PENSIONES: HACIENDO NÚMEROS, LA TASA DE DEPENDENCIA, LA TASA INTERNA DE RENTABILIDAD (TIR) Y LA TASA DE SUSTITUCIÓN.

La Edad Legal Ordinaria (ELO) en 2021 es de 66 años (si no se ha cotizado al menos 37,25 años, en cuyo caso la edad sería 65 años) y seguirá creciendo año tras año hasta los 67 años en 2027 (si no se han cotizado al menos 38,5 años). Sin embargo, la edad real de jubilación está situada en los 64,6 años de media. Así el debate sobre si es necesario alargar a la edad legal de jubilación está servido

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, cree que es crucial penalizar las jubilaciones anticipadas e incentivar la jubilación demorada mientras que el vicepresidente Iglesias, a contracorriente del Gobierno al que pertenece,apuesta por volver a los 65 años. Pese al recorte de casi un año en la esperanza de vida por la pandemia (85,4 años en las mujeres y 80 años para los hombres), vivimos muchos más años que cuando se diseñó el sistema de pensiones.

Lo cierto es que pocos desean trabajar más allá de los 65 años. De hecho, el 40% de los trabajadores sigue accediendo a la pensión de jubilación antes de la edad ordinaria.  Entonces, ¿por qué fijar una edad legal y no permitir la jubilación “a la carta” (libremente elegida)

1.- LA TASA DE DEPENDENCIA

La Tasa de dependencia es el índice demográfico que expresa la proporción existente entre la población dependiente y la activa, de la que aquella depende. En las estadísticas internacionales se suele simplificar la definición de ambas poblaciones en términos de edad y se calcula a través del cociente entre la población de 0 a 14 años, más los mayores de 65, y la relación entre las personas comprendidas entre 15 y 64 años. En la actualidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), existen en nuestro país unos 47,2 millones de habitantes, de los que el 19,4 % –alrededor de 9,2 millones– son mayores de 65 años.

Hoy en día, aproximadamente hay dos personas activas por cada dependiente en nuestro país, pero el progresivo envejecimiento de la población, la caída en la natalidad, el crecimiento del desempleo y el aumento de la esperanza de vida provocarán que, de acuerdo a las estimaciones del INE, a comienzos de 2050, la proporción sea de uno a uno, lo que siembra muchas dudas acerca de la sostenibilidad del sistema cuando, cada vez, existe un menor número de cotizantes.

El problema de reemplazo generacional (una población cada vez más envejecida y una natalidad entre las más bajas del mundo), a la espera de los saldos migratorios, apunta a que la tasa de dependencia (relación entre cotizantes y pensionistas) siga su deterioro.A mediados de siglo, esa tasa de dependencia se situará en el 55%-65%, y todo ello en un contexto de paro muy elevado.

2.- LA TASA INTERNA DE RENTABILIDAD (TIR) DE LAS COTIZACIONES

La Tasa Interna de Retorno o Tasa Interna de Rentabilidad (TIR) es la tasa de interés que ofrece una inversión. Es decir, es una medida del porcentaje de beneficio que tendrán las cantidades invertidas

El sistema de pensiones español es uno de los más generosos del mundo. La Tasa Interna de Retorno (TIR), que compara el valor presente de las cotizaciones realizadas por un trabajador a lo largo de su vida laboral con el valor presente de los importes de pensión que recibe durante su jubilación,da una medida dispar de la rentabilidad que obtendría cada trabajador a partir de las aportaciones realizadas al sistema.

Cada jubilado recibe de media 1,74 euros por cada euro cotizado durante su vida laboral. En términos de coste por pensión unitaria, el más bajo correspondería a las jubilaciones anticipadas, que reciben 1,39 euros de pensión por cada euro de cotización, lo superan la jubilación parcial (1,89 euros) y las jubilaciones ordinarias (2,03 euros)

Según el Banco de España, por tipo de pensión, el TIR más bajo en media corresponde a las pensiones anticipadas, con un 2,8%, mientras que la rentabilidad media de las pensiones ordinarias alcanzaría el 4,1%. Los trabajadores que acceden a jubilaciones anticipadas, tanto parciales como completas acreditan períodos de cotización más altos que la media: en torno a 39 años las Jubilaciones Anticipadas Involuntarias (JAI),por encima de 40 años las Jubilaciones Anticipadas Parciales (JAP) y 42 años las Jubilaciones Anticipadas Voluntarias (JAV). En contraposición, las Jubilaciones Ordinarias (JO) tienen un período de cotización medio de 34,1 años. Es decir, la Base Reguladora (BR) promedio de las jubilaciones anticipadas es mayor que en las ordinarias, lo que hace que  la pensión media inicial más alta se dé en las JAP (1.635 euros), seguida de las JAV (1.597 euros) y las JAI (1.369 euros). Las jubilaciones ordinarias (JO) recibirían una prestación menor (1.194 euros). En definitiva, el 40% de jubilados anticipadamente, por regla general, cotiza más años, por mayor cuantía y recibe menores rendimientos en su pensión. 

En 2021, la pensión máxima es de 2.707 € en catorce pagas, cuando la base máxima asciende a 4.404 €, un diferencial del 37%, lo que distorsiona la equidad intergeneracional, ya que individuos con el mismo esfuerzo de cotización obtienen diferentes rentabilidades. Además, no está claro que penalizar esas jubilaciones anticipadas, que tienen carreras de cotización más largas suponga un ahorro a las arcas de la SS

3.- LA TASA DE SUSTITUCIÓN

La Tasa de Sustitución (o de reemplazo) de las pensiones usualmente se formula de dos formas diferentes:

– el porcentaje del ingreso bruto mediano de los pensionistas de entre 65 y 74 años en relación a los ingresos brutos medianos de la población trabajadora española de entre 50 y 59 años, lo que da una idea aproximada de la relación entre las pensiones y los salarios actuales. Según Eurostat en España esta tasa es del 70%, la tercera más alta de la Unión Europea por detrás de Luxemburgo e Italia. 

– la cuantía de la prestación que se va a recibir en relación al último salario percibido en la empresa antes del retiro, que en España se sitúa en torno al 80%. Esta situación, ligada a las últimas subidas de las pensiones, ha hecho queen la última década el incremento del gasto en pensiones en España sea casi el doble que en la Eurozonay el conjunto de toda la Unión Europea: un incremento del 40% por el 27% de la media comunitaria.

Por eso, junto con el alargamiento de la esperanza de vida y el acceso inminente a la jubilación de los “baby boom” (los nacidos a comienzos de la década de los sesenta del siglo pasado), hay expertos que proponen la “jubilación a la carta” (flexijubilacion) con un rango entre los 60 y los 75 años y la aplicación de un Factor de Sostenibilidad –que Escrivá quiere renombrar como de Equidad– que tenga en cuenta la esperanza de vida. Entre los ajustes habría que ampliar el período de cálculo de la base de la pensión a toda la vida laboral, quizás con un factor corrector que permita al nuevo pensionista excluir los cinco o diez peores años de su carrera y quizás también sería necesario establecer un mínimo de 45 años de cotización para cobrar el 100% de la Base Reguladora (BR). Con unas reglas claras, sencillas y con toda la información, debería bastar para que cada trabajador decida cuándo retirarse.

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