LA ALTA TASA DE POBREZA QUE ALARMA A ESPAÑA Y QUE EVIDENCIA EL FRACASO DE LAS POLÍTICAS SOCIALES DE SÁNCHEZ

El informe AROPE sobre el estado de la pobreza en España resalta que volvemos a estar igual de mal que en 2019, pese al fuerte gasto público para intentar paliarlo

 

Más de 12,3 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social en España. Además, alrededor de 9.676.000 personas viven ya en la pobreza al tener ingresos inferiores a 10.088 euros anuales por unidad de consumo (841 euros al mes).

Las conclusiones del informe El estado de la pobreza en España, una publicación elaborada por la European Anti-Poverty Network (EAPN) que ha recibido el apoyo económico del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, asegura que la tasa de riesgo de pobreza descendió desde el 21,7 % el año anterior al 20,4 % actual. Es decir entre 2019 y 2021, la pobreza aumentó en España, y aunque en 2022 descendió, vuelve a niveles de 2019, por lo que en definitiva entre 2019 y 2022 no se ha avanzado nada, a pesar del aumento del gasto público

 

El trabajo recoge que este dato actual del 20,4 % de la población española en riesgo de pobreza es un descenso de 1,3 puntos respecto al año anterior, lo que se traduce en unas 609.000 personas en riesgo de pobreza menos. «Con este pronunciado descenso, la tasa de riesgo de pobreza recupera el deterioro causado en las dos crisis anteriores y se sitúa en valores similares a los del año 2019». Es evidente el fracaso de estas mal llamadas políticas sociales cuando volvemos a estar como en 2019 y ello pese a gastar 130.000 millones de euros en ellas.

 

Los datos del estudio de este año muestran que el 20 % más rico de la población tiene una renta neta conjunta 5,6 veces superior a la del 20 % más pobre. Es innegable que quienes pagan los desequilibrios es la gente humilde.

 

Factores que lastran la recuperación

  • El gasto en vivienda, la inflación y las escasas ayudas a las familias con niños son los principales factores que están lastrando la recuperación de los hogares.
  • El gasto dedicado a la vivienda entre la población en pobreza equivale casi al 40 % de los ingresos del hogar, un esfuerzo más de tres veces superior al que realizan las personas no pobres (12,5 %).
  • El estudio destaca que las personas en situación de pobreza tienen menos acceso a la propiedad y, por tanto, alquilan más. A su vez, el alquiler, además de generar inseguridad, es mucho más caro que la hipoteca y consume una parte importante de los recursos disponibles. Cuatro de cada cinco personas con gasto elevado en vivienda eran pobres (el 79,1 %).
  • La investigación también muestra el aumento de las situaciones de pobreza en las personas con estudios medios o altos: el 42,9 % en esta situación los ha finalizado y una de cada diez personas con educación superior está en riesgo de pobreza. En términos absolutos, 1,4 millones de personas pobres tienen educación superior, cifra que se ha duplicado desde 2008 (674.000 personas).

 

Gasto alto en vivienda o trabajos poco remunerados: las causas de pobreza

El gasto dedicado a la vivienda entre la población con pocos recursos equivale casi al 40 % de los ingresos del hogar, un esfuerzo más de tres veces superior al que realizan las personas no pobres (12,5 %). El estudio destaca que las personas en esta situación tienen menos acceso a la propiedad y, por tanto, alquilan más. A su vez, el alquiler, además de generar inseguridad, es mucho más caro que la hipoteca y consume una parte importante de los recursos disponibles.

 

Cuatro de cada cinco personas con gasto elevado en vivienda eran pobres (el 79,1 %). Además, el 12,7 % de la población en riesgo de pobreza reside en viviendas demasiado pequeñas para su tamaño familiar y casi una de cada tres personas en pobreza no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada, el doble que el resto de la población. Los retrasos de los pagos de facturas de suministros y de hipoteca o alquiler son casi cuatro veces mayores entre las personas pobres que en el resto de población (20,4 %).

Pese a que las medidas del escudo social implantadas en 2020, como los ERTE, consiguieron mantener fuera de la pobreza a 1,5 millones de personas, se acentúa el perfil de personas pobres con empleo: casi un tercio (32,9 %) de la población pobre mayor de 15 años tienen un trabajo remunerado.

 

La investigación también muestra el aumento de las situaciones de pobreza en las personas con estudios medios o altos: el 42,9 % en esta situación los ha finalizado y una de cada diez personas con educación superior está en riesgo de pobreza. En términos absolutos, 1,4 millones de personas pobres tienen educación superior, cifra que se ha duplicado desde 2008 (674.000 personas).

 

Recoge el incremento de personas que no pueden afrontar gastos imprevistos de un mínimo de 800 euros (son el 35,5 %); también, las que tienen dificultades para llegar a fin de mes (47,8 %); las que no pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno (el 17,1 %); y las que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (el 5,4 % de la población española).

 

Los indicadores de pobreza y exclusión social han experimentado una mejoría respecto a 2021. En España, en 2022, el 26 % de la población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, 800.000 personas menos que un año antes. También se ha reducido en unas 600.000 las personas que se encuentran en situación de pobreza severa respecto a 2021.

 

“La práctica totalidad de los indicadores muestran una recuperación importante en las condiciones de vida de las personas y un retorno casi completo a los datos previos a la crisis económica provocada por la covid-19; todo ello en un año, pero sigue siendo un problema estructural”, ha destacado Susías.

 

Las mujeres y menores, los más pobres

El 27,2 % de las mujeres y el 24,8 % de los hombres estaban en riesgo de exclusión; la tasa de riesgo de pobreza femenina es de un 21,1 %, 1,3 puntos más que la de los hombres (19,8 %), lo que supone medio millón de mujeres pobres más.

 

Expone además que las políticas de recuperación no llegan por igual a ambos sexos: desde 2015, las políticas sociales han conseguido que haya medio millón de hombres pobres menos, mientras que solo 61.000 mujeres han salido de la pobreza en el mismo periodo. Las familias con menores a cargo registran las cifras más altas para todos los indicadores, situaciones de vulnerabilidad que se traducen en cifras elevadas de pobreza infantil.

 

Casi 2,6 millones de menores están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, un tercio del total (32,2 %). La peor parte se la llevan las familias monoparentales, casi la mitad (49,2 %) están en esa situación y casi todos son hogares formados por una mujer con menores a cargo.

 

Sin pensiones ni protección social casi la mitad de las personas serían pobres

El análisis destaca “la enorme importancia que tiene la función redistribuidora de la Administración pública” para el sostenimiento de la calidad de vida del conjunto de la población: si no existieran transferencias públicas (incluidas pensiones) casi la mitad de la población española estaría en situación de pobreza.

 

Los investigadores destacan que el mero crecimiento económico no es suficiente para luchar contra la pobreza y la exclusión: se necesitarían 68 años de crecimiento ininterrumpido del PIB per cápita para acabar con la pobreza en España. España está aún lejos de la meta comprometida con la ONU de reducir la pobreza hasta el 11,1 % en 2030.

 

Los datos muestran una España en dos mitades: las comunidades al norte de Madrid con las tasas más bajas de pobreza y las situadas al sur con cifras elevadas y muy por encima de la media nacional.

Las tasas más bajas si se compara en la tasa AROPE (estar en riesgo de pobreza, carencia material o baja intensidad del empleo) para 2022 son de Navarra y País Vasco, con el 14,5 % y el 15,7 % respectivamente. Por otra parte, las más altas se registran en Extremadura y Canarias, con el 36,9% y el 36,2%, respectivamente.

 

Esa tasa de pobreza es 4,4 puntos porcentuales superior a la media UE y la quinta más alta de todos los países miembros. Por encima sólo están Rumanía, Bulgaria, Grecia y Estonia.

 

El 30 % de las personas con discapacidad en AROPE frente al 22,7 % el resto de población, también tienen una renta media por unidad de consumo un 7,8 % inferior al resto de la población. En el ámbito laboral, el 13,6 % de personas ocupadas con discapacidad son pobres.

 

El 27 % de las personas con discapacidad experimenta dificultades o muchas dificultades para llegar a fin de mes (siete puntos porcentuales más con respecto a las personas sin discapacidad); el 41 % no puede afrontar gastos imprevistos de unos 800 euros (32,1 % entre las personas sin discapacidad).

 

Además, el 15,9 % de la población española vive en áreas rurales, es decir, algo más de 7,5 millones de personas ocupan el 85 % del territorio. El 27,6 % de la población rural está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, frente al 25,8 % de las zonas urbanas.

 

Solo los pensionistas han ganado poder adquisitivo en los últimos 14 años

España se está convirtiendo en uno de los países con menor poder adquisitivo de la zona euro. Una tendencia que no hace más que agravarse con el paso de los años. A finales del pasado año, gracias a un estudio de GFK, conocimos que nuestro país se encuentra fuera del Top-10 de la UE. En concreto, ocupamos la 17ª posición con 15.314 euros. Esto se traduce en un poder adquisitivo inferior en un 6% a la media europea, que alcanza los 16.344 euros.

 

Si bien es imposible poder alcanzar a las naciones que lideran el ranking, véase Liechtenstein, Suiza y Luxemburgo, la gravedad del asunto es que los italianos tienen 3.951 euros más que los españoles, mientras que los franceses cuentan con 6.628 euros más. Al fin y al cabo, son los ejemplos más cercanos a los que deberíamos tratar de acercarnos.

 

España, el país de la OCDE con menor poder adquisitivo

La renta disponible de los españoles bajó un 5,1% respecto a 2019, último ejercicio pre-COVID. Mientras, en el conjunto de la OCDE, la media creció un 0,8% en dicho periodo. Basándonos en estos datos, España fue el país peor parado de toda la OCDE. El siguiente que más perdió, Gran Bretaña, lo hizo decayendo un 2,8%, la mitad que nuestra nación.

 

La renta disponible es el dinero que les queda a las familias tras hacer frente a las obligaciones tributarias, es decir, tras restar a los ingresos de un hogar los impuestos y las cotizaciones sociales. Este remanente se emplea bien en consumo o ahorro. Un indicador claro de la pésima situación económica que atraviesa el país.

 

El INE lo refrenda: somos más pobres

Pese a las evidencias que relatan y contrastan el empobrecimiento y pérdida de poder adquisitivo de los españoles, todavía se puede bucear más en las entrañas para dar con más claves. El Instituto Nacional de Estadística cuenta con todo tipo de indicadores socioeconómicos para conocer el estado de salud de los bolsillos españoles.

 

Uno de ellos es la renta anual neta media por persona y unidad de consumo de los hogares según edad, fundamental para recabar información sobre la renta, el nivel y composición de la pobreza y la exclusión social en España y permitir realizar comparaciones con otros países de la Unión Europea. Saber con exactitud la renta anual media por persona y por unidad de consumo de los hogares según edad permite conocer la posición relativa de hombres y mujeres según la renta del hogar al que pertenecen y la edad.

 

Indagando en el período de 2008 a 2022 se constata que, a lo largo de estos 14 años, tres de las cuatro franjas de edad analizadas han perdido poder adquisitivo con respecto a antes del inicio de la gran crisis económica que sufrió. El grupo de población más perjudicado es el que va desde los 16 a los 29 años de edad. Su poder adquisitivo de 2008 a 2022 ha decaído un 11,2%. Los bajos salarios, el caro nivel de vida, la brutal inflación y la falta de estabilidad sigue empujando a los más jóvenes a ver sus esperanzas de prosperar muy reducidas.

 

La cosa mejora, aunque no mucho, entre los 30 y 44 años. Ellos pierden un 7,5% en el periodo estudiado. Una bajada que no deja de ser muy delicada, ya que es la edad en la que, supuestamente, las personas deben hacer frente a hipotecas o al cuidado de hijos.

 

Si el panorama de los jóvenes es desolador, el de los adultos de 45 a 64 años es casi peor. La evolución de su poder adquisitivo se ha debilitado un 10%. Preocupante porque son edades en las que, con los hijos (de tenerlos) ya independizados y los grandes gastos ya cubiertos, se debería ahorrar de cara al futuro y la jubilación. No solo no ahorran, sino que tienen menos dinero que hace 14 años. Dramático.

 

Por último, el grupo de personas con más de 65 años. Ellos son los únicos que han visto aumentado en un 6,5% su poder adquisitivo desde 2008. Afortunados ellos, ya que sus pensiones subirán hasta un 4,5% en 2024. De hecho, el ejecutivo calcula que la revalorización de las pensiones va a suponer un gasto extra de cerca de 7.500 millones, que lo pagarán el resto de españoles cuyo poder adquisitivo se ve cada vez más mermado.

 

España, actualmente, cuenta con una tasa de natalidad estancada, unas pensiones que no hacen más que subir (con menos aportaciones para mantenerlas en la Seguridad Social), graves problemas estructurales en la economía y una baja competitividad con el resto de países de la Unión Europea. El país se encamina a un futuro con más sombras que luces, donde crecer y ahorrar será cada vez más difícil.

 

 

Deja un comentario