La reforma laboral ha disparado las posibilidades de lograr un primer empleo indefinido
Pero la precariedad sigue pasando factura a la supervivencia del empleo y los sueldos
La reforma laboral ha supuesto un cambio de paradigma en el acceso al primer empleo en España. Si antes, el 80% se hacían a través de un contrato temporal, ahora el 66% son indefinidos. Pero solo un 33% de estos trabajos sobrevive al primer año, 13 puntos porcentuales menos que antes del cambio legal, mientras sus salarios reales se han mantenido enquistados en los niveles de hace 20 años, a pesar del incremento del salario mínimo.
Este es uno de los principales hallazgos del último Observatorio Trimestral del Empleo elaborado por Fedea y BBVA Research sobre la evolución de los primeros empleos que tienen las personas en España. Para ello, se han cotejado los datos de primeras altas de afiliación a la Seguridad Social de la Muestra Continua de Vidas Laborales.
El resultado arroja luces y sombras sobre la entrada en el mercado laboral. Por un lado, destaca que el número de personas que se dieron por primera vez de alta laboral alcanzó el millón de personas, “una cifra similar a la que registró en 2007”, antes de la Gran Recesión.
También ha aumentado la participación de las personas con nacionalidad extranjera entre las que consiguen un primer empleo legal en España. Sumando aquellas con doble nacionalidad o españolas nacidas en el extranjero, su peso llega al 52% de las nuevas personas empleadas, el porcentaje más alto desde 2010. Eso sí, muy por debajo del récord de 63% alcanzado en 2005.
Hay que tener en cuenta que, aunque los foráneos amplían su presencia en empleos que exigen mayor cualificación y están mejor remunerados, siguen concentrándose en tareas primarias (antes la construcción, ahora la hostelería y el comercio) cada vez más rechazados por los nacionales, que en estos años han retrasado su incorporación al mercado laboral por prolongar su educación. Esto ha elevado la edad de acceso al empleo.
También ha tenido otra consecuencia: el número de personas con nacionalidad española y nivel educativo bajo que obtiene su primer empleo “ha descendido sustancialmente”. Sin embargo, este grupo continúa siendo el más numeroso, seguido el de los extranjeros con nivel educativo bajo, debido, según el estudio, “a que algunos jóvenes tienen una experiencia laboral antes de finalizar sus estudios”.
¿Y dónde se obtiene esa primera experiencia laboral? El 38% se concentra en hostelería y comercio (un 23% y un 15% respectivamente). En 2005 apenas llegaban a al 26% (un 12% la hostelería y un 14% el comercio). Esta evolución se explica en gran parte porque, tras el pinchazo de la construcción en la Gran Recesión, el turismo tomó la delantera para la salida de la crisis.
Esta tendencia hacia los sectores más dependientes del empleo eventual no ha impedido, sin embargo, que la reforma laboral haya “modificó drásticamente el tipo de contrato asociado con los primeros empleos”. Antes, el 78% de los asalariados accedía con un contrato temporal. Ahora un 66% lo hace con un contrato indefinido. En un 44% son ordinarios (más que los temporales, que se quedan en un 34%) y un 22% fijos discontinuo.
Este giro copernicano en la calidad de los primeros empleos encierra, sin embargo, una doble paradoja: la duración de los primeros empleos con contrato indefinido se ha reducido, mientras que sus salarios reales (descontando la inflación) se han mantenido estables en los últimos 20 años, a pesar de la subida del SMI.
Cae la supervivencia del empleo fijo
Antes de la reforma, el 47% de los empleos fijos superaban el año. Ahora apenas llegan al 33%. Lo curioso es que esta tendencia se prolonga hacia los segundos empleos: la tasa de ‘supervivencia’ ha caído del 64% al 44%. El análisis no entra a analizar las causas de estas bajas de afiliación, aunque los ‘sospechosos habituales’ se reparten entre las dimisiones, el fin del periodo de prueba o los despidos.
Los tres se han disparado desde la reforma laboral a un ritmo mucho mayor de lo que lo han hecho los propios empleos indefinidos, lo que apunta a que esta tendencia se concentra en los nuevos trabajadores, cuyo coste de cese es mucho menor, incluso aunque se deba indemnizar un despido. Pero por esa regla de tres, tampoco el trabajador que no está conforme con las condiciones laborales tiene mucho que perder si se arriesga a buscar otro empleo.
En todo caso, la volatilidad, sea involuntaria o voluntaria, sigue siendo un problema presente en el mercado laboral que parece haberse trasvasado del empleo temporal al, supuestamente, más estable.
Más sorprendente es lo que ha ocurrido con los salarios. Aquí, no hablamos solo del efecto de la reforma laboral, sino de las subidas acumuladas del salario mínimo, que desde 2018 se han acelerado un 57%. Y, sin embargo, los salarios reales apenas han cambiado si se descuenta la inflación.
Con cuantías deflactadas del IPC, tenemos que el sueldo mediano de un trabajador extranjero ha aumentado en 39,6 euros, de los 797,74 euros en 2005 a los 837,43 en 2023. El de un nacional, ha retrocedido en 116 euros, de 673,4 a 554,50 euros.
Este desglose entre nacionalidades es relevante porque parece desmontar uno de los mitos recurrentes del mercado laboral: que los inmigrantes tiran a la baja de los sueldos al aceptar peores condiciones que los nacionales para los mismos empleos. Aunque nos lleva a otra pregunta: ¿cómo es posible que el sueldo real esté por debajo de los umbrales del SMI?
El tiempo parcial se ‘come’ al SMI
Porque los primeros empleos son, con cada vez más frecuencia, a tiempo parcial. “El ajuste de los costes laborales se ha concentrado en el tiempo de trabajo”, explica el estudio. De hecho, en otro apartado del Observatorio, los autores alertan del incremento del trabajo a tiempo parcial, si bien ese efecto en los salarios parece más claro en los primeros empleos.
Si vamos a los salarios a jornada completa, sí se aprecia un repunte. Entre los extranjeros, los sueldos deflactados de IPC han pasado de 966,87 a 1370,74 euros (403,87 euros más, un 41,8%). Los nacionales han pasado de 965,64 a 1294,69 euros (329,05 euros de diferencia, un 34,1% más)
Sin embargo, los salarios de los empleos a jornada completa tampoco han sido especialmente beneficiados por la subida del SMI: desde 2017, etapa de Gobierno de Pedro Sánchez, este indicador ha subido un 54%, pero los salarios solo han subido un 23,8% para los extranjeros y un 22,1% para los nacionales. Aunque hay que puntualizar que el sueldo mediano real sí supera el salario mínimo.
¿Cómo interpretar estas tendencias? En principio, parecen confirmar que las medidas para mejorar la calidad del empleo y las condiciones laborales han chocado con el cambio en la composición sectorial. Una paradoja de la que ya hemos hablado varias veces en elEconomsita.es: la concentración de la actividad en sectores que generan menos riqueza (en parte porque cuentan con un tejido empresarial muy atomizado) y no tiene tanta capacidad para asumir el incremento de los costes laborales derivado de la obligación de hacer contratos indefinidos o subir los sueldos.
Por ello recurren a hacer más contratos a tiempo parcial, lo cual afecta especialmente a los trabajadores que inician su primer empleo. Ello explica la diferencia entre los salarios de los nuevos trabajadores españoles y extranjeros: los primeros compatibilizan en mayor número empleo y estudios y cuentan con un ‘colchón familiar’ que les permite aceptar por menos horas que los segundos.
En cualquier caso, confirmar esta hipótesis requiere de más datos y análisis como el realizado por Fedea y BBVA Research que permitan avanzar en un diagnóstico completo que sirva para diseñar políticas económicas y laborales más eficaces y pegadas a la realidad de las empresas y los trabajadores.
La mayoría de los contratos indefinidos ya no superan el año
La reforma laboral impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha logrado impulsar el contrato indefinido sobre el temporal. Sin embargo, este cambio también ha venido acompañado de una bajada en la duración de esos empleos indefinidos: la mayoría ya no superan el año.
Según los datos recopilados por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) a través de la Muestra Continua de Vidas Laborales de la Seguridad Social, alrededor del 60% de los contratos indefinidos no sobrepasan los 360 días. Antes de la reforma, el 60% superaba el año.
La situación empeora cuando se analizan sólo los primeros empleos indefinidos, es decir, aquellos trabajadores que arrancan su vida laboral con un contrato indefinido. Antes de la reforma laboral, el 80% de la población entraba al mercado laboral con un contrato temporal. En la actualidad, cerca del 65% lo hace como indefinido ordinario o fijo discontinuo.
En esos casos, un 70% no logran superar el año. Antes de la reforma laboral de 2021, alrededor de un 40% de aquellos que conseguían un primer empleo con contrato indefinido permanecían en él más de un año. Es decir, un 60% no superaban los 360 días, por lo que ha bajado en algo más de diez puntos la proporción.
El cambio con la reforma “se puede explicar de muchas formas: que no pasan el periodo de prueba (en los contratos temporales, las empresas podían aguantar hasta el final); o que son empleos no deseados por los trabajadores y hay un abandono voluntario”, explicó Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea, en la presentación del último Observatorio.
Entre las modalidades de contratos indefinidos, también ha crecido con fuerza la del fijo discontinuo, que permite al empresario desactivar al trabajador en los periodos de menos actividad. Durante ese tiempo, el contrato sigue vigente pero el trabajador causa baja en la Seguridad Social al no estar trabajando ni cobrando.
En definitiva, Fedea concluye en su último análisis del mercado laboral que “el aumento de los primeros empleos con contrato indefinido impulsado por la reforma laboral ha venido acompañado por una caída en su duración por no superar el año desde su inicio”, una evolución que también se aprecia para los segundos y sucesivos empleos.
Además, el servicio de estudios también ha detectado que mientras la duración de los primeros empleos con contrato indefinido se ha reducido, sus salarios reales se han mantenido estables en los últimos 20 años. Esto “a pesar del incremento del salario mínimo”, que ha crecido un 50% en los últimos cinco años.
El impacto de la reforma en el paro
La reforma laboral también ha alterado la estadística del paro. La estadística oficial que difunde el Ministerio de Trabajo no contabiliza a los fijos discontinuos cuando están inactivos, aunque estén inscritos como demandantes de empleo y/o recibiendo una prestación. En el último mes de noviembre se arrojaba una bajada anual de 150.000 personas en el paro.
Sin embargo, desde Fedea suman a esta estadística los fijos discontinuos inactivos para hablar de ‘paro efectivo’. Y la conclusión es que, si se incluyen, en realidad el paro ha caído la mitad. En noviembre, los demandantes de empleo con relación laboral, donde se incluye a los fijos discontinuos inactivos, ascendieron hasta los 781.000.
Si se suman a los 2,59 millones de parados registrados, en España habría 3,37 millones de desempleados ‘efectivos’. Hace un año la cifra ascendía a 3,44 millones, tal y como refleja el último Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo elaborado por Fedea y BBVA Research. Es decir, el paro en realidad ha bajado en 68.000 personas.
Con todo, la conclusión de Fedea es que la reforma laboral ha tenido “un impacto poco significativo en el paro”. En el plano del empleo, la caída de la tasa de temporalidad se modera (apenas ha disminuido 0,9 puntos en el bienio 2023-2024, según los registros de Seguridad Social) y el empleo fijo discontinuo crece transcurridos dos años y medio de la reforma.
Fuentes:
Reforma laboral: la mayoría de los contratos indefinidos ya no superan el año | Vozpópuli
Contrato fijo pero volátil y sueldo de hace 20 años: la nueva realidad del primer empleo en España