¡¡¡ HASTA SIEMPRE, PEPE MUJICA !!!

 

“No somos más importantes que los gusanos”, le gustaba decir al expresidente uruguayo José (Pepe) Mujica. Ocupó el máximo lugar de jerarquía Uruguay durante unos años. Cometió muchas equivocaciones y durante su presidencia, entre 2010 y 2015, no hubo cambios radicales en Uruguay y no logró consolidar proyectos duraderos. “Todavía nos queda mucho a los trabajadores para aprender a ser patrones de nosotros mismos”, nos decía Mujica.

 

Y a pesar de tantos fracasos, Mujica generó ilusiones, en un mundo tan falto de ellas. Convenció a muchos de que podemos y debemos tener otra vida. Y que cada uno de nosotros tiene una parte que jugar.

 

“Mi generación globalmente cometió el error de creer que cambiando las relaciones de producción y de distribución iba a cambiar la sociedad.”

 

Su vivienda en Rincón del Cerro es una casa pequeña (una “chacra”) , que no se diferencia en nada de cualquier vivienda rural humilde en Uruguay. Una perra coja lo acompañó durante años. Ahora la perra está enterrada en la chacra, y Mujica pidió que lo entierren allí también, donde vivió durante muchos años, y siguió viviendo cuando era presidente.

 

Conocía a poetas y novelistas a un nivel que pocos políticos lo hacen actualmente. Le gustaba dar consejos a los jóvenes, como un abuelo medio pesado: uno de los últimos fue que se hagan más mimos, que estén menos con el móvil.

 

Y hasta logró que le rindieran tributo en vida, cuando se supo que el cáncer de esófago que sufría se había expandido. Mujica despertaba cariño en la gente, y por eso personas de todos los orígenes sociales lo abrazaban, lo tocaban, con la confianza que da el afecto y con la cercanía del reconocimiento de los iguales.

 

Hoy y durante los próximos años construiremos un Mujica quizás proyectado a través de nuestras ilusiones o de nuestros miedos. Quizás lo responsabilicemos de nuestros sueños, o de tantos fracasos. Quizás él nos diría, con su sonrisa pícara, que nadie es tan importante y que la vida no es tan solemne. Que discurre simplemente. Que construimos todos los días, como las hormigas.

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