“El gasto en pensiones alcanza un nuevo récord”. Este titular se viene repitiendo sistemáticamente todos los meses de los últimos años y todo apunta a que seguirá siendo así en el futuro.
El último dato que tenemos sobre la nómina abonada por la Seguridad Social a los jubilados es del pasado agosto. En el octavo mes del año 2023, las arcas del Estado abonaron la cifra histórica de 12.039,2 millones de euros en prestaciones contributivas. Nunca antes se había gastado tanto en pensiones. Y el próximo mes volverá a aumentar.
Como se observa en el siguiente gráfico, que arranca en mayo de 2015, el desembolso de la Seguridad Social en el pago de pensiones (gracias a los préstamos del Estado) cada vez es mayor. Solo en el fatídico año 2020 se registró una disminución del gasto en esta partida a causa de los fallecimientos de pensionistas por coronavirus. En concreto, fue en mayo de 2020 cuando la nómina de las pensiones contributivas cayó por primera vez en la historia respecto al mes anterior.
Casi tres cuartas partes de los 12.039,2 millones que se abonaron en agosto corresponde a pensiones de jubilación (8.778,1 millones), la partida más voluminosa de la cuenta. Dentro de la parte restante de la categoría de pensiones contributivas, la Seguridad Social gastó 2.006,3 millones en pensiones de viudedad; 1.059 millones en prestaciones por incapacidad permanente; 163,9 millones en las de orfandad y 31,8 millones en prestaciones en favor de familiares.
En total, en agosto se abonaron 10.069.148 pensiones contributivas de las que 6.380.917 fueron de jubilación. Por su parte, el número de pensionistas es de 9.117.724 personas con fecha a 1 de agosto (el número es menor al de las pensiones porque muchos de estos ciudadanos cobran varias prestaciones).
Más jubilados con mayores pensiones
La explicación de que tradicionalmente en España suba el gasto en pensiones año a año y mes a mes se debe a dos motivos fundamentales: cada vez hay más jubilados (por el aumento de la esperanza de vida) y los que entran en el sistema cada vez cobran más (han cotizado más).
Esta problemática se observa, por ejemplo, en los datos de altas y bajas que ofrece la Seguridad Social. Teniendo en cuenta a todas las pensiones (jubilación, viudedad, incapacidad…), a cierre de 2022, se sumaron 597.665 nuevas altas frente a 505.026 bajas, lo que se traduce en un total de 92.639 pensionistas extra.
Sin embargo, yendo todavía más al detalle y teniendo en cuenta sólo las altas y bajas de las pensiones de jubilación (las más habituales) de todo tipo de regímenes (general, autónomos, minero…) podemos observar de manera clara que aumenta tanto el número de jubilados como la cuantía de la pensión de jubilación, lo que dispara exponencialmente el gasto del sistema.
Así, diciembre de 2022 cerró con 327.872 nuevos jubilados que cobraron una pensión media de 1.426,75 euros frente a las 299.127 bajas (la mayoría por fallecimiento) que dejaron de cobrar pensiones de 1.122,22 euros de media. Así, vemos que el año pasado se sumaron al sistema 28.745 pensionistas extra que cobraban al mes 304 euros más que los que se dieron de baja.
Teniendo en cuenta que los jubilados cobran sus prestaciones en 14 pagas, estaríamos hablando de que cada uno de esos jubilados cobraría 4.256 euros más al año que los que salieron del sistema, lo que supone un total de 122 millones de euros extra en sólo un año por este reemplazo o sustitución de jubilados.
Esta situación (unida a las bajas tasas de natalidad) está tensando sobremanera las cuentas de un sistema en el que hace mucho que los ingresos de las cotizaciones sociales ya no llegan para cubrir el pago total de las prestaciones.