Un entorno de libertad económica es un elemento clave para el desarrollo y el progreso, favoreciendo economías abiertas e impulsando la iniciativa privada, que son motores determinantes para la creación de riqueza en los países. Como fruto de esta mayor libertad, la economía global ha vivido una época sostenida de progreso económico durante los últimos sesenta años. De hecho, desde mediados de los años 90 el PIB mundial ha duplicado su tamaño y la incidencia de la pobreza, medida en clave internacional, se ha reducido en dos tercios
La libertad económica sitúa al individuo en el centro del proceso productivo y es consustancial al conjunto de derechos o libertades humanas. Es fundamental para que los individuos tengan la capacidad de determinar cuáles son los mejores medios para atender sus necesidades, puedan elegir qué acciones van a llevar a cabo y cómo se coordinarán con el resto de los agentes económicos
El Índice de Libertad Económica (ILE) persigue aproximar el grado de libertad económica del que disfrutan los diferentes países y los agrupa en torno a cuatro grandes categorías de estudio: imperio de la ley, tamaño del Estado, eficiencia regulatoria y apertura de los mercados. A su vez, estas cuatro categorías abarcan tres variables de referencia, de modo que el ILE se construye sobre la base de los resultados que arrojan esos doce indicadores.
IMPERIO DE LA LEY
El pilar referido al imperio de la ley estudia los derechos de propiedad. El reconocimiento y la protección de los derechos de propiedad es inherente al imperio de la ley y cuando estos derechos están debidamente salvaguardados, los ciudadanos pueden dar el paso de emprender, ahorrar o invertir sin miedo. La efectividad judicial es vital para que exista un Estado de derecho capaz de brindar seguridad jurídica ante cualquier tipo de agresión o injusticia. En ocasiones, la justicia funciona de forma satisfactoria, pero sus tiempos no son lo suficientemente ágiles. La ausencia de corrupción analiza si las autoridades actúan de forma deshonesta incurriendo en prácticas irregulares. Por ejemplo, está demostrada la relación entre la desconfianza hacia la clase política y el aumento de la economía sumergida.
TAMAÑO DEL ESTADO
Se entra a valorar el peso que supone la carga impositiva sobre la actividad económica. Como es lógico, el cumplimiento de las funciones esenciales del Estado requiere el cobro de impuestos, pero si se rebasan ciertos niveles recaudatorios la actividad económica se resiente y la inversión se reduce. Un excesivo gasto público al igual que con los impuestos, tiene el efecto de expulsar la iniciativa . La salud fiscal analiza la deuda y el déficit público (trasladar los impuestos de hoy a mañana). Cuando tales indicadores se desbordan las obligaciones financieras terminan generando una mayor vulnerabilidad macroeconómica, motivando medidas de ajuste que, a menudo, llegan demasiado tarde.
EFICIENCIA REGULATORIA
La libertad de empresa es la capacidad de abrir y gestionar una empresa sin interferencias indebidas por parte del Estado con abusivas medidas regulatorias y requisitos que disparan los costes de funcionamiento. La flexibilidad laboral facilita la creación de empleo y la preservación del mismo. Un marco laboral rígido se traduce, por el contrario, en un mercado de trabajo precario e ineficiente. La libertad monetaria impera cuando la moneda es estable y el sistema de precios viene determinado por las fuerzas del mercado, no por regulaciones e intervenciones políticas..
APERTURA DE LOS MERCADOS
La libertad comercial que favorezca la reducción de las barreras que limitan el intercambio de bienes y servicios producidos en el extranjero rechazando cualquier repunte del proteccionismo. La libertad inversora analiza la apertura de los mercados y el movimiento transfronterizo de capitales permite, en ausencia de limitaciones y vetos, un entorno inversor más sofisticado que conduce a mayores tasas de crecimiento potencial. La libertad financiera es un elemento vital para canalizar el consumo y el crédito, gestionar el ahorro y facilitar la financiación y la inversión empresarial. A menudo, la regulación de estos mercados es exhaustiva, pero ineficiente si esta sujeta a leyes poco claras, estrictas y complicadas.
Dentro de la Unión Europea, cuyo promedio se sitúa en 97,9, España ocupa la posición 18 de entre los 28 países que conformaban la UE-28, un 2,3% por debajo del promedio de dicha UE.