Los indefinidos que firman más de un contrato al mes se disparan un 1250% con la reforma laboral

Los expertos lo achacan al auge de despidos y al abuso del periodo de prueba

La reforma laboral cumple su primer año en vigor sumando récords de contratos indefinidos: en enero alcanzaron los 530.306, un 122% más que en el mismo periodo de 2022. Sin embargo, este buen dato  esconde un garbanzo negro: las 39.323 personas que tuvieron que firmar más de un contrato fijo en un mismo mes. Una cifra que se ha disparado un inédito 1.250% en el último año.

 

Así, desde enero de 2022, el número de estos trabajadores supuestamente estables, pero volátiles, ha crecido diez veces más que los propios contratos indefinidos. La cifra sigue siendo muy inferior a la registrada por los trabajadores temporales en la misma situación, que alcanzaron los 157.800 en enero. Pero estos se han desplomado un 50% en el último año, casi el mismo porcentaje que han retrocedido sus contratos.

Es decir, en su caso la evolución de la rotación sí es coherente con el giro en la calidad del empleo impulsado por la nueva legislación que penaliza los contratos de menor duración. Lo extraño es que haya aumentado entre los indefinidos, que se consideran al margen de esta rotación.

Pese a que su número es, comparativamente, aun reducido, la evolución resulta inquietante para los analistas del mercado laboral. A día de hoy, estos fijos ‘precarios’ ya suponen el 8% del total de las personas que firman un contrato indefinido, cuando hace un año apenas suponían el 1,23%. Si la calidad del empleo fijo no hubiera empeorado en el último año, este indicador debería haber mantenido sin variación, aunque hubiera más contratos.

¿Entonces qué está ocurriendo? Los expertos que han analizado esto fenómeno, como Valentín Bote, director del instituto de investigación Randstad Research, descartan explicaciones como que son pluriempleados que encuentran otro empleo. De hecho, entre el cuarto trimestre de 2012 y el cuatro trimestre de 2022 los ocupados con empleo secundario han caído un 4,7%, según los datos de la Encuesta de Población Activa.

A su juicio, la explicación apunta directamente a los despidos y al abuso del periodo de prueba en los contratos indefinidos. La pregunta, entonces, es si la evolución de estos permite avalar esta tesis.

Despido gratis

Según las estadísticas de la Seguridad Social, las bajas de afiliación de asalariados con contratos indefinidos motivadas por despidos clasificados como tales (disciplinario, colectivo, declarado improcedente y objetivos, ya fueran por causas imputables a la empresa o al trabajador) subieron un 68% en el conjunto del año, hasta superar los 729.000. Por su parte, las extinciones de empleos indefinidos justificadas por no superar el periodo de prueba en el conjunto de 2022 se han disparado un 620%, por encima de los 568.000.

Si analizamos los datos mes a mes, se aprecia que la evolución es desigual: el incremento de las extinciones en periodo de prueba ha perdido algo de fuelle. En los últimos meses de año su número se ha estancado por debajo de los 60.000, cuando en verano llegó a igualar el de los despidos en cerca de 70.000. El de los despidos, sin embargo, sigue aumentando hasta marcar un máximo histórico en diciembre, con 86.700 despidos. Una cifra que supera incluso el del peor año de la serie: marzo de 2020, cuando hubo más de 70.000 despidos de indefinidos.

Se trata además de despidos baratos: el 48% de ellos  son disciplinarios, que carecen de indemnización, y el 44% por causas objetivas de la empresa (económicas, técnicas, organizativas de la producción), que sitúan la compensación en 20 días por año.

Pero pese al auge de los despidos, las sospechas se dirigen hacia el fin del periodo de prueba, que también carece de indemnización y encaja mejor con los empleos de muy corta duración. Además, no tienen la consideración legal de despidos, lo cual reduce exponencialmente el riesgo de una demanda judicial.

La reforma laboral establece que el periodo de prueba durará como máximo seis meses para técnicos titulados y dos meses para los demás trabajadores (aunque en el caso de empresas de menos de 25 trabajadores, el límite se amplía a tres meses). En cualquier caso, estos umbrales están sujetos a lo que dicte el convenio colectivo, que puede elevarlos o reducirlos.

Aunque en este escenario en este último año también se ha producido un auge de las dimisiones, y del pase a la inactividad de los trabajadores con contratos fijos discontinuos, expertos como Bote han minimizado su impacto. En este sentido, recuerdan que el modelo fijo discontinuo ya se aplica a empleos que antes eran temporales sin necesidad de rescindir el contrato.

Fuente: El Economista

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