El número de fijos discontinuos usados por la vicepresidenta para maquillar el dato de paro se ha duplicado en un año.
La reforma laboral de la que saca pecho Yolanda Díaz y la izquierda ha conseguido llevar la duración media de los contratos en España en algunos meses del año hasta los 38 días, todo un desatino marcado por la precariedad más absoluta.
Ahora, y con los últimos datos oficiales en la mano, vuelven a aflorar indicadores que muestran el daño que ha hecho la citada reforma laboral, especialmente a los contratados más débiles: los jóvenes. Y es que, frente a la anunciada estabilidad del empleo, lo cierto es que los despidos de puestos teóricamente indefinidos por no superar el periodo de prueba se han disparado un 903% en un año. Y el pase a la inactividad de los fijos discontinuos ha escalado nada menos que un 522%. Así es la lucha contra la precariedad de Yolanda Díaz.
Los últimos datos recabado por el departamento de estudios del sindicato USO son demoledores contra la reforma laboral de Yolanda Díaz. Mientras la vicepresidenta y el PSOE alardean de los logros laborales conseguidos, lo cierto es que la estabilidad ha saltado por los aires y se han disparado las causas de despido justificativas del corte de los contratos en cuanto alcanzan la más mínima duración.
Para empezar, como destacan los expertos de USO, “acabamos agosto por debajo de los 20 millones” de trabajadores reales. Y es que “se disparan las bajas de los contratos indefinidos” y las causas son plenamente delatoras. En un año, el incremento de los despidos de puestos teóricamente indefinidos por no superar el período de prueba es de un 902,6%. Por pase a la inactividad de fijos discontinuos, avanzan un 521,8%. Las bajas no voluntarias por otras causas, un 320,9%. Las voluntarias, un 258,7%. Los despidos de estos mismos contratos por causas objetivas, un 234,7%. Y los despidos disciplinarios de indefinidos, un 170,3%. En resumidas cuentas, que todo lo que se dijo de la estabilidad de los nuevos indefinidos es humo.
Y es que la realidad es que la única reforma profunda que se ha hecho es el camuflaje del sistema de recuento de los parados. Lejos de reconducir una estadística decisiva -la del paro- que ya se ha desvelado que está trufada de falsos trabajadores fijos discontinuos en los meses en lo que están parados.
Y, así, el número de fijos discontinuos usados por la vicepresidenta para maquillar el dato de paro se ha duplicado en un año y ha llegado en los últimos meses a casi las 700.000 personas. USO señalaba hace un mes que, realizando una sencilla operación matemática: del total de personas que se inscriben en el SEPE demandando empleo, restamos aquellas que están ocupadas y da el total de personas registradas y que no están trabajando (no tienen una ocupación, están desempleadas o simplemente paradas)”.
Pues bien, este dato en el mes de agosto ascendió a 3.890.201 personas. Y eso supone 1.187.501 personas más que las que se indican como “paro registrado” y comparándolo con agosto de 2022 se habría incrementado en 94.835 personas. Y ese es el dato real de manipulación estadística: nada menos que casi 1,2 millones de personas. ¿Y cuántos de esos parados borrados en los datos oficiales proceden de la trampa de los fijos discontinuos?
Los datos también responden a esa pregunta. Después de la respuesta remitida por el Gobierno en el Senado sobre los fijos discontinuos en su período de inactividad -en la que se indica que están en el grupo de “Trabajadores con relación laboral”- vemos que esta es la partida que más crece en términos interanuales al comparar agosto de 2023 y 2022. Y es que casi se duplica en un año al pasar de 380.462 personas a 689.445, señaló USO.