Las pensiones en España han vivido dos reformas en los últimos diez años. En 2013 se aprobó una reforma “menor” en la que se introducían dos mecanismos para hacerlas sostenibles, el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) que limitaba la revalorización anual de las pensiones de acuerdo con el estado financiero del Sistema Público de Pensiones y el Factor de Sostenibilidad (FS), que disminuía la primera pensión en función de la esperanza de vida de cada generación jubilada.
Así ambos conceptos incidían sobre la parte del gasto en pensiones, reduciéndolo si los ingresos no acompañaban. Sin embargo ambos índices se han derogado con la denominada reforma Escrivá de las pensiones, que ha legislado que la revalorización anual de las pensiones será con el IPC del año anterior y el denominado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que aumenta la cotizaciones (tanto las abonadas por las empresas como por el propio trabajador) a fin de alimentar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social (FRSS) para hacer frente a las masivas jubilaciones de los babyboom. Estas nuevas cotizaciones se irán incrementado desde el 0,6% en el año 2023 hasta el 1,2% a partir del año 2030. Además esos incrementos en las cotización no intervendrán en el cálculo de la cuantía de las pensiones. En definitiva el MEI aumentará los ingresos del Sistema pero no recortará los gastos del mismo, que con la jubilación de los babyboom se dispararán.
Todos los estudios revelan que el MEI no va a ser suficiente para financiar las pensiones. Al igual que la reforma del 2013 con el IRP y el FS lo que hacía era bajar las pensiones pero no lo suficiente para hacerlas sostenibles, el MEI no va a ser suficiente para lograr incrementar suficientemente los ingresos.
Quizá la reforma ideal hubiera sido una combinación de todo, IRP, FS y MEI, pero ese es un mundo ideal y no vivimos en él. El Gobierno actual y seguramente los posteriores no van a querer bajar las pensiones porque políticamente sale muy caro. Si la reforma de 2013 salió adelante fue por presiones de Europa y porque estábamos en una situación de crisis económica en la que cualquier cosa parecía aceptable por la sociedad.
La prueba que el MEI como solución de la sostenibilidad del sistema es irreal es que el propio el documento que ha presentado el Gobierno asume que vamos a crecer hasta 2050 más que en los últimos 20 años, la tasa de empleo va a aumentar a cifras nunca vistas, el paro va a estar por debajo del 6% y la productividad va a aumentar a tasas que no vemos desde hace décadas.
El truco japonés
Japón también se vio en una tesitura similar hace años. El envejecimiento de la población era brutal y no había suficiente dinero para pagar las pensiones. Y eso que su tasa de paro era y es muy baja. Y decidió usar un truco que quizá veamos en España cuando se demuestre que el MEI no es suficiente.
Se trata, nada más y nada menos, que cualquier persona de entre 20 y 60 años tiene que pagar una contribución (un impuesto) a la Seguridad Social, aunque no trabaje. Esto incluye a nacionales y extranjeros residentes.
El sistema es complejo, pues existen algunas descuentos para personas con bajos ingresos o estudiantes, pero lo normal es que haya que pagar unos 100 euros al mes. Todo son facilidades para el pago, pero hay que hacerlo- Según el INE en el segundo trimestre de 2023 hay en España 40.400.000 personas mayores de 16 años (en edad de estar ya activos laboralmente) y anualmente ese impuesto comportaría más de 4.000 millones, cifra nada despreciable comparada con el déficit real de la Seguridad Social (sumando las transferencias y prestamos del Estado) en 2023, es de 49.000 millones
No nos extrañemos, entonces, que el MEI acabe convertido en algo similar en España. Un pago mensual para todo el mundo (ocupado o no, nacional o no), aparte de las cotizaciones sociales de los trabajadores. El nombre (Mecanismo de Equidad Intergeneracional) desde luego acompaña. Y esto permitirá que el sistema de pensiones siga siendo sostenible más años de los que pensamos. Aunque esto convierta España en un infierno fiscal.
Fuente: el blog salmon