Cada vez tenemos más pensionistas y esos pensionistas cobran una pensión más elevada que las que se cobraban antes, y lo hacen durante más tiempo
Las cuentas verdaderas, sin maquillaje ni transferencias
Sánchez no dice la verdad sobre el sistema de pensiones y lleva a la quiebra a la Seguridad Social. Sánchez presume de que con él se ha incrementado la aportación a la hucha de las pensiones, pero la realidad es bien distinta.
El fondo de reserva, conocido como «la hucha de las pensiones», fue creado por Aznar, tras sanear la Seguridad Social que Felipe González dejó con un desequilibrio de 600.000 millones de pesetas (pesetas de 1996) y que el Gobierno de Aznar tuvo que pedir un préstamo a la banca para poder pagar a los pensionistas la paga extraordinaria de diciembre de 1996.
Pues bien, cuando Aznar creó ese fondo lo hizo con los excedentes que el superávit de las cuentas de la Seguridad Social aportaba, de manera que cada año iba ampliándose el mismo, hasta llegar a sumar más de 14.000 millones de euros al finalizar su mandato. Eso era un verdadero ahorro, porque venía de un excedente. Sin embargo, el ahorro vendido por Sánchez no es tal, pues la Seguridad Social es deficitaria, sólo equilibrada por las transferencias que la Administración General del Estado le realiza desde los Presupuestos Generales del Estado, porque los ingresos por cotizaciones no cubren el gasto en prestaciones.
Así, según los últimos presupuestos aprobados, los de 2023 (pues estamos en prórroga presupuestaria en 2024, y veremos si se aprueban para 2025), la Seguridad Social cuenta con un gasto no financiero de casi 200.000 millones de euros, donde la mayor parte va a pensiones contributivas, que incrementan el gasto hasta llegar a los 166.776,9 millones de euros, cifras ya desbordadas en la actualidad. Los ingresos se quedan en 192.000 millones, pero se incluyen en esta cifra los 44.000 millones de euros en transferencias corrientes del Estado, con lo que, sin ello, el déficit sería mucho más importante.
Así, Fedea estima el verdadero déficit de la Seguridad Social en su parte contributiva, que se eleva hasta los 61.688 millones de euros en 2023 (el año 2024 todavía está en situación de avance), alrededor del 4,12 % del PIB.
Ese quebranto se financia del con 52.942 millones de euros en transferencias de la AGE a la Seguridad Social, que computan como ingresos de la Seguridad Social, de manera que reducen ese déficit. Es decir, la AGE asume esos 3,54 puntos de déficit sobre el PIB, pasando a ser mayor déficit de la AGE y menor déficit de la Seguridad Social. Desde el punto de vista del déficit del Reino de España es neutro, porque se cambia de administración el déficit, pero sigue siendo el mismo pero maquilla el déficit de la Seguridad Social.
Financiación de la AGE a la Seguridad Social
Por otra parte, los otros 0,58 puntos de PIB de desfase los recibe como préstamo del Estado, con objeto de poder financiar casi toda esa diferencia restante. Es decir, en definitiva la aportación de los 2.793,2 millones al fondo de reserva de 2023 viene cubierta por el préstamo del Estado, que sirve para cubrir dicha aportación, la pequeña diferencia entre el resto de operaciones de ingresos y gastos y el déficit no financiero. En 2024, las aportaciones elevarán el fondo a 8.356 millones de euros en euros corrientes en la llamada hucha de las pensiones, pero si cuando se creó con Aznar era ahorro real, porque la Seguridad Social se encontraba en superávit, ahora es falso, pues el ahorro se debe a un artificio contable. Ahora, esa hucha es una hucha rellenada gracias a préstamos, no a verdadero ahorro. Y esa deuda, Sánchez la eleva en alrededor de 75.000 millones de euros desde que gobierna.
Una vez más, Sánchez no dice la verdad: él no garantiza las pensiones, y el sistema público de pensiones necesita ser reformado. No es cuestión de ideologías sino de matemáticas actuariales. Cada vez tenemos más pensionistas y esos pensionistas cobran una pensión más elevada que las que se cobraban antes, y lo hacen durante más tiempo. El impacto será especialmente importante cuando se jubile el grueso de las cohortes del baby boom, las cohortes más numerosas en crecimiento de natalidad anual entre 1957 y 1967.
La nueva proyección del gasto en pensiones obligará a más recortes o más endeudamiento
La AiRef advierte de un aumento de la factura de cuatro décimas, insostenible con las actuales transferencias pues el incremento del gasto en pensiones, más allá de lo previsto en 2023, obligará a nuevos ajustes o/y un mayor endeudamiento. Este nuevo desafío tendrá lugar en un contexto económico sombrío por las presiones arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump y la obligación impuesta a España de incrementar el gasto destinado a armamento.
El informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIRef) sobre la sostenibilidad de las pensiones, que la Comisión Europea deberá evaluar, apunta la necesidad de incrementar los recursos públicos para pagar las prestaciones de los ciudadanos. Estas son cada vez más numerosas, más importantes y se perciben durante más años. Mientras, las cotizaciones de los trabajadores cada vez son más escasas en un mercado laboral en el que predominan sueldos similares al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Un aspecto clave es la revalorización de las pensiones, que la ley obliga a que se haga anualmente de acuerdo con el Índice de Precios al Consumo (IPC). Uno de cada cuatro euros del gasto en pensiones contributivas se debe al aumento vinculado al IPC. Los datos facilitados por la Seguridad Social muestran que la factura mensual de las prestaciones contributivas supera los 13.000 millones. De estos, más de 3.000 millones son consecuencia de la revalorización.
El segundo informe de la AIRef, tras avalar la regla de gasto, muestra numerosas incógnitas en solo 50 páginas. En el trabajo se destaca que la presión del gasto en pensiones se incrementará en 3,4 décimas hasta 2050, frente la tres previstas inicialmente. Así, pasará del 12,7% en 2022 al 16,1% en 2050.
Este escenario de gasto, unido a la evolución prevista de las cotizaciones, que crecerán apenas un punto, obligará a aumentar las transferencias procedentes del resto de los Fondos de la Seguridad Social o de la Administración central en 2,4 puntos de PIB. Sin medidas, destaca el informe, «supondrá una minoración de los recursos disponibles para la financiación de otras políticas de gasto o el recurso al endeudamiento». Esto, asegura, parece difícil de compatibilizar con las exigencias y compromisos derivados de los marcos fiscales europeo y nacional.
Las últimas reformas de las pensiones, diseñadas para dar sostenibilidad al sistema, han aumentado el gasto. El organismo de supervisión financiera apunta que se incrementó en 2,7 puntos del PIB. Mientras, la Comisión Europea señala que la ampliación de la partida destinada a las pensiones fue de 3,3 puntos. Las causas principales tienen que ver con la eliminación del Índice de Revalorización de las Pensiones y del Factor de Sostenibilidad. La supresión de estas dos iniciativas no se vio compensada con el resto de medidas aplicadas por el Ejecutivo.
Entre los aspectos positivos destaca el incremento de la edad efectiva de jubilación desde los 64,7 años en 2021 a los 65,2 actuales. La AIReF considera que en el periodo de proyección de la edad efectiva de jubilación aumentará en un año adicional hasta alcanzar los 66,2 años, mientras que el Informe de Envejecimiento espera un incremento de la edad media de salida del mercado laboral de 1,6 años. El organismo independiente mantiene el supuesto de que un 30% de las altas de jubilación optarán por demorar la jubilación tres años o hasta cumplir los 68 años. También destaca la AIRef que las reformas con mayor impacto son aquellas que modifican directamente los ingresos o gastos, y no tanto aquellas que se basan en modificar el comportamiento de los agentes.
El gasto en pensiones contributivas volvió a marcar un nuevo récord, según los datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El incremento interanual fue del 6,3% y se situó en 13.492 millones de euros. Mientras, el número de pensionistas alcanzó los 9,3 millones.
Buena parte del incremento de la factura se debe a revalorización vinculada al decreto ómnibus. El aumento fue del 2,8% para la mayoría de las pensiones y hasta del 9% para las pensiones mínimas. Otro asunto importante tiene que ver con las pensiones cada vez mayores, de los nuevos jubilados. En el segundo mes del año llegaron hasta los 1.761,5 euros de media.
Fuentes:
José María Rotellar | Sánchez empuja a la quiebra la Seguridad Social
La nueva proyección del gasto en pensiones obligará a más recortes o más endeudamiento