- El regreso a la simple indexación de las pensiones al IPC anual empieza a cobrarse un altísimo precio.
- El coste de la revalorización ascenderá a más de 2.000 millones de euros
- La paguilla representará más de 1.500 millones de euros
Según las estimaciones de los organismos oficiales, el IPC medio del conjunto de 2021 se situará entre el 1,6% y el 2%. Tras la decisión de mantener la revalorización de las pensiones vinculada con el IPC, este será el incremento de las pensiones que deberá llevar a cabo la SS y supondrá la subida más cara de la última década, entre los 2.000 y los 2.500 millones de euros. Una cifra que, más allá, se une al ya mastodóntico desembolso anual en esta partida, que en el presente ejercicio compromete más de 163.000 millones de euros del Presupuesto.
Según el último borrador que han recibido patronal y sindicatos el Gobierno detalla que la revalorización se haría, una vez aprobado el primer paquete de medidas en la materia, teniendo en cuenta la media del IPC del año anterior. De modo que en enero de 2022, de sustanciarse esa medida en el Parlamente que el ministro Escrivá quiere llevar para el mes de julio, la subida se haría con el IPC medio de este año 2021.
En este sentido, la subida que deberá llevar a cabo el Gobierno será una de las más caras de la última década, de hecho, habría que remontarse al periodo 2005-2009 para encontrar incrementos de la pensión de un nivel superior: el 2%.
Por otro lado, está por ver el reflejo de la desviación ya confirmada para la subida efectuada este año. Es decir, el Gobierno elevó para 2021 un 0,9% las pensiones con carácter general. Sin embargo, parece evidente que el comportamiento de los precios registrará un repunte notablemente superior, al menos de ese 1,6% ya mencionado
Cabe recordar que si existe una desviación al alza, es decir, que el aumento de las pensiones se queda por debajo del incremento de los precios de compra, se abona la conocida como paguilla en el mes de febrero del año siguiente. Que no es más que la compensación monetaria de esas décimas de desviación. Cada décima de desviación de los precios tiene un coste para la Seguridad Social de unos 150 millones de euros, es decir, con las previsiones actuales la desviación del 1,1% del IPC representaría un gasto añadido de unos 1.650 millones de euros.
