El que paga las prestaciones no es el organismo llamado “Seguridad Social”, sino el Estado español, con todo lo que eso implica.
Ahora ya sabemos que con las cotizaciones sólo se pagan el 70% de las prestaciones contributivas,
La Seguridad Social es uno de los pilares fundamentales de nuestro estado del bienestar y se basa en un pacto intergeneracional y solidario, los jóvenes trabajan y cotizan para pagar las pensiones de los jubilados de hoy y cuando se jubilen percibirán prestaciones que se financiarán con las cotizaciones de los trabajadores de ese momento. Una cadena que sin embargo tiene graves problemas de sostenibilidad, tanto por la evolución demográfica como por el actual déficit económico de la Seguridad Social.
Principios del sistema de la Seguridad Social
En el sistema español existen dos tipos de prestaciones:
- Modalidad contributiva: cubre a los cotizantes que hayan pagado las cuotas durante el tiempo suficiente, y a sus familias
- Modalidad no contributiva: incluye a personas que no hayan cotizado en su momento , o no el suficiente tiempo, y ahora no dispongan de los recursos económicos necesarios.
El sistema está basado en el principio de solidaridad, en diferentes modalidades:
- Intergeneracional, es decir, los actuales beneficiarios están cobrando los derechos generados en el pasado gracias a las aportaciones de los cotizantes actuales; éstos, a su vez, cobrarán en el futuro los derechos que generan ahora gracias a las aportaciones que hagan en ese momento futuro los que coticen en ese momento.
- De renta; los que más ganan, más aportan.
- A través de los impuestos, en que todos aportamos para la modalidad no contributiva
Pero la realidad es que la Seguridad Social es una ficción contable. En realidad, siempre lo ha sido. Los impuestos, tasas y demás ingresos públicos van a la misma caja (no hay impuestos finalistas, como nos decían de las cotizaciones sociales). Y luego salen de esa caja para pagar todos los gastos.
Esto siempre ha sido así. Pero, es cierto que durante unos años pudo mantenerse la ficción. Cotizabas, te decían que generabas “derechos” y luego te abonaban la pensión correspondiente. Como, además, las cotizaciones de los trabajadores eran superiores al gasto en pensiones contributivas, se podía mantener la ilusión finalista: lo que pagan aquellos va destinado a pagar lo que reciben estos.
[Nota: no puede hablarse de “derecho” cuando las reglas para cobrarlo las fija el mismo ente que las tiene que abonar. Si mañana un Gobierno decide llevar la edad de jubilación a los 75 años, ningún cotizante, pasado o presente, podrá protestar. ¿Qué “derecho” es uno que nos puede cambiar a voluntad?].
Hubo un momento, sin embargo, en el que los ingresos por cotizaciones dejaron de ser suficientes para pagar los gastos comprometidos. Y ahí se rompió todo, pues el “sistema” no tiene dinero para pagar; y cada vez tendrá menos, porque los ingresos por cotizaciones se van alejando de los gastos por pensiones contributivas. El ente que paga pensiones no es la Seguridad Social, es el Estado español en su conjunto, con el total de impuestos que recauda por todo tipo de conceptos.
Fedea en el informe “Evolución reciente y situación financiera actual del sistema público de pensiones” destaca que los ingresos por cotizaciones han pasado del 9,1 al 9,0% del PIB entre 2010 y 2023, sin contar el MEI, que no es una cotización en realidad pues no genera ningún “derecho” sobre las futuras prestaciones, y detrayendo el gasto que debe destinarse a otras prestaciones contributivas, como la incapacidad temporal]. Enfrente, los gastos por prestaciones contributivas han pasado del 9,8% del PIB al 12,9%.
Así, el déficit preocupante que era del 0,9% del PIB en 2010 se ha convertido en un agujero de 3,8% del PIB en la actualidad (unos 55.000 millones de euros). Pero el Gobierno maquilla (o al menos lo intenta) con préstamos del Estado (que nunca se devolverán), con transferencias corrientes, no incluyendo en las cuentas las clases pasivas,…
Agujero brutal en la Seguridad Social
Por su parte el Tribunal de Cuentas acaba de poner el acento en la enorme llaga de la Seguridad Social, que de ser una empresa privada estaría sencilla y llanamente en la quiebra más absoluta. Desde que en 2017 la Tesorería General de la Seguridad Social entrara en terreno negativo, el agujero no deja de ensancharse y autoalimentarse. Por sexto año consecutivo (el tiempo que Sánchez lleva al frente del Gobierno) el órgano fiscalizador emite un severo informe urgiendo al Ejecutivo a tomar las «medidas pertinentes» para atajar una sangría de proporciones gigantescas.
En el ejercicio 2022, siempre según el Tribunal de Cuentas, la Seguridad Social cosechó un patrimonio neto negativo de 88.759 millones de euros. La sima se ensancha con más de 20.000 millones cada 12 meses y creciendo. De hecho, en los últimos meses el patrimonio neto negativo creció en 10.000 millones de euros.
Un Gobierno responsable hace tiempo que hubiera dicho a los casi 11 millones de pensionistas la realidad de la situación. Frente a ese agujero negro que se va extendiendo a medida que pasa el tiempo, el Gobierno juega con ellos y reparte pan para hoy y asegura mijagas para mañana. Las pensiones en España suben más que las cotizaciones sociales. El coste se ha disparado un 75% durante los tres últimos años. Con ese dato está todo dicho.
[Nota: también podría cerrarse el “déficit del sistema” si cambian las reglas que definen la “contributividad”. Si un Gobierno recorta 5 puntos el IRPF y sube esos mismos puntos las cotizaciones, quizás la Seguridad Social tendría superávit, pero el saldo final del Estado sería el mismo. Esto deja claro el carácter ficticio-político del “sistema”, para lo bueno y para lo malo].
La conclusión es que los pensionistas del presente y del futuro deben estar tranquilos, pues sus pensiones NO dependen de las cotizaciones y afortunadamente, hay otros ingresos del Estado que permitirán que ellos sigan cobrando, a no ser que quiebre el propio Estado y en tal caso los problemas serán de una entidad incalculable.
Hay al menos seis posibles procedimientos para paliar el déficit del sistema:
- Recortar las pensiones de los actuales jubilados. Tendría un alto impacto positivo en las cuentas del sistema a medio plazo, pero sería muy complicado de manejar políticamente.
- Recortar las pensiones de los futuros jubilados endureciendo los requisitos de acceso a la prestación: incremento de los años que se tienen en cuenta para el cálculo de la pensión, recortes por jubilación anticipada, retrasar la edad de jubilación… Esto ya se está haciendo pero como no se hace abiertamente (en ocasiones, con el silencio cómplice de los sindicatos) pasa más desapercibido, lo que lo convierte en una reforma más sencilla de aplicar.
- Subir los impuestos finalistas para la jubilación (cotizaciones). Es la opción favorita desde hace años, entre otras cosas porque se vende que no lo paga el trabajador (aunque sí lo hace) sino el empresario. El problema es que las cotizaciones ya son muy elevadas, y es complicado que se incrementen más por sus efectos en el coste laboral y el empleo.
- Nuevos impuestos disfrazados de cotizaciones: es la vía que eligió José Luis Escrivá para su NO-reforma de las pensiones que en realidad fue una reforma fiscal. Tres nuevos impuestos (MEI, Cuota de Solidaridad y subida de las bases máximas) que no son cotizaciones en ningún caso pues no generan derechos en las prestaciones.
- Subidas del resto de impuestos para equilibrar el Presupuesto del Estado: IRPF, IVA, IIEE, etc… Probablemente habrá un poco de todo, porque el problema del incremento del gasto en pensiones es que presiona mucho el resto de las partidas. Los gobiernos lucharán por evitar recortes con los tributos menos impopulares (la UE nos pide subidas en los impuestos verdes-medioambientales y en los impuestos al consumo; lo normal es que algo de eso haya).
- Recortes en otras partidas del Presupuesto para mantener las pensiones sin subir impuestos
Esto es una evidencia objetiva: si el gasto en pensiones sigue subiendo (y lo hará) y los ingresos por cotizaciones con los tipos actuales no lo igualan (y no lo harán), cualquier ministro de Seguridad Social tendrá que acordar con el ministro de Hacienda qué alternativa aplican.
Fuente: libre mercado El sistema de pensiones ya no existe: ¿qué opciones tenemos ante la evidencia de la realidad? – Domingo Soriano – Libre Mercado