fiamos del cierre, esta reutilización será menor (lo último que quieres es que la botella de agua se te abra en el bolso o la cartera). También el trasvase de líquido entre botellas (de una grande a unas pequeñas) se convierte en una lucha entre dos tapones.
Pero ¿se usará más o menos plástico tras la media de los tapones imperdibles? No está nada claro que el saldo final sea más verde. No sería la primera vez que ocurre pues en el caso de las pajitas de plástico que al pesar menos que las de cartón-papel al fabricarlas y transportarlas las emisiones son menores. En el caso de las bolsas de plástico de nuevo, el ciclo de vida de fabricar y transportar una bolsa de plástico es muchísimo menos costoso en términos de emisiones, agua, transporte, … que una de papel o algodón. Hay estudios que dicen que habría que usar la de papel 15-20 veces para que fuera más verde que la de plástico, nosotros no conocemos a nadie que use de media 15-20 veces la misma bolsa de papel.
Para lo de los tapones, otra opción sería ponerle precio: por ejemplo, que la botella con tapón despegable sea 5-10 céntimos más cara que las nuevas, y el dinero que recaudes, lo utilizas para financiar políticas verdes o lo que quiera el Gobierno, que para eso está. ¿Alguien ha hecho un análisis de coste/beneficio? ¿Cuánto nos ahorramos en reciclaje (si es que nos ahorramos algo)?
Parece admitido que es menos importante el crecimiento que cuidar el planeta, pero si a causa de este tipo de regulaciones, la producción en Europa se traslada a China o India el saldo medioambiental del planeta no será para nada positivo. En Europa sí, podremos felicitarnos porque somos verdes, pero como las nuevas fábricas del mundo estarían en lugares en los que estos temas ni están ni se les espera… nuestra expulsión o encarecimiento de la industria ni siquiera cumplirá su principal objetivo global.
NOTA (que no aclara nada pero entretiene) Legalmente, la Unión Europea aprobó en junio de 2019 una Directiva por la que se reducía “el impacto de determinados productos de plásticos en el medio ambiente”. Según esta norma, tanto el Consejo de la UE como el Parlamento Europeo, señalan que “las tapas y tapones de plástico utilizados en recipientes para bebidas de plástico son algunos de los artículos de plástico de un solo uso que más se encuentran en las playas de la Unión.” Desde esa directiva comunitaria, todos los países miembros deben aplicar medidas para que se regule y respete esta norma. Medida que en España se ha incluido en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, y que obliga a partir del próximo 3 de julio de 2024 a que los envases de plástico de un solo uso lleven este sistema. Comentarios sacados aleatoriamente de internet sobre este asunto “capital”. 1.-El tapón unido a la botella hace difícil beber a morro, pero es similar a cuando en los años ochenta se cambió la apertura de las latas de bebida. Los botes tenían una anilla desprendible, que ahora se queda fija, y parte de la población se quejó de la dificultad para beber con el cierre adherido. 2.-Me parece un invento nefasto, mal ideado. Te cortas los dedos, te cortas los labios, se salta el líquido. Ante su estúpida imposición de hacernos la vida aún más difícil, yo arranco los tapones y los uso como siempre.… Leer más »