El eslogan tiene de ecos podemitas (“Un país para la gente”) y peronista (“Primero la gente”), ya que el populismo siempre empieza por considerarse el legítimo representante de la gente, como si los demás gobernaran sólo para el Ibex o para esos cenáculos en reservados entre habanos. También evoca rancios ecos de cierto movimiento social/musical demasiado pulcro y ñoño (ver nota final)
Lo cierto es que Sánchez, seguidor de su propio “manual de Resistencia”, se crece con cada banderillazo demoscópico y ha accedido a iniciar la temporada con un cuerpo a cuerpo contra Feijóo y una gira de largo recorrido con treinta actos para hacerse ver por España. Lógico, Sánchez es un tipo correoso que se crece sobre todo en la pelea, más dotado para la política que para la gestión y va a pelear a degüello.
El próximo lunes 5 de septiembre, entre el primer acto en Sevilla de la tournée de “El Gobierno de la Gente” del próximo viernes 3 de septiembre y el debate con Feijóo del martes 6 de septiembre, Sánchez enfatizará el mensaje inaugurando el curso con 50 visitantes al Palacio de la Moncloa (“su casa”), teatralizando el nuevo ¡Somos la gente!. En definitiva, en solo cuatro días se examina la capacidad de Sánchez para recuperar el pulso desvanecido en los sondeos
La mejor defensa es el ataque y Moncloa, de hecho, ha dictado estas últimas semanas una campaña contra Feijóo con la letanía de que Feijóo es un tipo vago y poco preparado que boicotea el bienestar de la gente defendido por el Gobierno. Los ministros (M. J. Montero, Pilar Alegría, Isabel Rodríguez,…) acostumbrados a recibir entre aplausos a Sánchez cuando regresa de un viaje internacional, como un fanclub irredento, dan por hecho que Feijóo ya tendrá «sudores fríos» en su confrontación con el líder de masas. Ayer mismo, 1 de septiembre, Sánchez en la SER tuvo barra libre para sostener que Feijóo es un tipo dócil ante esos poderes oscuros que lo quieren llevan al poder.
Sánchez en definitiva ha rectificado sobre el cuerpo a cuerpo, negado horas antes, como también ha rectificado sobre la propuesta de Feijóo de bajar el IVA del gas, que poco antes Isabel Rodríguez desdeñaba con su petulancia habitual,
Moncloa no quiere un debate sino una encerrona e intentará apabullar a Feijoó con un caudal de datos técnicos sobre el mercado energético y presentarlo como «el enemigo de la gente». Pero muchos ciudadanos no se tragan lo de los poderes oscuros versus la gente, y nada ha contribuido tanto al desgaste del PSOE en las encuestas como las continuas cesiones a sus socios frente a las demás comunidades rebajadas a segunda o tercera categoría. Para Sánchez es difícil vender políticas de Estado pactadas con socios enemigos del Estado.
UNA NOTA DESDE EL RANCIO PASADO
Viva la Gente (“Up with People”) eran la imagen alegre de un movimiento musical lanzado en EEUU en el año 1965 con el propósito de concienciar a la comunidad sobre la situación del mundo y un objetivo principal: modificar la actitud y forma de pensar de las personas para mejorar entre todos. Su sede está en Denver (Colorado, EEUU) con centros en Bélgica y Méjico. Desde sus primeros años de existencia, para presentar su mensaje, que estaba basado en cuatro principios: “amor, honestidad, pureza y altruismo”, las actuaciones de Viva la Gente iban acompañadas de un espectáculo musical.
Cada grupo de ‘Viva la Gente’, pues había varios, después de entrenarse en Denver, viajaba durante un semestre por diversas comunidades de dos o tres continentes. Los miembros, al tiempo que actuaban en su espectáculo musical, solían convivir con una familia local. Se afirma que ‘Viva la Gente’ estaba financiada por entidades corporativas como General Motors, Kodak o Exxon con la intención de contrarrestar la cultura alternativa y fuera de sistema “hippie”.
Se hicieron muy populares e incluso llegaron a animar reuniones en la Casa Blanca y actuar en varias finales de la famosa Super Bowl. Su imagen tan pulcra y cándida ha sido satirizada por programas tan conocidos como “South Park” o “Los Simpsons”. Criticados a menudo por estar algo anticuados, y no en contacto con la cultura popular moderna, se fueron diluyendo poco a poco en las siguientes décadas. Los antiguos miembros suman unos 20.000, en 79 países distintos. Se organizan selecciones de jóvenes entre los 18 y 29 años, que viajan, durante uno o dos periodos de 5 a 6 meses, a distintos lugares del mundo. Además de participar en las representaciones, los miembros participan en actividades de voluntariado y colaboran con las entidades locales como una forma de corresponder a quienes les alojan gratuitamente. En el presente la organización tras su cese de actividades en 2000 tiene dos grupos viajando cada año, uno empezando en enero y el otro en julio
