PENSIONES PARA NOVATOS. 5: UNA CASA EN LLAMAS

Estamos empantanados en un problema urgente y con soluciones difíciles y dolorosas. El sistema de pensiones puede verse como un enorme edificio en el que habitan los pensionistas, que está en llamas y que se van extendiendo, poco a poco, por todos los lados. El fuego es grande, y los bomberos para apagarlo (los trabajadores/cotizantes) no dan abasto por mucho que lo intenten.

 

Además, hay que mantener los cuidados y alimentar a los habitantes (pensionistas) mientras se intenta apagar las llamas pues no tienen otro sitio donde trasladarlos y sus propios ahorros los gastaron en, precisamente, pagar las pensiones de sus mayores.

Estos pensionistas son fundamentalmente de jubilación (6,2 millones), de viudedad (2,4 millones) y de incapacidad permanente (casi 1 millón)

 

En medio de la vorágine no dejan de llegar nuevos habitantes-pensionistas al edificio en llamas pues sin trabajo ni ahorros no tienen otro sitio donde ir.

 

ALGUNOS NÚMEROS DE 2020:

 

  • Número de habitantes (pensionistas): 9.800.000 (jubilación, viudedad e incapacidad)
  • Aumento anual de habitantes (nuevos pensionistas menos pensionistas fallecidos): 450.000
  • Gasto mensual por pensionista (pensión media mensual de jubilación): 1.400 €
      • Pensión media mensual de jubilación de los nuevos habitantes: 1.700 €
      • Pensión media mensual de jubilación de los fallecidos: 1.100 €

  • Número de bomberos y cuidadores (cotizantes): 19.000.000
    • Sueldo mensual medio: 1.600 €
    • Aportación mensual media para gastos del edificio y de sus habitantes: 550 €

 

  • Gastos de mantenimiento de los pensionistas: 135.000 millones €/año
  • Ingresos por las cotizaciones de los bomberos y cuidadores: 120.000 millones €/año

Es decir, se cubren sólo el 92% de los gastos y, por lo tanto, hay que echar mano todos los año de unos 15.000 millones € que hay que detraer de otros gastos (sanidad, educación, vivienda,…)

 

Cada bombero y cuidador aporta unos 6.500 € al año para mantener el edificio y a sus habitantes, pero cuando se jubilen recibirán unos 20.000 €/año. Si trabaja 40 años (de los 25 a los 65 años) y luego está 15 años como jubilado (de los 65 a los 80 años) los “números gordos” de las cuentas de cada uno cuadran (ver nota), pero el gran problema es que, por la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida, cada vez habrá menos bomberos y cuidadores para pagar los gastos y más pensionistas para gastar, y además de que cada uno vive también más años.

 

Nota: Las cotizaciones del trabajador al sistema se dedican en cada momento a abordar las pensiones de los jubilados existentes en ese momento, y determinarán, en función de su cuantía y el periodo de tiempo en que se hayan realizado, la cuantía de su propia futura pensión. La mayoría de los españoles creen que perciben menos pensión de lo que cotizaron como trabajadores, pero según los datos medios reales, un trabajador de 25 años que percibe un sueldo anual de 25.000€ aportaría vía cotizaciones un total de menos de 300.000 euros (sumando aportación de empresa y de trabajador), y percibiría una pensión, según la esperanza de vida media, por valor de más de 350.000 €. Si solo tenemos en cuenta las aportaciones directas del trabajador (unos 50.000 €) el contraste resulta mucho más evidente.

 

En conclusión, si no se toman medidas ahora los que necesitarán un rescate muy duro y urgente serán, no los ya pensionistas, sino fundamentalmente los futuros pensionistas: los que están por jubilarse pues cada vez habrá menos dinero para sus cuidados

 

Parece que no se puede seguir indefinidamente escondiendo la cabeza como el avestruz y es necesario “poner el cascabel al gato” antes de que el edificio del sistema público de pensiones, ya en llamas, se derrumbe sin remedio alguno.

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