SMI, LOS COSTES LABORALES Y EL EMPLEO

EL SMI SUPONE YA MÁS DEL 70% DEL SUELDO MEDIO DE LAS PYMES

Y ES EL MÁS COSTOSO DE LA UE

El Gobierno ha elevado los costes laborales del salario mínimo -medido en cotizaciones sociales con el PIB por ocupado- seis puntos por encima de la media de la UE, lo que ha impedido la creación de 350.000 puestos de trabajo en las micropymes

 

El Gobierno seguirá incrementando la presión sobre los costes laborales de los empresarios «este año y el siguiente y el siguiente y el siguiente». Así lo advirtió este fin de semana el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, que afirmó que continuará subiendo el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta el final de la legislatura. Una situación que está poniendo en una situación límite las finanzas y la capacidad de aguante de las empresas más pequeñas, que suponen más del 90% del tejido empresarial en España. El último incremento, hasta 1.184 euros, aprobado en el último Consejo de Ministros sitúa ya el incremento acumulado desde 2018 –cuando Sánchez formó su primer Gobierno– en el 60,9%. Este despegue exponencial ha impactado de lleno en las pymes, las más afectadas por estos continuos incrementos del SMI. Así, este nuevo aumento sitúa ya el salario mínimo, en términos netos, en el 70% de la remuneración media de la jornada completa de estas empresas.

 

Así lo determina el último estudio de salarios publicado por Cepyme, que constata que la subida del salario mínimo en estos últimos siete años se ha producido mientras los demás costes que afectan a las empresas –ya sean insumos, energía o servicios– también han despegado significativamente. Además, reseña que la subida del SMI ha superado con creces el incremento de las ventas de las pymes, lo que supone un presión adicional sobre los márgenes empresariales, que «limita la capacidad de inversión y reduce la solvencia de las pequeñas empresas», apunta la patronal. A ello se añade que los costes laborales suben proporcionalmente más porque la productividad es más baja. La media por ocupado en el último trimestre de 2024 fue un 2,3% inferior a la de cinco años antes.

 

Menos creación de empleo

Los analistas de Cepyme explican que esto se ha producido porque «se ha debilitado la creación de empleo» en las microempresas que, de haber continuado con la tendencia que mostraban hasta 2018, «hoy deberían contar con unos 350.000 asalariados más».

 

También señala que las últimas subidas del salario mínimo han impactado en la conformación de los salarios en las empresas. «Se ha observado un desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas compañías, incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores. Al comprimirse la pirámide salarial, el plus de remuneración de los puestos con algún grado de responsabilidad disminuye, creando situaciones de insatisfacción por cuestiones ajenas a la empresa». La consecuencia directa es que estos incrementos han influido en la negociación colectiva, «dejando obsoletos muchos convenios en vigor e interfiriendo además en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva que están conformadas en España», apuntan.

 

En el mismo sentido, la patronal de las pymes cree que el aumento del SMI crea «una homogeneidad retributiva que es artificial, en la medida que no tienen en cuenta las diferencias de productividad entre territorios, sectores y tamaños de empresa». Recuerda que la productividad de las empresas más pequeñas es menos de la mitad que la de las compañías de más de 250 empleados, una diferencia que alcanza cotas mayores en algunos sectores y territorios. Esto implica que «cualquier incremento del salario mínimo afecta de forma distinta a los márgenes y la rentabilidad de las empresas, y, por tanto, incide en mayor medida en las de menor tamaño», denuncia, una situación que el nuevo incremento del SMI viene a agravar.

Especial impacto ha tenido en sectores en los que predominan las microempresas, en los que el aumento del salario mínimo «ha sido desproporcionado en relación con la evolución de las ventas». Las empresas de tamaño más reducido tienden a tener una productividad relativa más baja, por lo que sus salarios también son menores. En el caso del comercio y la hostelería correspondiente a bares o restaurantes con un solo establecimiento, el SMI se incrementó desde 2018 casi el doble que las ventas del comercio minorista y más de tres veces que las ventas de las tiendas, bares o restaurantes con un solo establecimiento. Por tanto, para Cepyme, «promover una subida del SMI sin considerar la evolución de las ventas de las empresas empleadoras, conlleva una menor rentabilidad y debilita la capacidad de inversión y creación de empleo que podría derivar en la inviabilidad de algunos negocios».

 

Con las últimas subidas aprobadas, si se compara el salario mínimo de cada país –incluyendo las cotizaciones sociales a cargo del empleador– con el PIB por ocupado –como medida de la productividad general–, España se sitúa en el tercer puesto de la relación más alta, de 29,4%. Eso supera en más de seis puntos porcentuales la media de la UE, que es de 23,1%. Sin embargo, el incremento del SMI hasta los 1.184 euros llevaría esa relación hasta el 30,7%, la mayor en Europa. Y este incremento del salario mínimo se ha producido pese a que la productividad cayó un 2,7% entre 2018 y 2024, frente a un incremento medio para el resto de esos países del 4,7%. El salario mínimo rebasa ya el 60% de la remuneración media de jornada completa en 42 provincias y en 13 autonomías, ha crecido el triple que los precios desde 2018 y su evolución está por encima del valor de las de ventas.

 

El informe también señala que en las micropymes el peso del salario mínimo es mucho mayor y se ha acentuado progresivamente. Entre 2018 y 2022, de media, el SMI ha exigido un esfuerzo adicional a las empresas más pequeñas que llega casi al 30% y ha presionado fuertemente al alza sus costes laborales, elevando «el coste efectivo para el empresario hasta un 75% superior al SMI.

 

Fuente: El SMI supone ya más del 70% del sueldo medio de las pymes y es el más costoso de la UE

 

ASÍ ASFIXIA SÁNCHEZ A LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS

CON LOS COSTES LABORALES

Si analizamos la evolución de los costes laborales, es preocupante, pues desde el IITR-2020 iniciaron una tendencia alcista que sigue creciendo a ritmos superiores al 4% interanual.

De hecho, este dato es más preocupante si analizamos el coste laboral por hora efectiva, ya que, en este caso, el incremento es de un 5,4% interanual.

 

Y ese preocupante incremento se confirma si analizamos sólo el coste salarial, siendo todavía más preocupante, pues crece prácticamente al mismo ritmo que los costes laborales, que empuja a los mismos y que si se sale de la contención salarial mantenida hasta ahora, puede presionar al alza a la inflación en los llamados efectos de segunda ronda, a través de una espiral precios-salarios que, hasta ahora, afortunadamente, no se ha dado.

 

Adicionalmente, el aumento de coste laboral, además de por el componente salarial, se ve presionado al alza por el incremento que se está produciendo de cotizaciones sociales, que, recordemos, puede asfixiar a las empresas. La subida de la cotización adicional iniciada el pasado año, pasando de un 0,6% adicional (0,5 a cargo de la empresa y 0,1 a cargo del trabajador) hasta el 1,2% en 2029 (1% el empresario y 0,2% el trabajador), medida que será mantenida hasta 2050, supondrá una barrera al empleo, encareciendo la contratación de los trabajadores y mermando su renta disponible, que puede desembocar en una caída de contrataciones y de recaudación, perjudicando a la sostenibilidad del sistema. Además, la imposición de una cuota adicional a los trabajadores con base máxima, que en 2025 será un punto adicional, con subidas incrementales de 0,25 puntos, hasta llegar a 6 puntos más en 2045, también elevará los costes laborales.

 

Todo esto, provoca un impacto negativo en el medio y largo plazo en la actividad económica y el empleo, que hará que se pierda productividad y competitividad, mercados y puestos de trabajo. Esos efectos son consecuencias de las políticas seguidas en el último sexenio, donde los costes laborales han crecido exponencialmente respecto de los que había al iniciarse el mandato del presidente Sánchez.

 

Las empresas se encuentra asfixiadas por los costes crecientes lo que hace que el crecimiento potencial o natural de la economía no crezca apenas, elemento que supone una limitación al crecimiento de largo plazo de nuestra economía, debilitándola. Por eso, el camino es el contrario al seguido actualmente, con elementos nocivos para los costes y la productividad, como son la reducción de jornada y la elevación del salario mínimo.

 

Por eso, en estos momentos se hace más esencial que nunca incrementar la productividad y la competitividad de la economía española que nos permita abordar la adecuación del sistema económico español a las nuevas circunstancias. Para ello, hay que eliminar obstáculos a la generación de actividad económica, disminuir gasto e impuestos y reducir trabas burocráticas, a la par que generar confianza, y acabar con la inseguridad jurídica. Si se logra, será el mejor impulso que se puede dar a la economía, no el gasto público, que tiene corto recorrido y deteriora el crecimiento de largo plazo, al no ser sostenible, sino el crecimiento productivo real, que ahora se está atenazando con una política económica equivocada que lo cercena.

 

Fuente: Así asfixia Sánchez a las empresas españolas con los costes laborales – José María Rotellar – Libre Mercado

 

LA SUBIDA DEL SMI EN UN 61% ACELERA LA DESTRUCCIÓN DE PEQUEÑAS EMPRESAS: CASI 25.000 EN LA ERA SÁNCHEZ

Cepyme alerta de que son las más afectadas por el SMI. Según sus cálculos, supone ya más del 70% del salario medio y ha impedido la creación de 350.000 empleos

 

Casi 25.000 pequeñas empresas han desaparecido desde 2018, año en el que Pedro Sánchez llegó a la Presidencia del Gobierno e inició la intensa subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que ya es un 61% superior al de aquel año. La patronal Cepyme alerta de que las compañías de menor tamaño son las más afectadas por este incremento del SMI, que supone ya más del 70% del sueldo medio y afecta negativamente al empleo.

 

En los últimos siete años el Salario Mínimo ha pasado de los 736 euros a los 1.184. En el mismo periodo el número de empresas con entre uno y dos trabajadores ha caído desde las 712.000 hasta las 687.000. Son 24.855 menos, según los datos de la estadística de empresas inscritas en la Seguridad Social, que incluye a todas aquellas que cuentan con al menos un trabajador (quedan fuera, por tanto, los autónomos sin asalariados).

 

España se aleja cada vez más de la cifra de las 700.000 empresas de entre uno y dos trabajadores tras tres años consecutivos de caídas. Con esta destrucción de tejido productivo, el número de personas que trabajan en micropymes ha descendido desde los 945.020 en enero de 2018 hasta los 913.032 en enero de este año. Son 31.988 empleados menos que se han visto obligados a buscar trabajo en otro sitio.

 

De media, desde 2018 se han dado de baja 3.100 empresas al año, afectando a 4.000 trabajadores. Las empresas de mayor tamaño, sin embargo, han continuado creciendo en número y en trabajadores. Según la misma estadística, mientras se perdieron casi 25.000 pequeños negocios, se ganaron otros 38.000 de mayor tamaño, manteniendo los niveles agregados de empresas inscritas en la Seguridad Social por encima de 1,3 millones.

 

Frente al descenso del 3,5% en las empresas de entre uno y dos trabajadores en los últimos siete años, las de entre tres y cinco han aumentado un 0,9%; las de entre seis y nueve, un 7,1%; las de entre diez y 49, un 14,2%; las de entre 50 y 249, un 16,3%; las de entre 250 y 499, un 29%; y las de más de 499 trabajadores, un 29,9%. Es decir, cuanto mayor es el tamaño de la empresa, mejor ha evolucionado.

 

350.000 empleos no creados por el SMI, según Cepyme

Una semana después de la aprobación del nuevo SMI, Cepyme publica un informe en el que apunta que «las alzas del salario mínimo son especialmente gravosas para las pequeñas empresas», en las que el Salario Mínimo ya «supera el 70% del salario medio». Según sus cálculos, «las microempresas han dejado de crear 350.000 empleos por el alza acumulativa del SMI», asegura.

 

En el documento Cepyme denuncia que desde 2018 «el SMI crece el doble que las ventas del comercio minorista y más de tres veces que las ventas de los comercios de un solo establecimiento, bares y restaurantes». «La evolución al alza del salario mínimo por encima de las de ventas y precios merma la rentabilidad de las pymes y su capacidad para generar inversión y crear empleo», añade.

 

Con los 1.184 euros actuales en 14 pagas, «España pasa de tener el SMI proporcionalmente más alto de la UE en relación a la evolución de la productividad», asegura. Además, la patronal, que no participó en el acuerdo entre sindicatos y el Ministerio de Trabajo para subir el SMI un 4,4% este año, advierte de que el coste efectivo para el empresario es entre un 67% y un 75% superior al SMI.

 

Cepyme calcula que la subida del Salario Mínimo a 1.184 euros eleva el coste salarial para la empresa hasta los 1.816 o 1.904 euros al mes, en función del tipo de cotización por accidentes de trabajo. En once meses, quitando el mes de vacaciones, estima que el «coste efectivo por mes trabajado» de un asalariado con SMI asciende a los 2.076 euros al mes. Es decir, un 75% más que el Salario Mínimo.

 

En cuanto al coste para el trabajador, este año Hacienda obligará por primera vez a que el salario mínimo tribute en el IRPF, y se calcula que puede llevarse hasta el 43% de la subida. Los solteros y sin hijos serán los más perjudicados, aportando a las arcas públicas alrededor de la mitad del incremento aprobado de 50 euros mensuales entre el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social que le corresponden.

 

Sumar, Podemos, PP y los sindicatos se han manifestado en contra de la decisión de Hacienda, con proposiciones de ley para tumbarla y mantener la exención. Desde el PSOE defienden el Ministerio de Trabajo conocía la propuesta al estar incluida en el informe de los expertos que la cartera de Yolanda Díaz encargó, y que sólo afectará al 20% de los beneficiarios del SMI, que ya rondan los 2,5 millones de trabajadores.

 

Fuente: La subida del SMI en un 61% acelera la destrucción de pequeñas empresas: casi 25.000 en la era Sánchez | Vozpópuli

 

LA MICROEMPRESA HA DEJADO DE CREAR 350.000 EMPLEOS DESDE 2018

 POR EL SALARIO MÍNIMO

En plena polémica por la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional que no han respaldado las patronales empresariales, los datos del último informe de una de ellas, Cepyme, sostienen que la microempresa ha dejado de crear hasta 350.000 empleos desde 2018 como consecuencia de las fuertes subidas aplicadas a esta prestación. Los datos de Cepyme también defienden que, con 1.184 euros, España ha pasado a ser el país de la UE que proporcionalmente tiene el SMI más alto.

 

Este escenario -explica la organización que dirige Gerardo Cuerva– se produce, entre otros factores, por un incremento de los costes que afectan a estas empresas (insumos, energía, servicios) con un aumento significativo. Al mismo tiempo, la subida del SMI ha superado con creces el incremento de las venta de las pymes, presionando así los márgenes y limitando de este modo la capacidad de inversión , con lo que se reduce la solvencia de las pequeñas empresas.

 

A este marco desfavorable para las pymes y aún más para las micropymes se añaden unos costes laborales que suben proporcionalmente, porque la productividad es más baja. Los mismos datos de productividad media por ocupado del último trimestre de 2024 constatan que son un 2,3% inferior a los de los cinco años antes.

 

Todo ello explica -remarca el informe titulado Salarios: Repercusión de la subida del SMI en la pyme española– por qué se ha debilitado la creación de empleo en las microempresas que, de haber continuado con la tendencia que mostraban desde 2018, hoy deberían contar con unos 350.000 asalariados más.

 

Bloquear la creación de empleos

Desde finales de 2018 -describe el estudio económico elaborado por Diego Barceló- el número de asalariados en las grandes empresas creció un 27,8%. En cambio, la cantidad de empleados en microempresas solo aumentó un 0,9%. En el cuarto trimestre de 2018, las grandes empresas empleaban a un 76% más de personas que las microempresas. Ahora, estas últimas duplican esa cifra, y la diferencia es de 122%. En definitiva -subrayan- es un máximo histórico).

 

En cambio -destaca Cepyme-, entre 2013 y 2018, la cantidad de asalariados creció un 10,3% en las microempresas y un 22,3% en las grandes firmas. Por eso, «de haberse mantenido el mismo crecimiento relativo entre 2018 y 2024, el empleo en las microempresas debería haber crecido un 12,9% en lugar del 0,9%, como finalmente lo hizo. Esto equivale a la no creación de alrededor de 350.000 puestos de trabajo.

 

Lo mismo puede verse a través de la evolución del número de empresas. Actualmente, hay un 1,3% menos de microempresas con empleados que en el cuarto trimestre de 2018, mientras que la cantidad de grandes empresas aumentó un 23,7%. Esto también puede apreciarse a través de otra variable; cuántas microempresas hay por cada gran compañía, ya que el estancamiento de las microempresas ha hecho que, por primera vez, sean menos de 200 por cada gran empresa.

 

Las ventas, por debajo del SMI

Entretanto -estudia Cepyme-, la relación entre el salario mínimo y el salario medio, ambos en términos netos y referidos a un empleo de jornada completa, ha pasado del 40% al 60%. De modo que, tomando el salario medio de 2024, un SMI de 1.184 euros marcaría un nuevo máximo histórico en la relación entre ambas variables.

 

Esta patronal que representa al 99% del tejido productivo de este país observa que el aumento del salario mínimo ha sido desproporcionado en relación con la evolución de las ventas. Y eso es especialmente preocupante en el caso de sectoresen los que predominan las micro y las pequeñas empresas.

 

Las empresas de tamaño más reducido tienden a tener una productividad relativa más baja ,indica la patronal de Cuerva, por lo que sus salarios también son menores. Es el caso del comercio minorista, en particular los comercios con un solo establecimiento, que suelen corresponder a tiendas de proximidad. Desde 2018, el SMI se incrementó casi el doble que las ventas del comercio minorista y más de tres veces que las ventas de las tiendas con un solo establecimiento. Algo similar ocurre en el caso de los bares y restaurantes.

 

Advertencia con el reemplazo

Ante esta situación, Cepyme advierte de posibles consecuencias si, como hasta ahora, se promueve una subida del SMI sin considerar la evolución de las ventas de las empresas empleadoras, lo cual desencadena una menor rentabilidad y debilita la capacidad de inversión y creación de empleo que, en casos extremos, podría derivar en la inviabilidad de algunos negocios.

 

Desde el final de 2016, el salario mínimo se ha incrementado un 71%, frente a una subida del 17% para los bienes de equipo producidos en España, recoge el informe. Además, la relación entre ambas variables está ahora en un máximo histórico. Aumentar el SMI hasta 1.184 euros (+4,4%) profundizará esta desproporción, teniendo en cuenta que el precio de los bienes de equipo se ha incrementado un 1,9% en los últimos doce meses (con datos hasta noviembre de 2024).

 

Esa discrepancia entre el coste mínimo de la mano de obra y el precio de los bienes de equipo -sostiene Cepyme- estimula el reemplazo de aquella por estos. Mucho más en el caso de las personas típicamente perceptoras del salario mínimo. Por tanto, señala, promover, aunque sea de forma involuntaria, el reemplazo de mano de obra por maquinaria es un contrasentido, teniendo en cuenta que España continúa teniendo la mayor tasa de paro de la UE.

 

El SMI, proporcionalmente más alto

Cepyme recoge con un gráfico cómo el incremento proporcional del SMI entre sus socios europeos -siempre teniendo en cuenta un criterio de productividad- nos coloca en la primera posición.

 

Si se compara el salario mínimo de cada país, incluyendo las cotizaciones sociales a cargo del empleador, con el PIB por ocupado (como medida de la productividad general), España ya aparecía -con el SMI de 1.134 euros- con la tercera relación más alta, 29,4%. Eso supera en más de 6 puntos porcentuales la media de la UE, que es de 23,1%. Ahora bien, un incremento del SMI hasta los 1.184 euros lleva esa relación hasta el 30,7%, la mayor de la UE.

 

Insatisfacción y efecto en la negociación colectiva

Según este último informe de Cepyme, las últimas subidas del salario mínimo han impactado en la conformación de los salarios. Se ha observado un desplazamiento ascendente en las tablas salariales de muchas compañías, incidiendo en mayor medida en los tramos inferiores. De forma que, al comprimirse la pirámide salarial, el plus de remuneración de los puestos con algún grado de responsabilidad disminuye, creando situaciones de insatisfacción por cuestiones ajenas a la empresa.

 

Además, estos incrementos han influido en la negociación colectiva, dejando obsoletos numerosos convenios en vigor e interfiriendo en muchas de las 4.500 mesas de negociación colectiva que están conformadas en España. Y es que el aumento del SMI crea una mayor homogeneidad retributiva que es artificial, en la medida en que no tiene en cuenta las diferencias de productividad entre territorios, sectores y tamaños de empresa.

 

Esto implica -concluye el estudio-, que cualquier incremento del salario mínimo afecta de forma distinta a los márgenes y la rentabilidad de las empresas y, por tanto, incide en mayor medida en las de menor tamaño. Una situación que agrava el nuevo incremento del SMI.

 

Fuente: La microempresa crea 350.000 empleos menos por salario mínimo

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