SEPTIEMBRE DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO, Y YO ME LO TOMO TAMBIÉN DE DESCANSO

Septiembre es una gran mentira que siempre vuelve y es el mes más ficticio del año. Es el mes de las falsas ilusiones, el de las promesas que siempre se incumplen, el de los errores que renovamos año tras año. Septiembre debería estar prohibido porque nos hace soñar, y eso nunca es bueno; nos hace creer en lo que ni es ni, peor aún, va a ser.

Y va a ser en Septiembre cuando Pedro Sánchez vuelva “a la carretera” porque él afirma que no se da por vencido, que esto no está perdido ni mucho menos, y que va a luchar contra los agoreros que afirman que su caída sólo es cuestión de tiempo. Aunque las expectativas son muy malas, el Gobierno está convencido de que no ha dejado sola a la gente, y de que tarde o temprano se verá y su buen quehacer pesará a la hora de votar.

 

El presidente recuérdese que ya una vez estuvo muerto y acabó resucitando, y es mejor no tomarse a broma a quien ha sido capaz de volver de entre los muertos. También recuérdese que Sánchez alcanzó la Moncloa gracias a una moción de censura, logró mantenerse en su puesto pese a cosechar los peores resultados alcanzados en unas elecciones generales por un candidato a la Presidencia del Gobierno: apenas el 28 % en los comicios de abril y noviembre de 2019.

 

En Génova 13, por el contrario, todo parecen ser buenas noticias ante la llegada de Septiembre. Feijóo piensa más en heredar que en conquistar. Los populares se han fortificado en el ‘no es no a todo’ parafraseando al propio Sánchez. Haría mal Alberto Núñez Feijóo en creer que el enemigo ya está derrotado y en sentarse a esperar pasar el cadáver de Sánchez, quien insistimos, ya ha resucitado al menos una vez.

 

Con Septiembre vuelve la política de siempre, la indignante, aburrida y previsible política con minúsculas. Le damos una vuelta de tuerca al manido tópico del nuevo curso político sin querer caer en la cuenta de que esto de nuevo no tiene nada y que lo que arranca es una repetición del año anterior y por supuesto un anticipo del que viene.

 

Agotado por la montaña rusa de emociones desagradables en la que vivimos desde hace ya un buen “rato largo” (pandemia, tormentas destructoras, erupciones volcánicas, tsunamis de calor, incendios devastadores, sequías pertinaces… y guerra a las puertas de Europa que nos empobrecen más a los que ya éramos “pobres de nacimiento”) yo, en septiembre, voy a tomarme un reposo de adoptar decisiones, de obtener logros y me tomaré unas vacaciones de mí mismo, ese pesado que me acompaña por doquier. Copiaré Oscar Wilde cuando en su lecho de muerte sentenció: “Traedme un poco de champán, quiero morir por encima de mis posibilidades”.

 

AQUÍ PUEDES DESCARGARTE LA FICHA COMPLETA

Descarga la ficha en PDF

Deja un comentario