Los mundos de “Yoli”

Nuestro mercado está arrasado por la inseguridad jurídica y política sin crear empleos estables

Planteaba el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, durante la reciente asamblea general de la organización empresarial, que el gobierno debería reflexionar sobre “porqué las empresas ya no contratan como antes”. Una reflexión necesaria a la vista de los datos de paro registrado en junio, mes tradicionalmente positivo para el empleo, pero que en esta ocasión no invitan precisamente al optimismo.

Al contrario, analizando los propios datos del Ministerio de Trabajo vemos que el número de los contratos registrados que en junio ha sido de 1.379.963 con una caída de 112.840 (-5,13%) sobre el mismo mes del año pasado. Al tiempo que la contratación acumulada en los seis primeros meses de 2024 alcanza una cifra de 7.433.551, lo que supone 229.275 contratos menos (-2,99%) que en igual periodo de 2023. Es decir, Hay una caída de la contratación que refleja menor actividad económica y falta de dinamismo del mercado laboral.

Desglosando por tipos de contrato, se observa también que en junio de este año se han registrado 576.885 contratos de trabajo de carácter indefinido, que representan el 41,15% de todos los contratos, con un descenso de 63.925 (-10,12%) sobre el mismo mes del año anterior y dos puntos porcentuales menos que en mayo dónde representaban el 43%. Con el añadido que sólo el 38,3% de estos contratos indefinidos son a tiempo completo, un punto menos que el mes anterior. Datos que invitan a preguntarnos cómo es posible que, realizándose más de 1,3 millones de contratos, el número de parados sólo disminuya en poco más de 46.000.

Una interrogante que los responsables de USO explican porque se está produciendo en la práctica tantas rescisiones de contratos como altas de producen y se mantiene una alta rotación en el empleo. Tenemos “contratos cerilla que se consumen en muy poco tiempo”. Afirmaciones que corrobora el hecho de se han realizado más contratos indefinidos que personas los han suscrito. En concreto 30.657 trabajadores han sido objeto de más de un contrato indefinido. Son contratos que están implementado el pluriempleo y tiene que ver con el incremento de la contratación a tiempo parcial, o bien, con rescisiones de contratos y realización de una nueva contratación. Lo que permite concluir que a rotación en el empleo ha llegado a la contratación indefinida que está dejando de ser sinónimo de tener y mantener un trabajo estable. Cifras que como el algodón no engañan y que obligan a repetir, una vez más, que las estadísticas oficiales de empleo tienen más cocina que las encuestas de Tezanos.

Empezando por el número real de parados en nuestro país que es prácticamente un millón más que los oficialmente registrados, hasta superar los 3,7 millones de personas. Esta cifra que resulta de añadir a los 2.766.910 desempleados que reconoce el Ministerio de Yolanda Díaz, los 205.843 trabajadores no ocupados que están realizando cursos de formación, los 355.796 con disposición limitada o demanda de empleo específico y los 11.147 trabajadores que estaban en un ERTE, que el gobierno no contabiliza. A los que hay que añadir a los demandantes de empleo con relación laboral, en los que se incluyen a los fijos discontinuos inactivos, que no desglosa el SEPE, y que en junio han aumentado en 83.969.

Y respecto al descenso en el número de parados, del que tanto presumía el presidente del gobierno, decir que los 46.783 desempleados menos son inferiores a los 50.268 de junio de 2023. Y si comparamos lo que ha sucedido en términos de paro registrado, este ha descendido en el primer semestre del año en 206.793 lo que supone que el ritmo de descenso del paro se está frenando teniendo en cuenta que iniciamos el semestre con un descenso anual del 4,83% y en junio el descenso ha sido del 4,75%. Mientras que si analizamos la variación interanual del número de parados se observa como la producida entre junio de 2023 y 2024 es la peor de los últimos 11 años, exceptuando 2019 y 2020, este último afectado por la pandemia del COVID.

Esta es la realidad de nuestro mercado laboral y no la que nos pintan los mundos de Yoli. Un mercado en decadencia arrastrado por la inseguridad jurídica, la inestabilidad política y por las decisiones de un gobierno hostil a las empresas y que ante su incapacidad para crear puestos de trabajo los reparten.

Fuente: El Economista La cocina del paro en el bufé de los contratos cerilla (eleconomista.es)

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