Oleada de jubilaciones voluntarias en Clases Pasivas: se disparan el 240%

La salida de efectivos de la Seguridad Social repunta tras el traspaso de la gestión del régimen de clases pasivas al Ministerio de Inclusión y en plena avalancha de trabajo por la tramitación del Ingreso Mínimo

La sangría de la Seguridad Social se agrava, intensificada por una oleada de jubilaciones voluntarias sin precedentes. El departamento que depende del ministro José Luis Escrivá perdió 119 efectivos por esta causa en el último trimestre de 2020, lo que supone un 240% más que en el mismo periodo del año anterior. Una desbandada de personal que coincide con el traspaso de la gestión del régimen de clases pasivas, que antes recaía en Hacienda, con un incremento del volumen de trabajo derivado de la tramitación de la avalancha de solicitudes del Ingreso Mínimo Vital y en un entorno creciente de rumorología sobre un eventual recorte en las pensiones públicas tras la puesta en marcha de la reforma que se va a comprometer con Bruselas para acceder a los fondos europeos de recuperación y que se está negociando en estos momentos en la mesa de diálogo social.

El dato lo aporta el propio Ministerio en una respuesta parlamentaria a una pregunta en la que varios diputados de Vox pedían explicaciones sobre la pérdida de 600 efectivos en la Seguridad Social durante el cuarto trimestre de 2020. En la contestación, el departamento de Escrivá argumenta, en base a los datos recogidos por la Subdirección General de Recursos Humanos e Inspección de Servicios del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que la reducción de la plantilla se debe fundamentalmente a dos factores, principalmente, a un “incremento significativo” del 35,64% en el volumen de jubilaciones acaecidas en ese periodo.

En efecto, los datos reflejan un incremento desde 303 jubilaciones en el último trimestre de 2019 hasta 411 en el cuarto trimestre de 2020. Pero lo llamativo es que mientras las jubilaciones ordinarias se reducen un 24,14%, al pasar de 29 a 22, o las que se producen tras completar el periodo de cotización caen un 50%, al registrarse solo una, frente a las dos que se produjeron un año antes, las jubilaciones voluntarias se disparan ese 240% (119 frente a 35). Al mismo tiempo, las jubilaciones anticipadas por causas legalmente establecidas (por incapacidad, por ejemplo), aumentan un 8%, desde 125 hasta 135, mientras que las jubilaciones forzosas por finalizar la prolongación de servicios se elevan un 64,71%, de 34 a 56, y las forzosas por cumplimiento de la edad reglamentaria se mantienen estables en 78.

Fuentes del sindicato de funcionarios CSIF relacionan este repunte de las salidas voluntarias directamente con la “inquietud” que generó el traspaso de las competencias de las clases pasivas (el régimen especial para funcionarios) a la Seguridad Social y con la “incertidumbre” en torno a un posible recorte de las pensiones, especialmente para retiros tempranos del mercado laboral. De hecho, otras estadísticas respaldan esta teoría. Cerca de 20.000 empleados públicos encuadrados en este régimen tomaron la decisión de dejar atrás su vida activa y jubilarse en la recta final de 2020, en un movimiento de salida sin precedentes desde la gran crisis financiera de hace una década.

En su escrito, el segundo de los motivos que aporta el Ministerio para justificar la sangría de efectivos de la Seguridad Social es que la crisis sanitaria “determinó la suspensión de los plazos administrativos y con ello, la paralización y consecuente retraso del desarrollo de los procesos selectivos de los diferentes Cuerpos de la Administración de la Seguridad Social”. También esgrime que la “congelación” en la tasa de reposición en la Oferta de Empleo Público durante la última crisis económica “tuvo como consecuencia una progresiva disminución de efectivos y un incremento de la edad media de los empleados públicos en el sistema de Seguridad Social, situada en la actualidad entorno a los 56 años“. Y recuerda que el Gobierno ha hecho un “importante esfuerzo” para elevar esa tasa hasta el 100% en los últimos años y al 110% en 2021 en los sectores prioritarios.

Pero fuentes del sindicato CSIF en la Seguridad Social consideran que la tasa de reposición es insuficiente e insisten en denunciar el déficit de efectivos: “Cada vez somos menos, el personal se va jubilando a un ritmo mucho mayor que las incorporaciones, además se trata de personas con muchísima experiencia, que se pierde… perdemos efectivos y su conocimiento”, lamentan. Consideran que este “mal endémico” que padecen desde hace años se ha visto agravado por la pandemia y por la sobrecarga de trabajo que ha supuesto la aprobación de una nueva prestación como es el Ingreso Mínimo Vital. Y lanzan una advertencia: “Se nos viene una buena encima, con una edad media de 58 años y entre rumores de cambios en el cálculo de las pensiones, en los próximos cuatro años se pueden jubilar unos 5.000 trabajadores en el ámbito de la Seguridad Social”.

Discriminación en el complemento de maternidad

No es la única denuncia que lanzan desde CSIF. Precisamente, al hilo de las jubilaciones anticipadas en el régimen de clases pasivas, el sindicato reclama al Ministerio de Escrivá que modifique los requisitos de acceso al complemento de maternidad recientemente aprobado, ya que tal y como está planteado en estos momentos solo pueden cobrarlo las funcionarias que sean jubiladas de manera forzosa, no pudiendo percibirlo cuando se jubilen voluntariamente. Esto no sucede en el régimen general, donde las jubiladas voluntarias sí lo cobran. Desde la Seguridad Social justifican que no existe diferencia de trato discriminatoria, ya que los requisitos de acceso a la jubilación en el régimen de clases pasivas del Estado son “más favorables” que en el régimen general.

El secretario de acción sindical de CSIF, Francisco Lama, cuestiona las explicaciones que el propio ministerio les ha remitido por carta, en una misiva a la que ha tenido acceso La Información, porque “la esencia de la norma es compensar la diferencia retributiva, de modo que resulta peregrino que se excluya la jubilación voluntaria de las clases pasivas cuando sí está incluida la del régimen general”. “La Seguridad Social se olvida de que, a excepción de las pensiones más altas, que son las del nivel A1, el resto son inferiores a las del régimen general”, argumenta Lama, que pide que el complemento se asigne por tramos y confía en que estas desigualdades se corrijan durante la tramitación parlamentaria de la norma.

Fuente: La Información

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