LA SEGURIDAD SOCIAL PIERDE CASI 10.000 AFILIADOS EN JULIO POR EL FIN DE CURSO, PERO EL PARO CAE EN 10.830 PERSONAS

El empleo registra su peor julio desde al menos 2002, tras la destrucción de 122.551 puestos en educación.

Pese a la propaganda oficial, la economía no evoluciona de manera magnífica, sino que se sostiene por el gasto público ingente, que ha endeudado a los españoles en más de 400.000 millones de euros en el sexenio de Sánchez, y al buen comportamiento del sector exterior. Sin embargo, en un mes como julio, de plena temporada estival, el dato es muy malo, pues se destruye empleo, como podemos analizar con los siguientes datos:

 

Paro registrado

El paro baja en 10.830 personas, menos que el mismo mes del año anterior. Es el tercer peor dato de un mes de julio de los últimos trece años.

 

Por otra parte, en tasa interanual baja en 127.637 personas, que es el tercer peor dato interanual de un mes de julio de los últimos once años (el segundo, sin contar 2020, cuando operaban las restricciones por la pandemia), con lo que la bajada no es especialmente destacable para este mes, hecho que muestra la ralentización interanual de la bajada del paro, comparando períodos homogéneos.

 

La bajada se queda en alrededor del 60% de lo que bajaba en julio del año pasado. Adicionalmente, España tiene la mayor tasa de paro de la UE, con un 11,5%, y la mayor tasa de paro juvenil de la UE, con un 25,9%.

 

El mercado laboral pinchó en julio. A pesar de que suele ser una buena época para la creación de empleo en plena temporada turística, en el mes que acaba de terminar España perdió 9.783 trabajadores con respecto a junio. Se trata del peor registro para un séptimo mes del año desde al menos 2002. La caída de la afiliación a la Seguridad Social vino motivada por el despido de profesores al terminar el curso escolar. No obstante, el paro aguantó el chaparrón y se redujo en 10.830 personas, situándose en 2,55 millones el total de desempleados registrados en las oficinas del Servicio Estatal Público de Empelo (SEPE), en mínimos desde septiembre de 2008. Así se desprende de los datos publicados este viernes por los ministerios de Inclusión y Seguridad Social y de Trabajo.

 

El tirón del comercio en pleno verano no fue suficiente para mantener la racha de creación de empleo de los últimos cinco meses. De hecho, no evitó que la Seguridad Social registrara la mayor caída de la afiliación desde al menos 2002, cuando empieza la serie histórica. En más de dos décadas, el empleo solo había retrocedido en julio en una ocasión: en 2022, cuando se destruyeron 7.366 puestos de trabajo. 2024 suma ahora otra nota discordante en los registros empeorando incluso el descenso de la ocupación de 2022. En cambio, a diferencia de lo que ocurrió entonces, el paro sí ha aguantado el tirón con un comportamiento muy similar al del año pasado, en el que disminuyó en 10.968 personas.

 

La anómala caída de la afiliación este año en el mes de julio se ha debido principalmente a la destrucción de 122.551 empleos en educación coincidiendo con el final de las clases. Este sector acostumbra a resentirse de la llegada del verano. En 2023, por ejemplo, la conclusión del curso escolar trajo consigo la pérdida de 110.705 puestos de trabajo. Sin embargo, el retroceso de este año ha sido especialmente abultado, anotando su mayor caída para un séptimo mes del año desde al menos 2009.

 

La creación de empleo en otros sectores no consiguió amortiguar el desplome de la educación. En concreto, sanidad y comercio fueron las actividades que más tiraron de la ocupación, ganando respectivamente 49.133 y 44.443 trabajadores más que en junio. Le siguieron la administración pública y las actividades administrativas y auxiliares, a las que se incorporaron 14.585 y 12.406 ocupados respectivamente. En cambio, un sector tan activo en los meses de verano como es la hostelería apenas contribuyó a compensar la destrucción de empleo entre los profesores con la creación de 11.235 puestos de trabajo.

 

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha restado importancia al descenso de la afiliación en educación poniendo el foco en el volumen total de trabajadores. “Es extraordinario el nivel de ocupación que tenemos en nuestro país. Los datos son buenos, aunque queda mucho por hacer”, ha valorado en una entrevista en RNE. Junto a la educación, el empleo también retrocedió en agricultura y actividades del hogar -la afiliación cayó en 39.003 y 4.462 personas- y entre los autónomos, que se redujeron en 4.947 rondando un total de 3,38 millones.

 

El sector servicios sí tiró de la caída del desempleo. Fue en el que más se redujo, con 6.591 desempleados menos que en junio. Le siguieron agricultura e industria, donde descendió respectivamente en 1.534 y 289 personas. También bajó el desempleo en el colectivo sin empleo anterior en 2.924 personas. En cambio, la construcción sumó 508 parados más.

 

La caída de la afiliación en educación pasó factura especialmente al empleo femenino, que retrocedió en 62.356 ocupadas. Este retroceso contrasta con el avance de la afiliación entre los hombres, que incorporó a 52.573 trabajadores respecto a junio. De este modo, el número de mujeres trabajadoras finalizó julio ligeramente por encima de los 10 millones de ocupadas -el 47,01% del total-, mientras que el volumen de hombres afiliados a la Seguridad Social superó los 11,3 millones.

 

En la otra cara de la moneda, el paro retrocedió en ambos sexos, aunque algo más entre las mujeres. En concreto, el desempleo femenino bajó en 6.459 personas respecto al mes de junio, mientras que el paro masculino retrocedió en 4.371. Con estos descensos, el número total de desempleados se sitúo en cerca de 1,54 millones de mujeres -su valor más bajo desde octubre de 2008- y en torno a 1 millón de hombres.

 

Por edades, el desempleo cayó en julio en 210 personas entre los jóvenes descendió en el mes de julio en 210 personas respecto a junio, mientras que entre los mayores de 25 años retrocedió en 10.620 desempleados. Tras la caída de julio, el número total de parados menores de 25 años bajó hasta un total de 174.926 desempleados. Los desempleados mayores de dicha edad se situaron en 2,37 millones de personas. En ese sentido, Díaz ha celebrado especialmente la incorporación de jóvenes a puestos de trabajo y ha señalado que “la tarea ahora son las personas mayores de 45 y 52 años”.

 

Los demandantes de empleo ocupados, donde se encuadran los indefinidos fijos-discontinuos que cesan actividad, aumenta en 123.463 personas en julio, que muestra que realmente hay al menos ese número de personas que probablemente tenía un empleo temporal y que se encontraría incluido en el número de parados de no haber sido reconvertido en fijo-discontinuo debido al cambio normativo que se llevó a cabo. Esto es especialmente preocupante, pues se produce en una época de alta contratación, con lo que esa potencial destrucción de empleo -con reflejo en menor afiliados- que muestra ese aumento de demandantes de empleo indica la desaceleración de la economía.

 

Desde octubre de 2022 ha aumentado en 470.188 nuevos demandantes de empleo ocupados, que se explicarían por el cese de actividad de fijos-discontinuos, que antes, al cesar actividad pasaban a la situación de parados y ahora quedan excluidos de la relación del paro registrado.

 

Contratos

Más de la mitad (un 60,21%) de los contratos indefinidos del mes son o a tiempo parcial o fijos-discontinuos.

 

En 2022 hubo, al menos, un artificio de más de un millón y medio de este tipo de contratos acumulado en el año, con muchos trabajadores que firman varios contratos indefinidos a lo largo del mes al haberse prohibido la contratación temporal y no optar algunas empresas por la figura del fijo-discontinuo, sino por breves contratos indefinidos. En enero, febrero y marzo de 2023, prosiguió el efecto del artificio normativo, que empezó a corregirse, por comparación estadística, en abril de 2023 y continúa, por los mismos motivos, desde entonces.

 

Cuando dichos contratos, antes temporales, acababan, engrosaban las listas del paro. Al pasar a fijos discontinuos, cuando cesan actividad no son considerados parados (de hecho, el incremento de los demandantes de empleo ocupados en la suma global de los últimos meses indica la merma en los datos de paro que antes se contabilizaban por este motivo y que por los propios datos que dio el ministerio en una respuesta parlamentaria a una pregunta escrita cifró en casi medio millón de parados no contabilizados) y que nunca más han vuelto a dar. La UE considera que hay casi un millón de personas (985.000) que no trabajan en España y que no están incluidas en las listas del paro.

 

Afiliación

El empleo se destruye este mes, con el descenso de afiliados a la Seguridad Social, después de que el que se hubiese creado en los últimos meses no fuese sólido, porque no se creaba, sino que se repartía, pero este mes, además, se destruye empleo. Adicionalmente, el último día de mes se destruyeron 176.258 puestos de trabajo. De hecho, en términos interanuales se desacelera de manera importante, siendo el cuarto peor dato interanual de un mes de julio de los últimos once años.

 

Además, en junio (último dato disponible), el empleo lo aumentó la contratación pública, con un incremento de 109.901 empleados públicos. Los autónomos caen en 4.947 personas, signo del empeoramiento de la economía.

 

Todo ello, conforma un escenario donde el deterioro, desgraciadamente, empieza a asomar una vez que se va agotando el gasto público y que el sector exterior se queda sin recorrido para seguir impulsando la economía. Urgen reformas profundas para seguir creciendo y para hacerlo de manera sostenible, pero nada de esto parece estar en los objetivos del Gobierno.

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