Solo un Gobierno como el que preside Sánchez tiene la desfachatez de presumir de la pretendida marcha triunfal de la economía. Pero ya de sobra conocemos los españoles la capacidad de nuestro hoy presidente en funciones de no decir las cosas como son y de decirlas como no son. Por eso, los que ayer no le votaron siguen hoy sin votarle y no pocos de los que le votaron antaño ya no le votan hogaño.
Evolución del PIB: las previsiones para el año en curso apuntan a que aumentará a un ritmo ligeramente superior al 2%, porcentaje claramente inferior al habido en los dos últimos años -5,5%-. En una grosera manipulación dialéctica, Sánchez y sus propagandistas intentan maquillar este frenazo manifestando que en 2023 creceremos más que los países de nuestro entorno. Claro, porque en los dos años anteriores -2021 y 2022- hemos crecido mucho menos, siendo auténticamente incontestable que somos uno de los dos países de la Unión Europea que más hemos tardado en recuperar el PIB previo al shock pandémico. De ahí que nuestro mayor crecimiento actual responda exclusivamente a que estamos haciendo ahora los deberes que los demás acabaron mucho antes. Pero esto no oculta, salvo en las declaraciones propagandísticamente maquilladas, que el PIB español se está frenando y de manera considerable.
Evolución de la recaudación: en 2022 creció un 14,4% respecto de 2021 y su crecimiento en el periodo enero-abril de este año respecto a los mismos meses del año precedente se limita a un 5,5%. El IRPF ha pasado de crecer al 15,8% en 2022, a hacerlo solo al 11,6% y el IVA, que probablemente es el que mejor refleja las variaciones de la coyuntura, ha descendido desde el 13,9% -ritmo de aumento en 2022- al 5,9% -crecimiento habido en el primer cuatrimestre de 2023. Los datos son esclarecedores del frenazo económico y no engañan salvo, claro está, al que quiere auto engañarse y engañar a los demás.
Afiliación a la SS: aumentó en poco más de 54.000 trabajadores, cifra exigua para el mes de junio y de hecho, se trata del menor aumento habido en un mes de junio desde 2015 . La cuestión es tan evidente que hasta las propias fuentes oficiales han hablado de la ralentización si bien han intentado desviar la atención recurriendo a esgrimir datos de aumentos semestrales, anuales…
Desempleo: Con la estadística oficial del SEPE los parados son 2.688.842 pero sigue sin proporcionarse el número de trabajadores que, ausentes en esa cifra, se encuentran en su casa a la espera de poder trabajar, es decir, los firmantes de contratos fijos discontinuos que sin estar trabajando computan como si sí lo estuvieran. Y eso sin olvidar que la última EPA que elabora el INE refleja que los parados son 3.127.800, aproximadamente 450.000 más de los que se nos dice el SEPE y sin dejar de recordar asimismo que, según los datos publicados por Eurostat,a finales del mes pasado en España hay 985.000 parados ocultos, es decir personas que no trabajan, pero no se cuentan como tal y 1,1 millones de infraempleados, aquellos que trabajan a tiempo parcial porque no encuentran un empleo indefinido. Pues bien, con independencia del caos estadístico que el Gobierno no puede, no sabe o no quiere aclarar, lo cierto es que son los propios datos oficiales los que confirman el parón habido en la evolución del empleo.
Si el BCE deja de financiar a los Tesoros europeos en los mercados secundarios como tanto desde Frankfurt (BCE) como desde Bruselas (Comisión Europea) se amenaza, España entrará en recesión en 2024, gobierne quien gobierne en España.
Me pregunto si en otros países europeos en sus elecciones siempre sale también el testimonio del que dice (o grita) «HAY QUE VOTAR, porque si no, luego, no te puedes quejar, a ver, a quién te quejas» O es simplemente un argumento solo español