Armando Solís, fue designado en junio de 2024 nuevo presidente de Previsión Sanitaria Nacional (PSN) en sustitución de Miguel Carrero López, que ha estado al frente de la Organización desde 1998. La aseguradora tiene mucho que decir sobre el sistema de pensiones español. Solís lamenta que un debate de tal calaje para las cuentas públicas y el bienestar de la sociedad se vea envuelto en las luchas de los políticos. Desde PSN apuestan por mejorar la cultura y educación financiera baje un buen asesoramiento que mejore el ahorro de cara a la jubilación.
¿En qué punto está la salud del sistema de pensiones público actualmente?
Sinceramente, creo que cada día son más evidentes los retos que afronta y los esfuerzos que vamos a tener que acometer como sociedad. Sin ser alarmista, porque este es un tema muy sensible, lo que es indudable es la inversión de nuestra pirámide poblacional. El envejecimiento de nuestro país es una realidad inapelable y eso tiene un impacto importante en la sostenibilidad del modelo. España está entre los países más envejecidos y cuenta con una de las mayores esperanzas de vida del mundo. Son buenas noticias para nuestra sociedad, pero supone una reducción en el rato cotizante/pensionista. De hecho hay territorios en los que ya hay menos de dos trabajadores por cada pensionista. Y esto se agravará aún más con la avalancha de jubilaciones de la generación del Baby Boom. El gran problema que siempre ha tenido el debate de las pensiones ha sido su politización. Es un tema muy sensible y con un coste electoral muy importante, y creo que durante décadas se están dilatando medidas que acabará imponiendo la realidad; ese tiempo perdido será mucho más doloso para la sociedad.
¿Cree que las medidas de los últimos años, enfocadas a exprimir los ingresos sin ajustar el gasto, dan tranquilidad a largo plazo? Algunos expertos apuntan al potencial efecto negativo sobre el empleo o la renta disponible.
En mi opinión no se están abordando ambos extremos de la cadena por igual. Es evidente que socialmente es atractivo que la revalorización de las pensiones se ligue al IPC, pero también lo es que supone asumir un impacto económico que no está claro que sea sostenible. Ahora empezamos a tener una inflación contenida, pero en 2023 las prestaciones subieron un 8,5%. Ese dato es aún más rotundo cuando hablamos de la primera partida de gasto del PIB. No olvidemos que más de 4 de cada 10 euros de los presupuestos se destina ya al pago de pensiones. Las medidas planteadas buscan nutrir más la parte de los ingresos, pero según los expertos no serán suficientes y afectarán muy negativamente a la población activa, empobreciéndola de manera importante.
Hablemos de ahorro. ¿Apostaría por volver a recuperar el atractivo fiscal de los planes individuales o nos la jugamos ‘todo’ a los de empleo?
Los planes individuales han ido perdiendo atractivo de manera constante en los últimos años hasta casi hacer desaparecer su objetivo principal. Con aportaciones limitadas a 1.500 euros anuales es difícil configurar un ahorro complementario suficiente al alcanzar la jubilación. Es evidente que se pretende reforzar el segundo pilar, y esa es una gran noticia porque el ahorro a través de las empresas ha dado buenos resultados en otros países donde la capitalización de ahorro finalista es muy superior a la que tenemos en España. En este sentido, creo que potenciar los planes de empleo es una buena medida, pero no considero que la solución sea hacerlo a costa del ahorro individual. Los sistemas de pensiones que mejor desempeño han tenido son aquellos que combinan los tres pilares, por lo que la pata individual también debe ser fundamental. En España tenemos un modelo de ahorro muy particular, muy dependiente del ladrillo y mucho menos desarrollado en lo que se refiere a otros instrumentos financieros. Es preciso reforzar la cultura financiera y en PSN llevamos mucho tiempo impulsando la formación a nuestros mutualistas como un objetivo prioritario.
Hay vida más allá de estos productos. ¿Cuál es la estrategia de PSN en materia de previsión social? ¿Qué soluciones ofrece a sus asegurados?
La necesidad de entender que la etapa de jubilación va a suponer una merma en nuestro poder adquisitivo es fundamental. Hace falta conciencia social de esta realidad porque es el primer paso para poder tomar medidas. A partir de ahí, los instrumentos que usemos para cubrir esa diferencia son variados. Es cierto que los planes de pensiones se concibieron como la herramienta idónea, pero no podemos obviar que nunca han llegado a tener el peso que debieran en una economía como la nuestra. Si hablamos de ahorro finalista, creo que lo relevante es contar con un buen asesoramiento. No todo el mundo tiene las mismas necesidades y existen productos muy diversos, desde seguros garantizados hasta instrumentos con determinado riesgo inversor, pero también con expectativas de rentabilidad muy interesantes.
En 2025 se abre la ventana de liquidez para retirar patrimonio de los individuales con diez años de antigüedad. ¿Teme que se dilapide buena parte del ahorro en estos productos?
Sinceramente, creo que toda aquella persona que esté bien asesorada no utilizará esa ventana a menos que hablemos de verdadera necesidad, porque es hacerse un flaco favor. Los planes de pensiones están concebidos como ilíquidos y rescatarlos ahora supone tributar como rendimiento de trabajo y eso tiene un impacto fiscal relevante. Es cierto que realmente se trata de un diferimiento fiscal pero no es lo mismo percibir cuando estás en activo que al jubilarse, que, por norma general, los ingresos son menores y, por tanto, también lo es la tributación.
Póngale deberes a la ministra Elma Saiz: ¿qué solucionaría este mismo año?
Los retos del sistema son de sobra conocidos. Creo que como ciudadanos debemos reclamar honestidad ante los cambios que sea preciso acometer. Debemos apoyarnos en los expertos, estudiar otros modelos que han demostrado fortaleza y alejar todo lo posible el debate partidista en un tema tan sensible e importante para el futuro de todos.