LOS COSTES LABORALES FRENAN EL CRECIMIENTO ESTRUCTURAL DE LA ECONOMÍA

Supone un impacto negativo en el medio y largo plazo en la actividad económica y el empleo, que hará que se pierda productividad y competitividad, mercados y puestos de trabajo

La economía española cuenta con un gran problema estructural en su seno: una ausencia importante de productividad total de los factores de producción y en consecuencia de competitividad, ya que somos menos eficientes.

Eso provoca que nuestra economía sea más sensible a las variaciones del ciclo económico, de manera que lidere la creación de empleo en los momentos de crecimiento y sea la economía que más empleos destruye en los momentos de caída económica.

Desde el IITR-2020 los costes laborales iniciaron una tendencia alcista que, aunque ahora se ha suavizado algo, sigue creciendo a ritmos cercanos al 4% interanual.

 

Por su parte, el coste salarial  crece prácticamente al mismo ritmo que los costes laborales, lo presiona al alza a la inflación en los llamados efectos de segunda ronda, a través de una espiral precios-salarios.

Además el aumento del coste laboral se ve presionado al alza por el incremento que se está produciendo de cotizaciones sociales, que puede asfixiar a las empresas. La subida de la cotización adicional del MEI pasando de un 0,6% adicional (0,5 a cargo de la empresa y 0,1 a cargo del trabajador) hasta el 1,2% en 2029 (1% el empresario y 0,2% el trabajador) será mantenida hasta 2050, lo que supondrá una barrera al empleo, que puede desembocar en una caída de contrataciones. Además, la imposición de una cuota adicional a los trabajadores con base máxima, que en 2025 será un punto adicional, con subidas incrementales de 0,25 puntos, hasta llegar a 6 puntos más en 2045, también elevará los costes laborales.

Todo esto, provoca un impacto negativo  en la actividad económica y el empleo, que hará que se pierda productividad y competitividad, mercados y puestos de trabajo.

Eso hace que el crecimiento potencial o natural de la economía no crezca apenas, lo que supone una limitación al crecimiento de largo plazo de nuestra economía. Por. Por eso, en estos momentos se hace más esencial que nunca incrementar la productividad de la economía y para ello, hay que eliminar obstáculos a la generación de actividad económica, disminuir gasto e impuestos y reducir trabas burocráticas, a la par que acabar con la inseguridad jurídica.

Si se logra, será el mejor impulso que se puede dar a la economía con el crecimiento productivo real, que ahora se está atenazado con una política económica basada en el gasto público, que deteriora el crecimiento de largo plazo, al no ser sostenible.

El Banco de España contradice a Díaz y afirma que la baja productividad y el paro lastran la economía

La subgobernadora del Banco de España y gobernadora en funciones, Margarita Delgado, ha contradicho a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y ha advertido este viernes que el actual nivel de paro que sufre la economía española, así como la baja productividad dentro del marco laboral, «han lastado» al país y a su renta, sobre todo cuando se compara con otras naciones europeas.

«La brecha de renta per cápita entre España y la UE no se ha reducido desde la década de 1990», ha subrayado Delgado durante una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

Delgado ha señalado que, al medir en términos de paridad de poder de compra, el PIB (Producto Interior Bruto) per cápita de la economía española era del 92% del registrado en la Unión Europea en 1990, mientras que en 2022 se situaba en el 85%. Esta diferencia se debe principalmente a la menor productividad de la economía española.

«De hecho, si la productividad por trabajador de la economía española fuera igual a la media de la UE (ahora es 11 puntos menor), nuestra renta per cápita solo sería un 4% inferior a la media de la renta per cápita de la UE. De la misma manera, si la tasa de empleo española fuera igual a la de la media de la UE, la brecha en renta per cápita se reduciría en 7 puntos adicionales», ha apuntado.

Delgado ha precisado que, en esta comparación, la economía española todavía cuenta con una «ligera ventaja» por razones demográficas, ya que la población en edad de trabajar en relación con la población total es superior a la de la UE en 3 puntos. «Sin embargo, esta ventaja va a desaparecer pronto, dado que el proceso de envejecimiento de la población va a ser más intenso y rápido en nuestro país que en el resto de la UE», avisa.

 

Durante su intervención, la subgobernadora y gobernadora en funciones del Banco de España ha incidido en que la disminución de la inflación se está dando sin que los «necesarios» aumentos de los tipos de interés hayan tenido impactos «significativos» en el dinamismo de la economía española ni en el empleo, «que ha seguido demostrando fortaleza, aunque sin olvidar que nuestra tasa de paro sigue duplicando la media de la UE».

Según mantiene, la persistencia de la tasa de paro en niveles relativamente elevados y el hecho de que dicho porcentaje coexista «con signos de tensionamiento» del mercado de trabajo por escasez de trabajadores en algunos de sus segmentos, «son razones más que suficientes para seguir analizando la existencia de un paro estructural que tendría sus orígenes en un comportamiento disfuncional del mercado de trabajo».

Delgado ha indicado que el mercado laboral se verá afectado en los próximos años por los cambios tecnológicos, que tendrán «implicaciones muy importantes en el funcionamiento del mercado de trabajo, especialmente sobre la demanda y la oferta de trabajo y, por consiguiente, sobre el nivel de empleo y su productividad».

Por otro lado, Delgado ve prematuro anticipar los desarrollos futuros de la robótica y de la inteligencia artificial y su implementación en tareas productivas, la responsable considera «incontrovertible» que aumentarán la reasignación del empleo entre sectores y ocupaciones y la demanda de nuevas cualificaciones profesionales.

En este sentido, la profesional ha afirmado que, para que dicha reasignación se produzca de la manera menos costosa en términos de empleo y de productividad y para adaptar la oferta de trabajo al nuevo contexto tecnológico, «las políticas de empleo han de jugar un papel crucial».

Para la gobernadora en funciones del Banco de España, la elevada tasa de desempleo estructural en España es uno de los principales retos de la economía española, existiendo «margen de mejora tanto en las políticas pasivas, que protegen a los trabajadores cuando pierden su empleo, como en las políticas activas, que tratan de fomentar la empleabilidad de los trabajadores desempleados y su ajuste a las demandas de trabajo disponibles en cada momento».

«Todos aquellos elementos que ralenticen la reasignación sectorial y ocupacional del empleo harán que la destrucción de empleo asociada a los cambios tecnológicos sea mayor. Esto implica que la legislación sobre protección al empleo y la regulación de la negociación colectiva también deben reconsiderarse ante el nuevo contexto tecnológico y demográfico», ha señalado.

Junto al paro estructural, otro gran reto para la economía española, señalado por Delgado, es la baja productividad. Según explicó, esta se ve afectada por aspectos que limitan el crecimiento de las empresas y la demografía empresarial, la reasignación de los recursos productivos entre sectores y empresas, y el déficit en capital tecnológico e inversión en innovación.

Delgado también subrayó que la productividad está influenciada por varios factores: el marco regulatorio e institucional que condiciona el funcionamiento de los mercados de productos y factores de producción, y la disponibilidad de capital humano, donde la educación y la formación profesional juegan un papel clave.

Para la gobernadora en funciones, la «aparente» paradoja relacionada con la coexistencia en los últimos años del proceso de cambio tecnológico con el reducido crecimiento de la productividad podría deberse, al menos en parte, «a una cierta incapacidad a la hora de adaptar la capacitación de los trabajadores y las estructuras organizativas de las empresas a dicho cambio».

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