El acuerdo, que han negociado Andoni Ortuzar y Carmen Calvo, recompone los puentes entre el PNV y Sánchez tras el pacto con EH Bildu para derogar la reforma laboral
Era cuestión de tiempo. Tras la tormenta política que supuso el acuerdo, posteriormente rectificado, del Gobierno de Pedro Sánchez con EH Bildu para derogar de forma «íntegra» la reforma laboral, el Ejecutivo había regalado los oídos al PNV para recuperarle como socio «estable» tras la pérdida de confianza de la que públicamente se lamentó Sabin Etxea. Era evidente que ese acercamiento se traduciría, tarde o temprano, en contrapartidas tangibles y logros que el PNV pudiera exhibir en su ‘hoja de servicios’ en Madrid. Y han llegado hoy. Los jeltzales han hecho público un acuerdo firmado en las últimas horas con el Gobierno, que transfiere a Euskadi y Navarra la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) que Moncloa aprobará el viernes en un consejo de ministros extraordinario.
El pacto implica que los Gobiernos vasco y navarro asumen en exclusiva las funciones y los servicios correspondientes al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en todo lo referente a esta prestación, de menor cuantía que la RGI vasca. Supone, en la práctica, según subraya el PNV, el «blindaje» efectivo del sistema de protección social vasco, en el que el Gobierno central se ha inspirado para dar forma al Ingreso Mínimo Vital. «No hay ninguna necesidad de cambiar lo que funciona bien», se felicitan, sobre todo porque de esa manera todas las prestaciones, en vísperas electorales, seguirán llevando el membrete de Lanbide.
El acuerdo, negociado personalmente entre la vicepresidenta Carmen Calvo y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar a lo largo de la última semana, establece que el traspaso efectivo de la gestión del ingreso mínimo a Euskadi y Navarra se realizará el 31 de octubre de 2020. Hasta entonces, las Administraciones competentes acordarán una encomienda de gestión de tal manera que, desde el principio, los beneficiarios de la medida deberán dirigirse a la ventanilla de las instituciones vascas y navarras. El PNV subraya el refuerzo a la «bilateralidad» que supone el pacto, que «apuntala el autogobierno» de los territorios forales y la «especificidad» de sus respectivas Haciendas. «Se encauzan los posibles conflictos jurídicos que podían derivarse de la colisión del IMV con la RGI vasca o la Renta Garantizada navarra», subraya el PNV, que aclara que el ingreso mínimo será una renta base no complementaria a la que implementen Euskadi y Navarra. Es decir, que los perceptores de estas ayudas seguirán cobrándolas de acuerdo a los umbrales establecidos hasta ahora.
«Este pacto supone un logro político en un contexto de tentaciones recentralizadoras y demuestra, una vez más, la eficacia del PNV en la defensa de los intereses vascos en Madrid», subraya la nota, en un indisimulado recado a la izquierda abertzale.
Fuente: El Correo