Los hijos de los babyboom pagarán los «platos rotos» de las pensiones de sus padres

 

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha advertido sobre el reto que afrontarán los hijos de la generación de los ‘baby boomers’ de seguir financiando los derechos adquiridos por sus padres en el marco del sistema de pensiones de reparto, y a la vez, mantener la fecundidad y los costes de las políticas dirigidas hacia los niños (educación y políticas familiares), claves para garantizar la equidad y también para el pago de las futuras pensiones de reparto.

En este contexto, en el informe se señala que los hijos de una parte de los ciudadanos, criados en buena parte con sus recursos privados, generan una externalidad positiva a las personas que no tienen hijos. «Es decir, los impuestos que pagan estos niños y niñas una vez alcanzada la edad adulta sustentan los programas del estado del bienestar de todas las personas, independientemente de si han tenido o no hijos».

Los resultados indican que los padres de cualquier nivel educativo reciben alrededor de la mitad de las transferencias familiares netas a lo largo de su vida que los que no han tenido hijos y que el estado del bienestar no compensa esas diferencias con transferencias públicas. «La externalidad es, por tanto, considerable», se advierte en el estudio.

Las autoras del informe sostienen que estos resultados son clave de cara al debate sobre la reforma del sistema de pensiones, que debería considerarse dentro del conjunto más amplio de los programas del estado del bienestar, es decir, del conjunto de transferencias públicas intergeneracionales hacia adelante (dirigidas a niños) y hacia atrás (destinadas a los mayores).

Las recientes reformas del sistema de pensiones español, centradas en el aumento de la cotización y la preservación del poder adquisitivo de las pensiones, contribuirán a desplazar la carga del ajuste sobre las generaciones que estarán activas durante la jubilación de los ‘baby boomers’, incrementando todavía más el actual sesgo del estado del bienestar, favorable a los mayores actuales.

Como consecuencia, el informe concluye que los hijos de los ‘boomers’ afrontarán el reto de seguir financiando los derechos adquiridos por sus padres en el marco del sistema de pensiones de reparto, y a la vez, mantener la fecundidad y los costes de las políticas dirigidas hacia los niños (educación y políticas familiares), claves para garantizar la equidad y también para el pago de las futuras pensiones de reparto.

 

En la figura se muestra los principales resultados para España del Valor actual de las transferencias netas vitales públicas y privadas recibidas en proporción al valor actual de la renta laboral vital (nacidos en el año base, 2010). Se consideran tres niveles educativos. En cuanto al tipo de familia, los resultados se agrupan en padres y personas sin hijos. El valor actual de las transferencias netas, tanto privadas (TF) como públicas (TG), se muestran los resultados más allá del año base, para su sostenibilidad frente al envejecimiento de la población. Las transferencias privadas netas (en color verde) son siempre positivas, mientras que las públicas son también positivas excepto para el nivel educativo alto, que es el único que en términos netos paga impuestos (teniendo en cuenta todo su ciclo vital), mostrando el papel redistributivo del estado del bienestar.
Nota: Las transferencias netas privadas (TF) y públicas (TG) vitales se expresan en porcentaje de los ingresos laborales vitales para individuos representativos de la generación nacida en 2010 (por nivel educativo e hijos nacidos). El círculo negro muestra la suma total de transferencias públicas y privadas. Se muestran los resultados del escenario que ajusta los valores de las transferencias privadas y públicas más allá del año base, para su sostenibilidad frente al envejecimiento de la población.
Las transferencias privadas netas (en color verde en la Figura 3) son siempre positivas, mientras que las públicas son también positivas excepto para el nivel educativo alto, que es el único que en términos netos paga impuestos (teniendo en cuenta todo su ciclo vital), mostrando el papel redistributivo del estado del bienestar. Cabe destacar la diferencia en las transferencias familiares netas que reciben los padres y las personas sin hijos. Las personas sin hijos tienden a recibir alrededor del doble de transferencias netas (en proporción a su renta vital). La explicación es sencilla, pues indica que el coste de los hijos es mayoritariamente asumido por sus padres. Pero el análisis da un paso más al visualizar además el papel de la estructura familiar. Si bien la mayoría de individuos recibe transferencias de sus familias durante la niñez y la juventud, sólo los que a su vez son padres dan a las generaciones siguientes. Las diferencias son mayores en España, probablemente debido a la tardía emancipación de los jóvenes en nuestro país.

ENLACE AL ESTUDIO

eee2024-24.pdf (fedea.net)

 

0 0 votes
Article Rating
Suscribirme
Notificarme de
guest
0 Comments
Recientes
Antiguos Más Votado
Inline Feedbacks
View all comments