LA PENSIÓN DE JUBILACION DE LOS DEPORTISTAS OLÍMPICOS

Los deportistas profesionales son un colectivo con importantes particularidades a la hora de afrontar su jubilación. Si bien tendemos a pensar en los casos de mayor éxito, que frecuentemente son jugadores “top” en deportes “top”, que obtienen unos salarios con los que parece que no hay mucho motivo para la preocupación futura, estos no son ni mucho menos los casos más frecuentes y representativos pues no siempre las situaciones privilegiadas garantizan una jubilación tranquila si no se planifica correctamente.

 

Según recientes estudios el 60% de los jugadores de la liga americana de baloncesto NBA se declaran sin fondos en un plazo de no más de cinco años desde su retirada y en el caso de los jugadores de la liga de fútbol americano NFL, ese porcentaje se sitúa en el 79%.

 

El principal escollo de la vida profesional de un deportista es su corta duración. Dependiendo de la disciplina y de la propia evolución del deportista en cuanto a rendimiento o lesiones, en el mejor de los casos se puede desarrollar la actividad durante un plazo de 15 o 20 años, en los que los que los ingresos no estarán probablemente distribuidos equitativamente, sino que habrá unos comienzos y quizá un ocaso donde el nivel retributivo sea menor. Es decir, los deportistas concentran su carrera profesional, al menos la dedicada a esta ocupación, en un periodo de tiempo que es la mitad o menos de la mitad que la carrera profesional estándar de otros trabajadores..

 

El convenio especial con la Seguridad Social

Este convenio especial permite la inclusión en el Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos a los deportistas de alto nivel, mayores de dieciocho años que, en razón de su actividad deportiva o de cualquier otra actividad profesional que realicen no estén ya incluidos en cualquiera de los Regímenes del Sistema de la Seguridad Social. Deberá acreditarse la condición de deportista de alto nivel.

 

De este modo, los deportistas profesionales podrán cotizar y cubrirse ante situaciones de Incapacidad Permanente, Muerte y Supervivencia derivadas de contingencias comunes, Jubilación, Servicios Sociales y Asistencia Sanitaria.

 

Pese a ello esto no será suficiente para lograr una jubilación adecuada. La mayoría de los deportistas profesionales encuentran una ocupación una vez finalizada la vida deportiva, algunos siguen vinculados al deporte, otros toman caminos diferentes. En cualquier caso, suelen ser actividades profesionales en las que los ingresos suelen acercarse más al ingreso y a la cotización de un trabajador medio. Además hay que tener en cuenta que la pensión de jubilación se calcula en base a las cotizaciones anteriores al hecho causante (actualmente 25 años) y que en todo caso la pensión pública máxima está topada por ley.

 

Por tanto, alcanzar el podio de la jubilación en el caso de los deportistas está muy vinculado a la planificación, la constancia y la visión de largo plazo. La jubilación es, nunca mejor dicho, una carrera de fondo.

 

El Plan ADO reventó el deporte español

Hablar de Barcelona 92 es apelar a la nostalgia y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En el 92, además, había profundos motivos para ello y España recuperó el protagonismo con unos Juegos Olímpicos que todavía perduran en la memoria colectiva.

 

Hasta 1992, España había conseguido 26 medallas olímpicas. No obstante en Barna 92 cambió la tendencia y se lograron 22. Unos números incomprensibles sin el Plan ADO, el programa ideado en 1987 (vigente aún) para apoyar el desarrollo de los deportistas de alto rendimiento. La financiación para la preparación de los atletas se consiguió con la ayuda de patrocinadores.

 

Los ideólogos de esta medida fueron Javier Gómez-Navarro y Carlos Ferrer Salat. El primero era presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) y el segundo, del Comité Olímpico Español (COE). El trauma nacional del Mundial 82 cuando España fue eliminada en la segunda fase, aún estaba presente cuando se inició el Plan ADO; tan solo habían transcurrido cinco años desde el Mundial 82. Este proyecto consiguió medios que los deportistas nunca habían tenido.

 

El dinero lo podría haber puesto el Estado. Sin embargo las federaciones no tenían capacidad técnica para preparar a los deportistas. Para que no hubiera un control federativo (en las elecciones de las federaciones votaban los entrenadores y los atletas), se buscaron patrocinadores.

 

El Gobierno de Felipe González delegaba mucho y el ministro de Educación y Ciencia, Javier Solana, expresó que era imprescindible que tuviéramos éxitos deportivos ya que la experiencia del Mundial había sido un fracaso.

 

Se trajeron entrenadores extranjeros y a cada deportista se le fijó un objetivo al año. Si no lo cumplían, perdían la beca. Aunque la cuantía de la beca no fue la misma para todos, pero lo más usual era un millón de pesetas (6.000 euros) al año, unas 80.000 pesetas (480 euros) al mes, lo que permitía cubrir los gastos, no tener que trabajar y dedicarse en exclusiva al deporte».

 

El mantenimiento de las becas dependía de las federaciones y muchos deportistas se quedaron sin ella. Solo el 36% de los becados en 1988 llegaron a Barcelona.

 

Las empresas mostraron una extraordinaria predisposición. El objetivo fue generar un vínculo entre las compañías y los deportes, por eso cada una se hizo cargo de una disciplina. Leche Pascual fue vinculada con la natación, Coca-Cola con el atletismo, Seat con el ciclismo, Bimbo con el tenis y Renfe con el piragüismo.

 

Todo el dinero era privado pues las empresas aportaban financiación, mientras que TVE les daba publicidad como compensación. El Plan ADO tuvo el efecto esperado. España consiguió más medallas que nunca, aunque luego los premios a posteriori no fueran los prometidos. Sólo La Caixa cumplió con lo pactado, la Libreta Olímpica, que se trataba de una especie de plan de pensiones que, cuando se cumpliera los 50 años, se podría cobrar íntegramente o en una renta vitalicia mensual.

 

Muchos premios, no obstante, también fueron en especies, por ejemplo, Leche Pascual regaló seis cajas de leche mensuales durante tres años y Seat regalaba un coche, pero solo a los oros

 

Ahora el ADO se encuentra en plena reinvención. En 1988 la financiación alcanzó los 79 millones de euros, mientras que en 2020 solo llegó a los 22. Nunca ha habido un ciclo olímpico que haya tenido un presupuesto similar al que hubo previo a Barcelona. Pekín es el segundo en el ranking con 63 millones.

 

La aportación del CSD, además, ha aumentado notablemente en los últimos años. En 2019, el CSD era responsable en exclusiva del 56% de los recursos totales. No obstante, esta cifra ascendió hasta el 80% en 2021.

 

El ADO para París 2024 fue firmado en junio por el CSD, el COE y RTVE. España, sin embargo, ya no es la misma que hace tres décadas por su relevante progreso, a nivel deportivo y social. Pero en los Juegos Olímpicos no ha alcanzado el nivel conseguido en Barcelona, aunque en Londres se quedaran cerca en medallas (20) y 17 en Tokio, similar a las que se esperan en Paris 2024.

 

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