PEDRO SÁNCHEZ SIGUE EN EL PODER A COSTA DE TU BOLSILLO

El 28 de mayo, tras la derrota amarga del PSOE en las elecciones autonómicas, el presidente se vio fuera de la Moncloa en las futuras generales y vió que sufriría el destino de otros socialistas como Lambán (Aragón), Puig (Valencia) o Fernández-Vara (Extremadura), arrasados por los votantes.

 

Pero Pedro Sánchez, el resiliente recordó el conjuro de Scarlett O’Hara en ‘Lo que el viento se llevó’: «A Dios pongo por testigo que no van a derrotarme. Voy a sobrevivir a todo esto y cuando todo termine, nunca más volveré a pasar hambre. No, ni ninguno de los míos. Si tengo que mentir, robar, engañar o matar. ¡A Dios pongo por testigo, nunca volveré a pasar hambre!». 

 

 

Pedro Sánchez convocó generales a las pocas horas porque había una arriesgada carambola demoscópica que podría darse: el desgaste del PP pactando con Vox activaría al voto de izquierda y el efecto imprevisible de convocar a las urnas en periodo vacacional (23 de julio) podrían obrar el milagro.

 

Tras la derrota electoral del 23 de julio, los números seguían sin salir y todavía quedaba una carta para reunir los apoyos suficientes y para mantener en la Moncloa al presidente sin pasar hambre, como O’ Hara. Tirar la casa por la ventana: quitas de la deuda autonómica catalana para ERC, ley de amnistía para Junts  r

 

La debilidad del bloque parlamentario que respalda al nuevo gobierno reside precisamente en que se ha construido a golpe de talonario y sobre los cimientos de la humillación del PSOE.

 

Pero el verdadero relato está por escribir y es el de la irritación que están sufriendo los bolsillos de los hogares después del aumento constante de la presión fiscal del gobierno para sostener unas cuentas públicas que no terminan de equilibrarse. La recaudación del impuesto sobre la Renta (IRPF) acaba de superar los 100.000 millones de euros hasta octubre, con un aumento del 9,6% interanual. Se estima los ingresos fiscales sobre los rendimientos del trabajo y las rentas se han disparado nada menos que un 40% en cuatro años, crispando los bolsillos tanto o más que la inflación o los tipos de interés.

 

La refinanciación de la deuda pública en 2024 será más cara y disparará el coste en intereses por encima de los 40.000 millones de euros anuales. Son alrededor de 15.000 millones más que hace apenas año y medio. Añadamos a la factura los cerca de 25.000 millones extra que el Gobierno ha añadido como gasto estructural para revalorizar las pensiones en dos años. Si sumamos ambas partidas, el próximo libro de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) deberá contener una partida cercana a los 240.000 millones de euros anuales solo para deuda y pensiones.

 

Hasta ahora, el aumento de la deuda pública permitía llegar a todo. Durante los últimos cuatro años, el desfase ha sido de 340.000 millones de euros, a los que hay que añadir la ayuda a fondo perdido de 37.000 millones de euros de fondos europeos Next Generation.

 

El nuevo Gobierno de Sánchez tendrá que hacer frente a nuevas subidas de impuestos para cuadrar cuentas, pero también a recortes de gasto quirúrgicos con la esperanza de que nadie lo note o lo oiga.

 

Fuente: La Información

Arenas movedizas en las cuentas públicas, el libro inédito de Pedro Sánchez | Opinión de Ruben J. Lapetra (lainformacion.com)

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