Los últimos datos de Contabilidad Nacional confirman que el empleo en España ha cerrado por fin la brecha abierta por la Gran Recesión niveles históricos. En concreto, el dato del segundo trimestre revela 21,51 millones de ocupados, una cifra solo superada por la registrada en el primer trimestre de 2008. Eso sí, las horas trabajadas siguen un 4% de las registradas entonces, una evolución que responde tanto al elevado peso que mantienen el comercio, logística y hostelería como al intenso repunte del sector público en la economía tras la crisis financiera.
Los datos de empleo ligados al Producto Interior Bruto suponen un complemento relevante a los de la EPA, ya que se elaboran con una metodología muy diferente y pensada para estimar el impacto del mercado laboral en la evolución económica. En este sentido hay que entender los datos que aporta de horas trabajadas, los empleos a tiempo completo y otras variables ligadas a la productividad y a la intensidad del trabajo.
Las cifras ajustadas de estacionalidad y calendario revelan que el de 2024 fue el mejor segundo trimestre en número de ocupados de la serie histórica que se remonta a 1995, aunque hay que tener en cuenta que a partir de ahí se inició una tendencia de enfriamiento de la actividad, provocado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria que sirvió de preludio al estallido de la crisis financiera global. Aun así, en el segundo trimestre de 2008, se registró el dato más alto de la serie de horas trabajadas: 9.137 millones, aunque los ocupados retrocedieron a 21,34 millones.
En el mismo periodo de 2024 la cifra fue de 8.753 millones de horas, lo que supone un descenso del 4,2% o el 4% según el momento que se tome de referencia. La lectura positiva es que siguen siendo los mejores datos desde el arranque de la Gran Recesión a finales de 2008, en 2009, que para el primer trimestre de 2014 se había saldado con la pérdida de 3,95 millones de ocupados y 1.600 millones de horas de trabajo.
Los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (que se define como el total de horas trabajadas dividido por la media anual de las horas trabajadas en puestos de trabajo a tiempo completo),sí marcan un récord histórico, con 20,14 millones. Pero que este repute no se vea acompañado de una evolución equivalente de las horas apunta a empleos de menor ‘intensidad’, entendido este concepto en términos macroeconómicos. Es decir, que aportan menos al PIB.
¿Los funcionarios relevan a los albañiles?
¿A qué se debe esta tendencia? La clave está en la composición de los empleos: entre el segundo trimestre de 2008 y el segundo de 2024 se aprecia un trasvase entre l construcción, que pierde 1,22 millones de ocupados netos al sector público, que gana 1,23 millones, hasta un récord de 5,04 millones y eleva su peso en la economía del 17,7% al 23,47%. Solo le supera el comercio y el turismo, que suma el 28,6% de los ocupados.
El repunte en el empleo público ha permitido compensar la pérdida de ocupados en la construcción, y el relativo estancamiento en el comercio, logística y turismo, aunque por sí solo no lo hubiera bastada. La creación de 241.300 en el sector tecnológico y de 459.000 en las actividades profesionales, científicas y técnicas (un ‘cajón de sastre’ para los trabajadores cualificados en ramas que van desde la arquitectura o lo legal a los trabajos de oficina y contabilidad) se suman para impulsar la creación neta de empleo.
Esto ha llevado al Gobierno a defender que son los empleos más productivos los que lideran la creación de empleo, pero esta afirmación obvia el matiz de su reducido peso en la economía: informática y telecomunicaciones solo supone un 3,18% del empleo y las actividades profesionales un 12,74%, poca más de dos puntos más que en 2008 y diez menos que el sector público. Los empleos innovadores e innovadores de alto valor añadido, aunque han elevado su actividad, siguen muy lejos de liderar la economía. Eso corresponde a comercios, hostelería y logística y al sector público, que se reparten 6 de cada diez empleos.
Lo llamativo es que el grueso del repunte del sector público se da entre 2008 y 2018, pese a los recortes aprobados entre 2012 y 2017 por el Gobierno de Mariano Rajoy. La razón es que, a pesar de los ajustes, el sector público fue mucho menos castigado por la crisis que el resto, y más difícil de moderar. Aunque muchos puestos de trabajo fueron amortizados cuando los funcionarios se jubilaron, las administraciones recurrieron a la vía de la interinidad, lo que también explica que estos empleos registran una tasa de temporalidad que roza el 30%, el doble que en el sector privado.
De la calidad de estos empleos hablan el hecho de que aporta el 20% de las horas trabajadas, cuando en 2008 apenas llegaba al 15,78%, pero la diferencia entre su peso en el empleo y el que tienen en las horas trabajadas es la mayor de todos los sectores: 3,9 puntos, cuando de media no supera el 1%.
Es el supuesto inverso al del sector público, donde la jornada media es menor que en el resto, aunque esto muchas veces responde más que a sus jornadas al hecho de que muchos son empleos temporales o a tiempo parcial.
Estos datos apuntan a que la economía española sigue atrapada entre dos sectores se reparten más de la mitad de la ocupación, pero cuya productividad e intensidad de tiempo de trabajo les hace más ineficientes que el resto.