La pandemia ha supuesto aún más presión para la seguridad laboral y ha mermado los ingresos de los trabajadores. Además la pandemia, ha exacerbado dos situaciones que, en parte, son el resultado de la crisis financiera global: una deuda pública desbocada y tipos de interés bajos para los posibles ahorros que complementen las pensiones públicas, pues dejando aparte la pandemia, la seguridad laboral y, en general, todas las incertidumbres de la vida, buena parte de los inversores no se fía de que su pensión pública vaya a ser suficiente colchón cuando se jubilen. Los Estados están altamente endeudados y, en un futuro, buscarán fórmulas para reducir la cuantía de las pensiones. Llevan un tiempo haciéndolo, pero están desplazando la responsabilidad de ahorrar para la jubilación del Estado a la persona.
Según el Estudio Global de Inversión (GIS) 2020 de Schroders el 55% de la población considera que las prestaciones públicas no bastaban para cubrir sus necesidades, y solo el 19% estaba en desacuerdo. El GIS es una encuesta independiente a través de internet a más de 23.000 trabajadores de 32 localizaciones de todo el mundo realizada entre el 30 de abril y el 15 de junio de 2020.
Nunca es fácil estimar cuánto necesitaremos ahorrar para la jubilación. Al igual que los ingresos varían, las necesidades van cambiando con el tiempo. Si supiéramos exactamente cuánto vamos a ganar en toda nuestra vida laboral, la rentabilidad de nuestras inversiones y cuántos años de jubilación vamos a disfrutar, la planificación económica sería un juego de niños.
Sin embargo, el 2020 ha demostrado que es imposible predecirlo todo con exactitud y por eso, a muchos trabajadores les preocupa quedarse sin dinero cuando se jubile. El 41% de los trabajadores de todo el mundo teme no contar con ahorros suficientes para sufragar su jubilación.
Además, la modificación constante de las normas de funcionamiento del sistema de pensiones genera desconcierto en muchos trabajadores. Un porcentaje importante de ciudadanos (un 41%) se mostraba de acuerdo con que el hecho de que el Gobierno cambiase la normativa hacía que no le viese el sentido a ahorrar específicamente para la jubilación y solo el 35% discrepa de esta apreciación.
Según parece, el temor por la financiación de la jubilación se agudiza conforme se acerca la edad para comenzar esta etapa. El 43% de la generación del Baby Boom (entre 51 y 70 años) afirmaron sentirse preocupados por el hecho de que su ahorro no fuese suficiente y en el caso de los “millennials” (entre 18 y 37 años), ese porcentaje es del 39%.
El informe de la gestora también ha revelado que los españoles, concretamente el 54%, son de los ciudadanos europeos que menos confían en que las pensiones públicas sean suficientes para poder hacer frente a su mismo estilo de vida. Más preocupados que nosotros están los italianos (60%), los rusos (59%) y los suecos (56%). Esta preocupación podría haber motivado a los inversores españoles a aumentar sus ahorros personales para la jubilación. Si el año pasado España estaba a la cola de Europa en cuanto al porcentaje de ingresos que de media se destinaban a la jubilación (11,2%), este año esa cantidad se ha incrementado hasta el 13,4%, en línea con la media europea (13,8%), aunque bastante por debajo de la global, que se mantiene en el 15,2%”, explican.
En cualquier caso, parece que no ahorrar es una respuesta errónea, eso no es más que una huida hacia delante. Tenemos que asumir esa responsabilidad personalmente y entender mejor cuánto vamos a necesitar ahorrar o aprender a vivir con menos ingresos.
Parece que los trabajadores son cada vez más conscientes de la necesidad de asumir ellos mismos esta responsabilidad, lo que supone un cambio con respecto a la generación anterior.
En realidad, hay que tomar tres sencillas decisiones pues es cada uno quien debe decidir a qué se compromete teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida:
- seguir generando ingresos en la jubilación: demorar la jubilación y/o compatibilizarla con un trabajo
- ahorrar más para esta etapa sin ingresos más allá de la pensión pública
- asumir que habrá que gastar menos cuando lleguemos a la jubilación