Sánchez carga a los españoles con 20.000 euros de deuda más por hogar
Los incumplimientos presupuestarios siguen siendo una constante y el último informe de la Comisión Europea echa más leña al fuego. La más reciente previsión macroeconómica de la Comisión Europea ha vuelto a poner de manifiesto que España será incapaz de normalizar sus niveles de actividad económica previos a la pandemia del coronavirus hasta finales 2023. Pedro Sánchez insistió en que el impacto de la pandemia en la economía sería “transitorio” y “poco significativo”.
Pero Bruselas no solo nos advierte de que el crecimiento sigue siendo a todas luces insuficiente sino que, además, nos alerta de otros problemas estructurales de los que también haríamos bien en cuidarnos, caso de una inflación que se situará por encima del 6% durante el conjunto de 2022 o de un paro con una caída casi insignificante que nos llevará del 13,4% al 13%.
En clave de déficit la etapa del “Gobierno progresista” arroja una cifra demoledora pues los déficits acumulados del periodo 2018-2023 se sitúan en 385.788 millones de euros. Sánchez llegó a La Moncloa en 2018 con el déficit cerca del 2,5% del PIB, en 2019 aumentó por encima del 3%, en 2020 (primer año de la pandemia)se alcanzó el 10,3%, un aumento muy superior al observado en las demás economías de la Unión Europea. Pero lo peor de todo es que los datos de 2021, 2022 y 2023 son igualmente negativos, con un déficit del 6,9%, 4,9% y 4,4% del PIB, respectivamente
Los 385.788 millones ya mencionados resultan de sumar los 31.224 millones de déficit de 2018 con los 38.116 de 2019, los 115.200 de 2020, los 82.819 de 2021, los 61.410 de 2022 y los 57.019 de 2023.
Los datos del presente curso y del próximo ejercicio son previsiones de Bruselas ajustadas al consenso, aunque no se puede descartar que pequen de optimistas, habida cuenta del continuo deterioro que viene apuntando la economía española.
Expresando el déficit acumulado de 2018 a 2023, encontramos un dato escalofriante: el endeudamiento adicional que se ha generado bajo gobierno de Pedro Sánchez supone 20.000 euros por hogar. Y, como es sabido, el déficit de hoy es la deuda de mañana… y los impuestos de pasado mañana.
El Banco de España ha señalado que la reforma de pensiones propuesta por el ministerio de Seguridad Social hará que el endeudamiento público se eleve al 140% del PIB en 2040, como resultado de un fuerte aumento del gasto del sistema de jubilación.
Por otro lado, la AIReF ha instado recientemente al gobierno a reducir el déficit estructural del 4%, porque el efecto rebote del PIB observado de 2021 a 2024 se esfumará en 2025 pero el descuadre entre ingresos y gastos se mantendrá inalterado.
Los impuestos son ya casi el 40% de la renta de los hogares más pobres
Un informe de Fedea, que lleva la firma de los profesores Julio López Laborda, de la Universidad de Zaragoza, y Jorge Onrubia, de la Universidad Complutense de Madrid, muestra el duro efecto de los impuestos sobre quienes menos tienen, pero el gobierno de PSOE y Podemos se niega a bajarlos.
Las conclusiones que alcanza el estudio de Fedea son interesantes pues el modelo español de impuestos y gasto del Gobierno Sánchez ha demostrado ser poco eficiente a la hora de reducir la pobreza y la desigualdad
Resulta interesante comprobar que los impuestos, que restan más de un 35% de renta al hogar medio, resultan aún más duros para las familias pobres, que pierden por este camino casi el 40% de sus ingresos brutos.
En el caso de los impuestos indirectos (IVA, Especiales, Hidrocarburos…), su peso sobre los ingresos de las familias pobres asciende al 41%, frente a la media del 21% para el conjunto de los demás hogares. Estos datos deberían invitar al gobierno de Pedro Sánchez a bajar impuestos reduciendo gasto ineficiente pero el Ejecutivo de PSOE y Podemos se niega a reducir los impuestos, contribuyendo así a apuntalar la pobreza en un contexto de elevadísima inflación.
La educación y la sanidad recortan casi el 7% de la tasa de pobreza
Las prestaciones sociales representan casi el 90% de la renta bruta equivalente de los hogares en riesgo de pobreza. Desglosando las prestaciones, los servicios públicos que se ofrecen “en especie” tienen un peso algo más elevado que las ayudas monetarias. De hecho la sanidad y la educación tienen el efecto de recortar en 6,7 puntos la tasa de pobreza, que cae del 21,1% al 14,4% como resultado de estos servicios.
Aún así, cuando se mide lo que suponen las prestaciones en comparación con los impuestos, podemos comprobar que el resultado es positivo para las familias de menos ingresos, que obtienen por esta vía el 50% de su renta bruta, pero lo llamativo es que para el conjunto de las demás familias este saldo es negativo (casi un 2% negativo)
De acuerdo con el estudio de Fedea, los hogares en riesgo de pobreza más favorecidos por la intervención pública a través de impuestos y prestaciones son los formados por personas mayores de 65 años y los sustentados por un pensionista. En cambio, los menos beneficiados son los sustentados por una persona menor de 30 años y los que tienen a un autónomo como principal generador de rentas.