Los economistas contradicen a Escrivá y auguran una nueva subida de cotizaciones

Fedea considera que ya se dan las condiciones para activar los ajustes que prevé la reforma de las pensiones ante un exceso de gasto

a reforma de las pensiones diseñada por el ministro José Luis Escrivá no ha servido para solucionar el principal problema del sistema: poner fin al déficit que acumula desde hace más de una década y equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. Es decir, ha fracasado en su fin último, que no era otro que el de lograr su sostenibilidad. Así lo estima la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en un informe publicado este lunes, en el que hace una enmienda a la totalidad a las proyecciones del gasto en pensiones que el Ministerio de Seguridad Social envió recientemente a la Comisión Europea y augura que serán necesarias nuevas subidas de cotizaciones u otras medidas de ajuste para cuadrar las cuentas; y dentro de muy poco, en apenas dos años.

Este estudio elaborado por 16 reputados expertos en pensiones carga contras las previsiones realizadas por Escrivá y las tilda de «excesivamente optimistas», «poco creíbles», «no suficientemente documentadas» y «poco plausibles». Los resultados que arrojan las proyecciones de unos y otros son muy diferentes. Así, mientras que el ministerio prevé que la reforma en su conjunto tendrá un efecto moderado sobre el saldo presupuestario del sistema de pensiones, que alcanzaría las seis décimas de punto del PIB en 2050 y sería prácticamente nulo en promedio entre 2022 y 2050, los cálculos de Fedea apuntan a un «deterioro mucho más intenso» de tal saldo, que rondaría el punto y medio en promedio y excedería los 3,5 puntos en 2050.

Más concretamente, Escrivá vaticina un gasto medio del 14,20% del PIB durante las próximas décadas que alcanzará el 14,66% en 2050 y que, además, si se descuentan los ingresos que se conseguirían con las medidas implementadas, ese gasto caería hasta el 12,4%. Los cálculos de este ‘think tank’, por el contrario, apuntan a un gasto en pensiones en 2050 que rozará el 18% del PIB y que excederá el 15% durante el periodo 2022-2050. Así, advierten de un «crecimiento sustancial» del gasto en pensiones neto de nuevos ingresos, que rondaría los 1,5 puntos del PIB en promedio entre 2022 y 2050, y excedería los 3,5 puntos en 2050.

Estos resultados exceden con creces los límites marcados por el mecanismo corrector que se recoge en la reforma de las pensiones, que establece expresamente que se activará cuando la diferencia entre el gasto en pensiones y los ingresos previstos con las nuevas medidas supere en promedio el 13,3% del PIB.

A juicio de este grupo de economistas, la cláusula de salvaguarda del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) «se cumple ya en la actualidad», lo que implicará «una apreciable subida de los tipos de cotización» cuanto toque la revisión, es decir, dentro de dos años. A este respecto, Fedea avisa también de que, dado su ya elevado nivel, así como las futuras alzas que contempla la reforma para los próximos años, una subida adicional de las cuotas para cubrir el creciente déficit del sistema público de pensiones «podría tener efectos adversos sobre el crecimiento potencial, el empleo, la productividad y, en definitiva, sobre el bienestar».

Diferentes proyecciones

Las fuertes diferencias entre ambos análisis se debe a que las proyecciones del Ministerio «se apoyan en supuestos demográficos y macroeconómicos más favorables que los utilizados por otras instituciones, así como en estimaciones no suficientemente documentadas y en ocasiones poco creíbles de los efectos presupuestarios de algunas de las medidas de la reciente reforma», según señala el informe. Así, parten de supuestos más favorables respecto al crecimiento del PIB, del empleo y de la productividad; así como de la fecundidad, la inmigración o la esperanza de vida. Además, las principales diferencias se encuentran en el impacto de los incentivos a la jubilación demorada, la reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y la mejora de las pensiones mínimas.

En los dos primeros casos, la discrepancia se debe, al menos en parte, a que las proyecciones del Ministerio «no recogen» los efectos inducidos sobre el gasto futuro en pensiones de los incentivos a la demora de la jubilación o de la subida de las cotizaciones de los autónomos, subraya Fedea.

En el tercer caso, el de las pensiones mínimas, Fedea avisa de que «no parece tenerse en cuenta» que la revisión de las pensiones mínimas y no contributivas no sólo comporta una subida puntual de su cuantía sino un cambio importante en su regla de evolución, que deja de referenciarse a la inflación para ligarse a la evolución de la renta per cápita media.

Fuente: Hoy 90 años

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