LA PIFIA DEL EXPERIMENTO DOCTRINARIO DE JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO CON LA AMNISTÍA

El expresidente Zapatero se metió en un lío cuando dijo que la amnistía era constitucional, “No hay ningún país occidental, democrático, europeo, que haya renunciado a la amnistía. Unas figuran en la Constitución, otras no«, añadió Zapatero, declarándose a favor porque la situación es «excepcional» y favorece el interés general. Pronto le tumbaron el argumento con el escrito del exministro socialista de Justicia Juan Carlos Campo, quien firmó en los decretos de los indultos a los líderes del procés que la medida de gracia es «claramente inconstitucional». »

 

 

Entre todas las resurrecciones que habrá que lamentar al hacer balance de este 2023, la de Zapatero podría ser la más relevante. No es casualidad que ZP se haya dedicado en estos meses a saldar algunas cuentas pendientes. La más evidente fue la que sucedió durante la pasada campaña electoral, cuando pregonó a los cuatro vientos que el mérito de haber terminado con ETA fue de su Gobierno y de su estrategia política y policial, algo que recitaron hasta la extenuación sus grandes defensores mediáticos.

 

Zapatero visitaba este lunes el programa de Carlos Alsina en Onda Cero y volvía a tratar de limpiar su imagen al atribuirse el mérito de la reformulación del Estatuto de Cataluña de 2006. El discurso que han mantenido desde el entorno zapaterista es que ese PSOE entendió a la perfección la sensibilidad especial de las “nacionalidades históricas” españolas y de ahí que se aprobara esa nueva norma institucional, que fue a posteriori vapuleada por el Tribunal Constitucional. Para Zapatero este boicoteo del Estatut nada tuvo que ver el hecho de que Artur Mas se entregara al catalanismo más fatuo y revanchista para frenar su pérdida de popularidad, derivada de las fuertes protestas que se desarrollaron en la región tras los tijeretazos a los que obligó ‘la gran recesión’. Para el PSOE, todo es culpa de aquel Tribunal Constitucional conservador. Repite mil veces una mentira y espera a ver lo que ocurre.

 

Así para el expresidente, lo que pasó en 2017 con el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia «trae su causa» de 2010, cuando el Tribunal Constitucional modificó el Estatut pactado y aprobado en referéndum por los catalanes en 2006. Tras esa sentencia, Zapatero cree que se produjo un «choque de legitimidades» y efectos políticos que «hay que acometer», de los que no culpa al Constitucional sino al legislador. «El hecho de un Estatut votado en referéndum y que luego es anulado en una pequeña parte, con más o menos calado, es un elemento central de todo lo que ha pasado, es la raíz del problema», ha argumentado.

 

Lo que ocurre es que Zapatero, especialista en mentir con sonrisas ha transmitido este lunes algo que no es cierto, y es que siempre se posicionó en contra de la citada decisión del Constitucional, al considerar que iba a incendiar la política catalana, pero Alsina demostró que las palabras del socialista eran un embuste, dado que, en su día, dijo: “En cuanto pase el ruido de los primeros días la sentencia quedará como un hito”.

 

La estrategia del expresidente es la de transmitir que existe un “conflicto catalán y que el Estado debe negociar con los independentistas para tratar de solucionar ese entuerto, al igual que su gobierno hizo con ETA en su día para terminar con el “conflicto vasco”. El tono de estadista que utilizó el socialista podrá llegar a la misma conclusión, y es que este tipo no sólo busca echar una mano a Ferraz y a Moncloa, sino también limpiar su imagen y quitarse de encima alguno de los pecados que le imputaron –considera- de forma injusta. Ahora toca decir que sólo el PSOE entiende España y tiene la voluntad necesaria para resolver sus “conflictos”. ¿Y si eso implica desdecirse? No hay problema. Mentir y manipular nunca viene mal en estos casos. ¿Y si Alsina te coge en un renuncio? Pues ya habrá otro que sea menos avispado.

 

El expresidente se manifestó «a favor de la amnistía», que a su juicio «no es inconstitucional», y justificó los cambios de opinión de Sánchez, señalando que su posición contraria a la amnistía antes del 23-J «se refería al tipo de amnistía que habían presentado los independentistas» en mayo de 2021, cuando los letrados del Congreso tumbaron su iniciativa en el Congreso. En cualquier caso, defendió que «si hay que cambiar de opinión, se cambia de opinión».

 

Su intervención no es baladí por tratarse de uno de los mayores valedores de Pedro Sánchez en la actualidad y a quien se le atribuye «el despertar del PSOE en la campaña» de las generales, tras el luto de la derrota del 28-M. Una defensa de la amnistía que nadie en el PSOE se ha atrevido a defender hasta la fecha, si bien el presidente Sánchez la verbalizó por primera vez hace una semana.

 

En este contexto, se ha referido a su antecesor en el cargo, José María Aznar, señalando que el ‘popular’ es un «gran defensor» del que fue presidente en la Segunda República Manuel Azaña, quien «amnistió» a los que en 1934 proclamaron la independencia de Cataluña, ha recordado. El expresidente del Gobierno no mencionó que aquella sí iba en el programa del Frente Popular. La coalición electoral de la que formaron parte los socialistas.

 

El programa con el que el Frente Popular ganó las elecciones del 16 de febrero de 1936 tenía la amnistía como asunto nuclear. En él, los partidos integrantes se comprometían a: «Conceder por ley una amplia amnistía de los delitos politicosociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no hubieran sido considerados como tales por los Tribunales. Alcanzará también a aquellos de igual carácter no comprendidos en la ley de 24 de abril de 1934. Se revisarán con arreglo a la ley las sentencias pronunciadas en aplicación indebida de la de Vagos, por motivos de carácter político; hasta tanto que se habiliten las instituciones que en dicha ley se prescriben, se restringirá la aplicación de la misma y se impedirá que en lo sucesivo se utilice para perseguir ideas o actuaciones políticas».

 

Companys regresó a Barcelona el 2 de marzo de 1936, aclamado por una multitud enfervorecida. Azaña acabaría escribiendo sobre él: «Ha vivido no solamente en desobediencia, sino en franca rebelión e insubordinación».

 

A juicio del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero  la amnistía al ‘procés‘ se trata de una medida que «no es inconstitucional». Zapatero ha subrayado que la amnistía ayudaría a iniciar un proceso para intentar el «reencuentro» de Cataluña con el Estado después de un «conflicto gravísimo» que ha producido una «división profunda».

 

Ha esgrimido que la autodeterminación «no es compatible» con el programa del PSOE, pero que la amnistía sí lo es porque es «una institución de la que disponen todas las democracias homologables a la española», mencionando que ha habido «decenas de amnistías» desde la Segunda Guerra Mundial. «No hay ningún país occidental, democrático, europeo, que haya renunciado a la amnistía. Unas figuran en la Constitución, otras no», ha añadido, declarándose a favor porque la situación es «excepcional» y favorecería el interés general.

 

Por contra, ha sostenido que la autodeterminación «no es compatible» con el programa del PSOE. Y ha cuestionado por qué en España no se puede recurrir a una amnistía ante una situación como la de Cataluña, que no la ha habido «más excepcional» y «más grave» desde el intento de golpe de Estado del 23-F en 1981, ha apuntado.

 

El expresidente ZP sigue siendo es uno de los grandes apoyos de Sánchez en su política de pacto con la izquierda a la izquierda del PSOE y con el independentismo catalán frente a la ‘vieja guardia’. Si Felipe González y Alfonso Guerra se despacharon a gusto contra el líder de su partido por buscar la manera de amnistiar a los independentistas, Zapatero es la red de seguridad. .

 

La actitud pro activa de Zapatero hacia Sánchez contrasta con la del otro gran activo socialista, el ex presidente Felipe González, muy crítico con el hoy inquilino de La Moncloa desde hace años, quien en la pasada campaña municipal y autonómica optó por no participar en acto alguno. Lo mismo ocurrió en las generales. La ‘vieja guardia’ recela de Sánchez y también de Zapatero. De manera que la mezcla de ambos no debe ser del gusto de los históricos socialistas.

 

Felipe González asegura que la petición de los independentistas supone reconocer que «lo que hicieron era correcto y ha reiterado estar en contra de la amnistía durante una entrevista en Antena 3. En alusión a la amnistía del 75, González ha destacado que en ese caso supuso el reconocimiento de un régimen ilegítimo; sin embargo, «ahora lo que se pide no es que se perdone a los que cometieron ese tipo de delito». «No nos piden que perdonemos, piden que reconozcamos que lo que ellos hicieron era correcto y que lo que hizo el Estado era represivo, incorrecto, coartaba libertades», ha destacado.

 

Felipe González ha reiterado que sí esta de acuerdo con los indultos y que lo dijo «antes de que se produjeran». «La explicación que dio el Gobierno de los indultos es jurídicamente impecable. El indulto es rebajar la pena, no es el olvido de lo que hicieron, y la amnistía sí es el olvido», explica, al tiempo que reitera que «ahora no es que pidan el olvido, sino este y el reconocimiento de que el Estado democrático no tenía razón y ellos sí».

 

Esta no es la primera vez que González muestra su desacuerdo con esta medida. En las últimas semanas ha hecho un llamamiento a que el PSOE se rebele contra la amnistía. Así lo dijo en un acto junto al exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, cuando lanzaron un mensaje claro en referencia a las peticiones de los independentistas: «No podemos dejarnos chantajear». «En la Constitución no cabe ni la amnistía ni la autodeterminación», declaró también hace unas semanas. El expresidente defendió que la amnistía que pide el independentismo supone colocar como «responsable» a la sociedad democrática y como «víctimas» a los condenados. De igual forma, pidió que el artículo 155 de la Constitución «se desarrolle» para consolidarlo. «Hay que hacer una reflexión política sobre estos dos conceptos y sobre España como Nación», ha explicado antes de advertir de que «España no puede dejar de ser una nación para muchos españoles».

 

Felipe González ha añadido la sugerencia de que se dé la opción a los ciudadanos de pronunciarse al respecto. «¿Que quieren hacer una amnistía modelo [Carles] Puigdemont, porque la otra no la conozco? Consulten a los españoles». El hecho de que Pedro Sánchez negara en la campaña electoral que fuera a plegarse a esta exigencia de los independentistas catalanes y ahora la esté negociando discretamente con ellos «está más próximo a una estupidez que a un fraude«. A lo que ha añadido: «¿Se puede cambiar de opinión? Sí. ¿Se puede hacer todos los días y por las razones que vemos que se está cambiando de opinión? No». «¿Estaríamos hablando de amnistía si esos siete votos no fueran imprescindibles para una investidura de un Gobierno de progreso?«, ha preguntado retóricamente González

 

«La democracia consiste en respetar a las minorías, partiendo de la base de que las minorías respetan a las mayorías. Si las minorías desprecian a las mayorías y dicen ‘como le hace falta mi voto, le voy a hacer orinar sangre’…», ha deslizado, “Yo le pido a los líderes políticos de todos los partidos, los que tengan capacidad de oír, escuchar y analizar, que no son todos, les pido que no induzcan polarización y enfrentamiento, piensen lo que piensen, discutan lo que discutan, y que en las grandes cuestiones necesitarán siempre acuerdos mayoritarios, no de la mitad de la sociedad contra la otra mitad».

 

Muy crítico también ha vuelto a ser el presidente de Castilla-La Mancha : «Hay algunos que ahora a la amnistía le llaman amnistía. Otros podemos terminar pensando que a la amnistía se le podría llamar perfectamente necesidad, son cosas distintas«, ha expresado Emiliano García-Page.

 

Page ha considerado, además, que «lo no debe ser nunca la amnistía es amnesia«. «Si olvidamos lo que pasó, la amnesia sólo puede traer consigo que se vuelva a repetir»La gente quiere que los grandes partidos discrepen en muchas cosas, porque va en la lógica democrática, pero no en todo por obligación y sistema«, ha agregado.

 

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