LAS PENSIONES Y LA ESPAÑA ESPERPÉNTICA DE “EL CALLEJÓN DEL GATO”

El ministro Escrivá, pillado en falta con la “ficha” de las pensiones mandada a Bruselas, intenta vender (en vano) su propio relato de ser una víctima de una “narrativa de confrontación”. El ministro ha insistido, y sigue insistiendo día sí y día también, en los medios de comunicación, en que “ni ha existido ni existirá” una propuesta para ampliar hasta los 35 años el periodo de cómputo de las pensiones.

Pocas horas después, de la primera “negación” del ministro (¡y ya van más que las de San Pedro!), se publicaba en varios medios de comunicación escrita, un documento elaborado por su Ministerio y remitido oficialmente a Moncloa, en la que efectivamente se contemplaba esa medida.

Aunque el informe, titulado ‘Sostenibilidad del sistema público de pensiones’ y redactado para su remisión a Bruselas, tenía el formato de borrador de trabajo, su existencia en algún momento de la tramitación está fuera de toda duda. La medida está orientada a aumentar la contributividad del sistema, según lo indicado en la recomendación 11Contributividad” de los aún “calientes” en su aprobación nuevos Pactos de Toledo.

El informe de marras se elaboró a petición de la vicepresidenta Nadia Calviño, a quien a su vez desde Bruselas le mandaron un mensaje larraniano claro: “o reformas las pensiones o vuelva usted mañana”. España ha completado su primer borrador del plan de recuperación de 30 componentes con el envío la pasada semana de la reforma laboral y de las pensiones. Pero, como admiten desde el Gobierno, estas dos fichas aún deben ser pulidas antes de la versión definitiva, probablemente en la segunda mitad de febrero. La Comisión tendrá dos meses entonces para dar su veredicto a los planes nacionales, seguido de otro mes del Ecofin. Una vez validado, los países recibirán un 13% de prefinanciación (unos 10.000 millones en el caso español) antes de empezar a cumplir los objetivos.

Lo más escandaloso y esperpéntico de este “curioso” caso es que, según sus antecedentes como presidente de la AIReF, parece seguro que Escrivá piense en realidad que es necesario acometer ese ajuste para garantizar el futuro de las pensiones.

Parece que no se contempla la opción de decir la verdad a los españoles sobre los recortes que vienen, probablemente por su alto coste electoral, y se puede intentar por enésima vez adoptar una retórica victimista del chivo expiatorio de una conspiración, esta vez, de sus propios socios de gobierno.

Defender un planteamiento en el que se cree y dimitir si éste no sale adelante suele ser una opción, ¡la más digna!.

La política de este Gobierno de coalición está creando un mundo paralelo donde la verdad y la mentira son conceptos difusos, que conviven y se entrelazan hasta ni siquiera distinguirse.

En ‘Luces de Bohemia’, Max Estrella le espeta a don Latino: “Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España”, y don Latino le responde: Nos mudaremos al callejón del Gato”, en alusión a los espejos cóncavos y convexos de la fachada de un comercio de una castiza callejuela madrileña, y que servían (¡y aún sirven!, reformados eso sí) a los transeúntes para reírse de sí mismos.

Los espejos en los que hoy transcurre nuestra realidad política devuelven una imagen tan deformada -y degradada- como la que presentaban, los espejos del Callejón del Gato madrileño, y sólo la burla y la propia compasión trascienden el drama.

Basado en : La Información

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