PENSIONES, ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?

El sistema en España tiene un carácter “de reparto” y eso significa que las personas que están en activo, trabajando, pagan las pensiones de las que están jubiladas, las cotizaciones a la Seguridad Social se emplean en abonar las prestaciones de las que están jubiladas.

En ocasiones la sociedad piensa que cuando se jubila ya ha pagado la pensión que tiene que percibir, esto no es así y la realidad es que tiene que haber trabajadores suficientes para poder abonar las pensiones de jubilación existentes en cada momento.

 

De hecho, el sistema de pensiones español se ha mostrado deficitario en muchas ocasiones y el Gobierno central ha tenido que inyectar recursos extra provenientes de los impuestos para poder pagar la nómina mensual de la jubilación.

 

En 2023 harán falta 190.000 millones de euros para abonar todas las pensiones. Se ha producido una incorporación de presupuesto que supone un incremento del 8,7% de esta partida que corresponde a la obligación asumida por ley de actualizar las pensiones de acuerdo con el IPC. Esta decisión ha sido criticada por el Banco de España, por la Comisión Europea y por la Airef.

 

Se han escuchado voces que apostaban porque esta subida no fuera lineal para todas las pensiones con independencia de su cuantía, apostando por subir solo aquellas que estuvieran en la categoría más baja, entendiendo además que el 48% de las pensiones de jubilación superan el salario mínimo interprofesional, que es el que cobran muchos jóvenes y padres de familia que no pueden asumir todos los costes que implica el mantenimiento de una vida digna.

 

Hay algo muy importante a estos efectos y que escuché el viernes a una gran conocedora del mundo asegurador y de las pensiones, que es la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, que apuntaba que

Está claro que es muy positivo que las personas mayores perciban prestaciones de jubilación que les permitan desarrollar una vida digna después de haber trabajado toda su vida, pero lo que no es de recibo es que las pensiones sirvan para que con ellas se desarrollen las políticas sociales pues no se trata de que a través de la pensión las personas mayores tengan que ayudar a sus hijos a desarrollar las necesidades que tienen planteadas en sus respectivas familias. Ahora bien, también es imprescindible que los jóvenes perciban salarios acordes a lo que significa desarrollar un proyecto vital que comienza.

 

El sistema de pensiones español necesita una reforma profunda y llevamos hablando de esto demasiado tiempo sin tomar las decisiones serias y a largo plazo que necesita ¡Nadie quiere ponerle el cascabel al gato!

La decisión que afecta de manera rotunda a nuestra sociedad debería ser abordada informando con rigor de la necesidad de garantizar el sistema para las próximas generaciones de jubilados.

 

España se sitúa entre los países con el sistema menos sostenible financieramente a medio y a largo plazo de Europa e incluso de los principales desarrollados en el mundo. Resulta clave afrontar su revisión contemplando en toda su extensión los tres grandes pilares del sistema de pensiones en nuestro país: las cotizaciones a la Seguridad Social que han sido incrementadas por el Gobierno para el 2023 y que por lo tanto afectaran a las contrataciones de nuevos trabajadores; los planes de pensiones que se abordan por las empresas para sus trabajadores (muy pocos en España) y que deberían siempre ser incentivados para cada vez en mayor medida llegar a un número importante de trabajadores y por último los planes de pensiones individuales que deberían estar superincentivados. Siempre le costaría menos al Estado esto que el incremento de las pensiones a costa de los presupuestos.

 

En definitiva, informar de verdad a la población, sin complejos, ya que tiene el suficiente nivel de comprensión, para ser capaz de entender y asumir cuando se le informe correctamente de que se adopten las medidas necesarias para asegurar que también sus hijos y sus nietos podrán cobrar las pensiones pues en 2035 uno de cada cuatro españoles tendrá más de 65 años, eso significa que más del 26% de la población española estará en condiciones de jubilarse.

 

Fuente :El español

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