La Inspección insta a 80.000 empresas a hacer fijos a 169.000 ‘falsos temporales’

Como resultado del plan de choque, hasta la fecha ya se han transformado 155.905 contratos irregulares en indefinidos. En total, en el primer semestre del año se han realizado más de 400.000 conversiones.

Acabar con los abusos en la contratación temporal es uno de los objetivos prioritarios del Ministerio de Trabajo, que en su hoja de ruta a corto plazo asume que el contrato indefinido debe ser la norma en el mercado laboral y el eventual solo debe concertarse por causas debidamente justificadas. Para alcanzar esa meta, el departamento que dirige Yolanda Díaz está trabajando en varias vías paralelas: por un lado, en la mesa de diálogo social para alumbrar un nuevo marco de relaciones laborales; y por otro, a través de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que ha puesto en marcha una campaña específica de lucha contra el fraude en la temporalidad y, a día de hoy, ya ha instado a cerca de 80.000 empresas a convertir en indefinidos a unos 169.000 trabajadores temporales fraudulentos.

En concreto, según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo a La Información, desde que arrancara el plan de choque el pasado mes de febrero y hasta la fecha, la Inspección ha comunicado a 79.284 empresas posibles irregularidades en contratos temporales que afectan a 168.819 trabajadores, instando a la transformación en indefinidos de dichos contratos. Se trata del primer balance de la campaña de control, que hasta finales de mayo ya había derivado en la transformación de 155.905 eventuales irregulares en fijos. Es un dato “absolutamente histórico” respecto al mismo periodo de años anteriores, destacan desde el Ministerio, ya que en 2020 la cifra de contratos temporales irregulares que se transformaron en indefinidos fue de 35.224, lo que supone una variación interanual de más del 340%.

En el marco de la lucha contra el fraude en la contratación temporal, la Inspección combate una serie de incumplimientos, como la superación de los límites máximos de duración de los contratos temporales legal o convencionalmente establecidos, incluidos los encadenamientos de contratos; los contratos temporales sin causa justificada; la contratación temporal en empresas por encima de los límites fijados en la negociación colectiva para compañías del sector; o la contratación irregular a través de empresas de trabajo temporal (ETT), entre otros. En muchos casos, son las propias empresas las que convierten contratos en fijos porque finiquita el periodo legal para continuar como temporales o con el objetivo de obtener bonificaciones en las cotizaciones sociales, pero en otros muchos es la Inspección de Trabajo la que fuerza estas transformaciones.

En lo que va de año, la labor inspectora ha forzado la transformación en fijos de casi 156.000 contratos eventuales en fraude de ley, pero el total de conversiones -no necesariamente por irregularidades- de temporales en indefinidos supera los 400.000 contratos. Según consta en los registros estadísticos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), entre los meses de enero y junio se han sumado al sistema 408.828 contratos indefinidos procedentes de temporales. Es decir, en torno a un 40% de todas las conversiones del primer semestre han derivado de la actuación inspectora. El ritmo de conversiones fue especialmente intenso en los meses de marzo y abril, cuando se registraron 112.000 y 72.000, respectivamente, frente a un ritmo mensual de entre 50.000 y 60.000 en el resto del periodo.

Echando un vistazo a la serie histórica recopilada por La Información, el número de conversiones de temporales a indefinidos en el primer semestre de este año está por encima del dato de 2018, ejercicio en el que la actividad inspectora también fue intensa por la puesta en marcha de la primera fase del Plan de Choque contra el fraude en la contratación temporal, en el marco del Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2020. Pero además, supone el máximo alcanzado desde 2008, cuando se registraron cerca de 433.000 transformaciones en los primeros seis meses del año. En los dos ejercicios inmediatamente anteriores (2006 y 2007) y previos a la crisis financiera que pasó a la historia como la Gran Recesión, las conversiones llegaron a 480.000 y 490.000, respectivamente, en el periodo comparable.

El 43% de fijos antes fueron temporales

En cualquier caso, los datos acumulados del primer semestre de 2021 son contundentes. En la práctica, en términos porcentuales, implican que cerca del 43% de todos los contratos indefinidos registrados en el SEPE antes fueron temporales. Es decir, no suponen creación directa de empleo sino transformaciones de modalidades contractuales eventuales en estables. Cabe destacar que ese 43% supone la mayor proporción de toda la serie histórica, pues la tasa de conversiones alcanzó el máximo en el año 2011, cuando llegó al 41,5% en términos medios. Desde ese momento, en plena crisis económica, el nivel no hizo más que descender hasta 2014, cuando se situó en el 30,7%, para volver a crecer después progresivamente hasta el 38,7% en 2019 y el 39,4% en 2020, año marcado por la pandemia de la Covid-19.

Para seguir avanzando en la lucha contra la lacra de la excesiva temporalidad (y la precariedad que acarrea), que tan cuestionada ha sido desde las autoridades europeas, el Ministerio de Trabajo ha planteado a la patronal y a los sindicatos una revolucionaria propuesta de reforma laboral que asume que el contrato de trabajo se presume concertado por tiempo indefinido. En paralelo, estable únicamente dos causas justificativas para firmar contratos temporales: por razones productivas, ante un incremento ocasional e imprevisible de la actividad empresarial que no pueda ser atendido con la plantilla habitual de la empresa; u organizativas, para sustituir a trabajadores con derecho a reserva del puesto. También mantiene las modalidades de fijo-discontinuo (para trabajos de naturaleza ocasional o vinculados a campañas) y las formativas (prácticas y formación dual), aunque con notables cambios respecto al sistema actual.

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