El sobreesfuerzo fiscal español está empujando a más hogares, especialmente con niños, por debajo del umbral de la pobreza
España atraviesa una situación socioeconómica alarmante que golpea de manera directa a su población infantil. Según los últimos datos oficiales recopilados por la Fundación Madrina, el país lidera la tasa de pobreza infantil en la Unión Europea y encabeza también el Índice de Miseria con un 14,7% a finales de 2024, muy por encima de la media comunitaria, que se situaba en el 8,8%. Este índice, que combina las tasas de desempleo e inflación, refleja el profundo deterioro del bienestar económico en España.
Actualmente, cerca de un millón de niños viven en riesgo de pobreza. El desempleo real, incluyendo a personas infraempleadas o desanimadas, alcanza los 3,9 millones, mientras que la inflación persistente continúa erosionando el poder adquisitivo de los hogares, especialmente en bienes esenciales como la alimentación y la energía. A ello se suma una elevada presión fiscal que reduce la renta disponible de muchas familias, empujándolas por debajo del umbral de la pobreza, y una abultada deuda pública que limita la inversión en políticas sociales. Estas condiciones han llevado a que el 26,5% de la población española se encuentre en riesgo de pobreza o exclusión social. Para 2025, el umbral de pobreza para un hogar unipersonal se estima en 11.944 euros anuales, lo que implica que son necesarios dos salarios para mantener un nivel de vida digno.
Las consecuencias más dramáticas recaen sobre la infancia. Muchos menores no tienen garantizado el acceso a una alimentación adecuada, a una vivienda digna, ni a servicios esenciales como la educación y la sanidad. Esta situación no solo afecta su bienestar inmediato, sino que pone en riesgo su desarrollo físico, cognitivo y emocional, perpetuando así el ciclo de pobreza de generación en generación. La creciente dificultad de las familias para conciliar el trabajo con el cuidado de sus hijos, junto con la escasa cobertura de prestaciones sociales, agrava aún más la vulnerabilidad infantil.
Ante esta situación, la Fundación Madrina alerta de la urgencia de tomar medidas contundentes. Entre sus recomendaciones destacan la necesidad de implementar un plan nacional integral contra la pobreza infantil, reforzar las políticas de apoyo directo a familias con menores a cargo, fomentar el empleo de calidad y salarios dignos, invertir al menos un 7% del PIB en educación para garantizar la igualdad de oportunidades, y revisar el sistema fiscal para aliviar la carga sobre los hogares de bajos ingresos.
«El aumento del riesgo de la pobreza infantil y la miseria económica en España exige una respuesta contundente y coordinada de la administración y de toda la sociedad civil. El futuro de nuestros niños está en juego, y por ello se debe revertir esta alarmante tendencia y garantizar un futuro digno para todos ellos», advierte Fundación Madrina.
La pobreza infantil sigue creciendo en España: los hogares con menores tienen casi 10 puntos más de pobreza que los de adultos
La pobreza infantil en España sigue estando por encima de la media de pobreza. Ser niño o adolescente en nuestro país es factor de riesgo de pobreza. 1 de cada 3 menores de 18 años es pobre. En concreto, el 33,9 %. Más de 7 puntos por encima de la pobreza media. Un dato que también es vergonzante, el 26,5 %.
Dividido por edades, los peor parados son los adolescentes. Los niños con una menor tasa de pobreza son los que tienen entre 0 y 3 años, con el 31,8 %. Después, entre los 4 y los 12 años, el porcentaje sube ligeramente hasta el 32,6 %. Pero son los chavales, cuando tienen entre 13 y 17 años, los que mayor índice de pobreza presentan: el 37,1 %.
Son los datos que ofrece la Plataforma de Infancia en su Análisis de la encuesta de condiciones de vida de la infancia 2024. Se trata de un estudio con datos económicos y del INE, incidiendo en el impacto sobre la infancia de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2023.
“El progreso en las etapas educativas genera cada vez más pobreza, más gasto. La crianza de los adolescentes es más cara. Además, las mayores ayudas y desgravaciones fiscales de cuidados, maternidad o paternidad se terminan a los 3 años. Coincide exactamente con la etapa que menos pobreza genera en las familias. Y, como dice también la propia Plataforma, la adolescencia se convierte en la etapa olvidada”, denuncia Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.
Carencia material severa
Tener hijos empobrece. Es un dato indiscutible. “En un país con un problema demográfico y de envejecimiento como el nuestro, es una incongruencia máxima que el hecho de tener hijos signifique subir uno o dos escalones hacia el riesgo de pobreza”, afea Pedrazuela.
Según el estudio, “son los hogares con presencia de menores de 18 años los que muestran una mayor tasa de riesgo de pobreza y/o exclusión social”. La diferencia con los hogares compuestos solo por adultos es de casi 10 puntos. Sin menores en casa, hay un 22,6 % de hogares en riesgo; pero esta pobreza aumenta con presencia infantil hasta el 31 %.
Es más, un 10,8 % de los hogares con niños presenta una carencia material severa. Y, por etapas, los adolescentes son los peor parados. 9,8 % tienen los hogares con niños de 0 a 3; 10,4 % cuando están entre los 4 y los 12; y, finalmente, escala hasta el 11,9 % cuando en los hogares hay menores de 13 a 17 años.
La carencia material severa supone no poder afrontar al menos 4 de los 9 supuestos que recoge el INE en esa Encuesta de las Condiciones de Vida. Supuestos básicos para un hogar, como mantener la vivienda a una temperatura adecuada, comer carne o pescado al menos cada dos días, contar con lavadora o con teléfono.
“La adolescencia es una etapa crítica para la transición hacia la vida adulta. Estos menores precisan en mayor medida atención a su salud mental y, para atender a esta etapa educativa, conexión a internet. No poder contar con conexión en casa va abriendo una brecha digital que se va a extender a una etapa adulta con menores recursos formativos”, advierte Lourdes Pedrazuela.
Pobreza infantil creciente
La pandemia ha supuesto un antes y un después en cuanto a la pobreza en España. De hecho, las cifras están rozando ya el récord marcado por el peor año de los efectos de la crisis financiera, 2014. En ese año, la pobreza infantil también fue la peor, casi el 36 %. Y los mayores de 65 años, quienes con sus pensiones sostuvieron a muchísimas familias en desempleo de larga duración y sin prestaciones, marcaron un mínimo, en torno al 13 %.
Desde entonces, comenzó a crecer la pobreza de nuestros jubilados, que solo se redujo en 2019 pero volvió a repuntar con fuerza en 2020. Y, en el caso de adultos y niños, la pobreza comenzó una lenta bajada que para la infancia se detuvo en 2018, a pesar de la recuperación que se pregonaba por entonces.
Mientras los hogares compuestos por adultos menores de 65 años solo se dio subida en la pobreza en 2021 y este último año, 2023, el aumento de la pobreza infantil ha sido una constante. En 2019 volvió a superar el 30 % y ya no ha bajado de ahí. Se redujo levemente al terminar 2022, pero ha repuntado con fuerza este último año, con un aumento de casi 2 puntos.
A la cola de Europa en pobreza infantil
El informe de la Plataforma de Infancia reitera un dato que ya reflejó la oficina de investigación de Unicef: España es el peor país de Europa, junto ron Rumanía, para ser niño. E incide en las mismas recomendaciones que por entonces ya reclamó la agencia de la ONU: medidas, pero eficientes, que lleguen a los hogares pobres con niños.
Porque, a pesar de que España cuenta con más mecanismos que hace años para la lucha contra la pobreza, la realidad es que en Europa las políticas sociales reducen esta tasa en casi 14 puntos, pero, en España, solo en 6.
“Incluso las ayudas penalizan la brecha digital. Faltan funcionarios en la Administración, especialmente en servicios básicos para atajar la pobreza, como la tramitación del IMV. Cuando se instauró, se planificó una plantilla de 1.025 personas, pero prácticamente todos son interinos o temporales, con apenas un puñado de funcionarios como mandos o en las oficinas centrales. Y, después, se ha contratado a unas 200 personas más para revisiones, pero también personales”, censura la secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO, con datos que manejan los delegados de USO en AGE.
“Según la última estadística de Inclusión, hay cerca de 600.000 hogares recibiéndolo, con 1,7 millones de personas. De ellas, más del 40 % son menores. ¿1.025 personas en toda España para tramitar y revisar estos expedientes son suficientes? No solo para tramitar, sino para atender personalmente a familias que no pueden hacer trámites en línea. Según el informe de Intermon Oxfam, solo el 16 %, 1 de cada 6 hogares con derecho, percibió finalmente el IMV. Y lo achacan precisamente a la burocracia o al desconocimiento de la ayuda. Si las ayudas no se adaptan a sus destinatarios, seguirán sin cumplir con su objetivo y la pobreza seguirá en aumento en España”, reprocha Lourdes Pedrazuela.
Fuentes: España en alerta roja: líder en Europa en pobreza Infantil y miseria económica
Pobreza infantil: los niños en España son más pobres que los adultos | Sindicato USO
ENLACE AL ANÁLISIS DE LA ENCUESTA DE CONDICIONES DE VIDA CON ENGOQUE DE INFANCIA 2024
ANALISIS-DE-LA-ENCUESTA-DE-CONDICIONES-DE-VIDA-ABRIL-2024_POI.pdf