LAS PREJUBILACIONES NO CREAN EMPLEO JOVEN

El análisis del mercado laboral incluido en el informe anual del Banco de España esgrime datos de la OCDE para desmontar la tesis con la que históricamente las empresas españolas han justificado las ‘prejubilaciones’: prescindir de los trabajadores a partir de los 55 años no abre la puerta del mercado laboral a los jóvenes. “Más bien al contrario”, señala el supervisor: “aquellos países con tasas de empleo más elevadas entre la población de mayor edad también suelen disfrutar de tasas más altas de empleo juvenil”.

 

El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos siempre ha sido un firme defensor de la idea de ampliar la vida laboral para atajar el gasto en pensiones, pero en esta ocasión lo enlaza con el impacto que tendrá en la economía y en el mercado laboral del envejecimiento de la mano de obra. La clave es cómo compensar “la disminución del volumen de nuevos entrantes en el mercado de trabajo” por la caída de la natalidad.

 

Las personas que trabajan o buscan empleo y que están entre 25 y 55 años (la considerada como franja de edad ‘prime’ o más productiva para el mercado laboral), se encuentra en mínimos históricos, un problema que incluso el Gobierno ha reconocido ante Bruselas y que obliga a buscar opciones para ampliar la mano de obra disponible.

 

La primera es la inmigración, que tienen un cierto efecto “rejuvenecedor” en la mano de obra. Sin embargo, el organismo advierte que “no cabe esperar que la inmigración solucione completamente el problema del relevo generacional de los trabajadores en nuestro país”. Para ello serían necesarios “unos flujos migratorios mucho más intensos que los contemplados incluso en las proyecciones demográficas más optimistas”. Esto lleva a plantearse la alternativa de fomentar la permanencia en sus empleos de las personas que superan los 55 años.

 

Retrasar la edad de despido

El informe habla de “retrasar la edad de jubilación”, aunque con este término no alude tanto a la edad legal, que en 2024 se sitúa en 66 años y 6 meses (aunque alcanzará los 67 años en 2027), como a la efectiva. La edad a la que os trabajadores se retiran realmente. Esta es de 65 años en 2024, un año y medio inferior: Una brecha que no se ha reducido en la última década, cuando se situaba en 64 años y un mes y la edad legal en 65 años y seis meses.

 

La razón es que muchos trabajadores siguen viéndose obligados a adelantar su retiro bien por no encontrar trabajo o por estar inmersos en procesos de ‘prejubilación’. El supervisor se cuida mucho de no censurar estas prácticas (que se utilizaron durante la Gran Recesión para la reestructuración del sector bancario), pero se muestra muy consciente de sus consecuencias.

 

El informe explica que, desde finales de 2019, las tasas de empleo de los grupos de edad de 60 a 64 años y de 65 a 69 años han aumentado en 2,5 y 9,6 puntos porcentuales, respectivamente, desde 2019, mientras que sus tasas de actividad lo han hecho en 3 puntos porcentuales y 8 puntos porcentuales. Esto apunta a que los cambios en la jubilación han tenido más efecto en la ‘activación’ de los trabajadores que superan la franja de edad legal de la jubilación que los que se encuentran por debajo de ella.

 

Aunque el discurso político, sindical y empresarial censura el “edadismo”, la discriminación de los trabajadores de mayor edad, lo cierto es que esos siguen siendo los protagonistas de los procesos de ajuste como lo han sido en los últimos veinte años, casi siempre con acuerdo de los representantes de los trabajadores.

 

Cultura de la prejubilación

Hay que recordar que las prejubilaciones no son jubilaciones anticipadas, sino esquemas que combinan indemnizaciones, convenios especiales con la Seguridad Social y prestaciones y subsidios por desempleo. El afectado recibe unas condiciones más ventajosas que ante un despido convencional, si bien la contraparte es no volver a trabajar hasta que llegue a la edad legal de jubilación anticipada, un lapso que se extiende entre 10, ya que la mayoría se producen a partir de los 53 o 55 años.

 

Uno de los argumentos para defender esta práctica es que es una de las fórmulas “menos traumáticas” para garantizar el ‘relevo’ generacional en las plantillas: España es uno de los países con menor tasa de empleo juvenil (un 23%), dato que históricamente avala la idea de que adelantar la salida de los mayores del empleo facilita su entrada en el mercado laboral.

 

Sin embargo, esta ‘cultura’ de la prejubilación parece haber lastrado el empleo senior ente aquellos que no se benefician de estos grandes acuerdos de despidos colectivos o ‘bajas incentivadas’ (en rigor, dimisiones forzadas).

 

Sin embargo, el empleo de los mayores de 55 años también está por debajo de la media de la OCDE, como revelan los datos aportados por el Banco de España. Pero eso no es todo: al cotejar ambas variables se observa que los países con mayor tasa de empleo entre los mayores de 55 años también registran más empleo entre los menores de 25 años. El caso de España se sitúa en un espacio más cercano a Francia, Italia o Grecia, y muy lejos de las grandes economías del mundo como Estados Unidos, Alemania o Japón, ejemplo este último de mercado laboral en el que el reto demográfico obliga a ampliar el umbral de mano de obra disponible.

 

Estos datos muestran que no hay una relación inversa entre el empleo de las dos granjas de edad. La razón, como apunta el supervisor es que no ocupan los mismos tipos de empleo. “Los trabajadores de mayor edad no son sustitutos perfectos de los trabajadores más jóvenes, dado que sus cualificaciones profesionales, sus aptitudes y sus facultades laborales son distintas”, apunta el informe.

 

No son pocas las voces que justifican que las prejubilaciones tienen sentido en sectores como el tecnológico (un ejemplo serían el reciente despido colectivo pactado en Telefónica), ante la supuesta dificultad de los ‘seniors’ para adaptarse a las innovaciones. El Banco de España considera que este gap podría “reducirse con políticas formativas y de empleo que ayuden a los trabajadores, tanto jóvenes como de mayor edad, a (re)adaptar sus cualificaciones profesionales a las nuevas demandas del mercado de trabajo”.

 

Fuente: El Economista El Banco de España reniega de las prejubilaciones: echar a los mayores no crea empleo joven (eleconomista.es)

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