LAS JUBILACIONES ANTICIPADAS ESCAPAN AL SISTEMA

Hasta septiembre de 2018, 89.641 personas accedieron a la jubilación utilizando las excepciones que contempla la ley y evitando la reforma, según el informe económico financiero del proyecto de presupuestos para la Seguridad Social de 2019. Prácticamente la mitad de las jubilaciones anticipadas y el 19,1% de las jubilaciones ordinarias se realizan de acuerdo con la legislación anterior, que garantiza unas pensiones iniciales más generosas. Suponen un 36% de los 246.057 que lo hicieron en total hasta el fin del tercer trimestre. Los 156.416 jubilados que lo hicieron con el sistema reformado para recomponer la sostenibilidad financiera del sistema obtuvieron peores condiciones.

La Universidad de Valencia toma como referencia una pensión inicial por jubilación de 1.400 euros para una persona de 65 años que se jubila este año con 35 años de cotización con el marco normativo reformado. Un jubilado en las mismas condiciones en 2012 hubiera dispuesto de una pensión inicial de 1.468 euros, es decir, 68 euros más al mes y 952 euros más al año, ya que se cobran 14 pagas. Con la entrada en vigor en 2020 de uno de los elementos mencionados por los actuarios, la tabla de porcentajes para el cálculo de la base reguladora, la diferencia con el sistema previo se acentúa y pasa a 1.076 euros menos. La «maquinaria» es gradual y estará ya plenamente en vigor en 2027. En ese momento, una pensión inicial para un perfil como el indicado será hasta 2.212 euros inferior a lo que hubiera sido con el sistema al que aún se acoge, con razón, más de un tercio de los jubilados.

Los pensionistas centran sus protestas en la revalorización de las prestaciones mientras omiten este sistema de recorte de generosidad, quizás por la mayor visibilidad que tiene la decisión de ligarlas al IPC y la menor de las tablas del cálculo de la base reguladora de la Ley 27/2011. También influye el hecho de que fuera propuesta por el Gobierno y respaldada por el Congreso y los agentes sociales. Una tercera razón es que quienes perciben las pensiones hoy son los más sensibles a la generosidad del sistema y a sus cambios. Más que quienes están en la fase de cotizar.

Ocho años después de su aprobación, la reforma de 2011 ha recortado la generosidad del sistema en el cálculo de sus pensiones iniciales, que son más altas que en 2012 pero podrían serlo más aún con los parámetros previos. Fue una reforma de última hora. La última del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero antes de convocar elecciones en julio de 2011. Impuesta por los organismos que supervisaron la economía española y aceptada por los agentes sociales, se publicó en agosto en el BOE, con edades de jubilación más altas y bases reguladoras más cortas para hacer más sostenible el sistema.

Fuente: El Mundo

https://www.elmundo.es/economia/2019/12/15/5df4e02dfdddffa48a8b45c4.html

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