El Gobierno reduce en 2,7 puntos las proyecciones de crecimiento de la economía española en 2022 y eleva el deflactor del consumo, equivalente al IPC, hasta el 6,1% para este año.
El nuevo cuadro macro recoge el fuerte impacto que va a tener la guerra en Ucrania en la recuperación prevista inicialmente para este ejercicio, que estaba llamado a ser el del resurgir tras la pandemia. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha oficializado este viernes que la economía española crecerá este año un 4,3%, según sus estimaciones.
Para 2023, el Gobierno mantiene su previsión de crecimiento en el 3,5%, para 2024 la eleva hasta el 2,4%, y para 2025 dibuja un alza del PIB del 1,8%. Una senda de recuperación que se basa, en gran medida, en el fuerte avance previsto para la inversión, especialmente en bienes de equipo y propiedad intelectual.
Eel Ejecutivo prevé un alza del empleo del 3% en 2022, que se irá reduciendo hasta quedarse en la mitad a final del periodo (para 2025 estima un 1,5%). Y respecto al paro, proyecta una tasa del 12,8% para este año (por debajo del 14,1% inicialmente previsto) y una reducción progresiva hasta bajar del 10% en 2025 (9,6%).
El Gobierno no ofrece previsiones de inflación, pero estima que el deflactor del PIB se sitúe en el 4% y el indicador que más se le parece, el del consumo privado, en el 6,1% y 2,2% en 2023. Calviño ha augurado que el IPC estará en el entorno del 2% el año que viene y al 1,6% en los dos años siguientes.
Hacienda prevé que el déficit público se reduzca desde el 6,9% de 2021 hasta el 5% en 2022, nivel que se mantiene respecto a las anteriores previsiones. Para 2023 espera que baje al 3,9%, para 2024, al 3,3%, y para 2025, al 2,9%. No obstante, España seguirá teniendo una deuda superior a la de 2019 durante todo el escenario dibujado por el Gobierno: la deuda representará el 115,2% del PIB este año, el 112,4%, en 2023; será del 110,9% en 2024 y se reducirá hasta el 109,7% en 2025
Montero ha explicado que el Gobierno asume que el gasto público se reduzca a medida que empiecen a desaparecer medidas puestas en marcha con motivo de la pandemia. La ministra ha puesto como ejemplo los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). En cuanto a los ingresos, Montero calcula que representarán el 42% del producto interior bruto (PIB).
La ministra de Hacienda ha subrayado que el aumento extraordinario de la recaudación no se explica exclusivamente por la inflación y expone que el 80% del incremento de esos ingresos se deben al crecimiento económico y a la positiva evolución del empleo.
La titular de Hacienda ha señalado que los mejores datos de 2021 han permitido al Gobierno reducir los ratios de deuda y déficit público durante el pasado año. Además, ha subrayado que la suspensión de las reglas fiscales también ha dado margen para poner en marcha medidas para proteger a los sectores y hogares más vulnerables.
Calviño se queda sin argumentos y en definitiva, España no recuperará su nivel de actividad previo a la pandemia hasta el cuarto trimestre de 2023 como pronto. Y no es descartable que nos vayamos al primer semestre de 2024. Lo cierto es que sigue siendo muy llamativo que casi todos los países europeos han recuperado de sobra el PIB que tenían a finales de 2019 Hagamos las cuentas: la actividad económica en España cayó en 2020 el equivalente al 10,8% del PIB. En 2021 crecimos un 5,1% (pero la referencia no es 100, sino 89,2 tras la caida del 10,8). Si en 2022 crecemos un 4,3% como anticipa el Gobierno, nos quedaremos en 97,8 respecto a ese 100 que marca el cuarto trimestre de 2019. Y si en 2023 crecemos el 3,5%, entonces sí, por muy poco, a finales de ese año superaremos dicha barrera. Hablamos de cuatro años perdidos en términos económicos. La pandemia y la guerra no valen de excusa pues, lamentablemente, han afectdo a todo el mundo, incluido por supuesto a toda Europa.