RIP: Comité Federal del PSOE 2016, Susana Díaz, Patxi López, Pablo Iglesias, Carmen Calvo, Luis Ábalos, Iván Redondo,…
Si Yolanda Díaz ha firmado con Bruselas algo que como líder de Unidas Podemos no debería haber firmado, tiene dos opciones: o abandonar el liderazgo de UP o dimitir como ministra
En el acuerdo de Gobierno se pactó explícitamente derogar la reforma laboral y, de hecho, se nombró ministra del ramo a la sindicalista Yolanda Díaz para ejecutar esa tarea. Pero desde que ambos partidos consensuaron su acuerdo de Gobierno, los miembros de ese Gobierno han adquirido, como Gobierno, nuevos compromisos y, en concreto, el contrato que el Gobierno de España(y, por tanto, también Yolanda Díaz) ha suscrito con el Consejo de la Unión Europea para recibir los famosos 140.000 millones de euros de los Fondos europeos.
Eñ Gobierno de España (y, por tanto, también Yolanda Díaz) remitió al Consejo de la Unión Europea un borrador del Plan de Recuperación y Resiliencia que el propio Consejo enmendó en varios puntos como requisito para su aprobación definitiva y, por tanto, para liberar los fondos. Una de esas enmiendas se referiría, precisamente, al procedimiento que debía seguirse para aprobar la “contrarreforma laboral”: se explicita que estas reformas han de llevarse a cabo en el respeto del diálogo social
El Gobierno de España podría haberse negado a incluir esa cláusula (a cambio, claro, de renunciar a los fondos), pero finalmente optó por incluirla. Así, y tras la enmienda aceptada por el Gobierno de España (y, por tanto, también por Yolanda Díaz), se reza así:
“Respetando el diálogo social y como parte de un enfoque integral que equilibre la necesidad de flexibilidad y de seguridad en el mercado laboral, entrada en vigor de la modificación de determinadas disposiciones del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores para mejorar normas legales que regulan la negociación colectiva”
Por supuesto, Yolanda Díaz querrá interpretar que ha respetado el diálogo social por el mero hecho de haberse reunido y de haber hablado con los agentes sociales, aun cuando no haya alcanzado ningún acuerdo con ellos
Pero esta condición suponía otorgar un derecho de veto sobre la reforma laboral a la patronal y ese parece ser el sentido en el que también lo interpreta la Comisión Europea pues en una nota a pie de página recordaba la necesidad de “preservar los elementos de las reformas del mercado de trabajo introducidas en 2012-2013 que han desempeñado un importante y reconocido papel en el impulso de la recuperación económica generadora de empleo iniciada en 2014”. Es decir, que no debe aprobarse ninguna reforma laboral que atente ni contra el diálogo social ni contra los ejes centrales de la reforma laboral de 2012.
En conclusión, PSOE y Unidas Podemos podrán haber adquirido entre ellos unos compromisos, pero, a su vez, los miembros del Gobierno de España se han comprometido con el Consejo de la Unión Europea a respetar unas condiciones muy claras. Si la ministra Yolanda Díaz ha firmado con Bruselas algo que como líder de Unidas Podemos no debería haber firmado, entonces tiene dos opciones: o abandonar el liderazgo de Unidas Podemos (cumpliendo sus compromisos con Bruselas e incumpliendo sus compromisos con Unidas Podemos) o dimitir como ministra de Trabajo para así no tener que incumplir desde el ministerio lo firmado con Bruselas. En cualquier caso la credibilidad de la candidata “in pectore” quedará en entredicho.
NOTA: El pasado 23 de septiembre el PSOE apoyó en el Congreso de los Diputados el paquete de reforma laboral que defiende Yolanda Díaz y que ahora está en discusión en el seno del Gobierno de coalición.
En realidad, sabido es que el líder del Gobierno más progresista de la historia no soporta cómo se le escapan las banderas que tan buenos eslóganes generan en sus superficiales y sectarias campañas electorales, como la Ley de Vivienda, el SMI y la madre de todas ellas, la reforma laboral.
Ahora el juguete (“el arma homicida”) de Sánchez es la “contra reforma laboral”. La reforma del año 2012 arrebató el poder a los sindicatos en la negociación colectiva y en muchos aspectos relativos a la formación y gestión de ayudas públicas al empleo tras los escándalos de corrupción de cifras astronómicas en los que estaban envueltos entonces.
Los sindicatos CC.OO. y UGT, llevan viviendo desde entonces en el ostracismo político tras quedar probado su carácter extractivo de recursos de los trabajadores a los bolsillos o estómagos de sus dirigentes. Si antes no representaban a los trabajadores al no sostenerse mediante sus cuotas, tras los escándalos de corrupción, (Caja Madrid, el caso de los ERE, el caso de los cursos de formación…) el rechazo de cualquier trabajador para reconocerlos como interlocutor válido era prácticamente unánime. Además, la reforma demostró que la negociación no sectorial, sino por empresa, es más beneficiosa para el trabajador.
Pedro Sánchez no se opone directamente a Yolanda Díaz sino que en su cobardía pérfida lanza a Nadia Calviño junto con otros cuatro ministros para que hagan de mensajeros de la Unión Europea y poder recibir el maná posmoderno que son los Fondos Europeos, mientras él pretende redondear un win win. Capitalizar los fondos, no hacerse responsable de la reforma diluida, y en caso de que sea un éxito anunciar que ha sido gracias a sus ministros que tutelaron a Yolanda. Pedro Sánchez sigue la máxima de Maquiavelo: “Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla“.
La oposición ha decidido ser espectadora de esta nueva pugna por la presidencia del Gobierno entre Sánchez y Díaz aceptando la impostada candidez de esta última, a la que ya los medios presentan como víctima, papel esencial para ascender en la sociedad actual, al enfrentarse no sólo a Pedro Sánchez, sino a Podemas, (Belarra y Montero) que le echarán en cara toda rebaja de la derogación de la reforma electoral mientras actúan como elemento desestabilizador de la coalición antes de que ella consiga organizar una candidatura independiente.
Los ya cadáveres Pablo Iglesias y Carmen Calvo se han enzarzado como zombis radiofónicamente sobre la cuestión, Iglesias se ha dirigido en tono burlón a una Carmen Calvo visiblemente molesta, y ha asegurado que la reforma laboral es algo que «está ganado ya» pero que «si el PSOE pide protagonismo, pues se le da». El ex vicepresidente segundo del Gobierno ha marcado, además, la línea de Podemos en su particular crisis con el socio mayoritario del Ejecutivo, ninguneando el papel de los socialistas en la negociación. «Lo que les he transmitido a los míos es: relax y sonrisas», añadía. Vamos, lo de siempre: “ganar el relato aunque no se haya ganado en realidad nada”
Lo cierto es que encuestas realizadas entre los días 20 al 24 de octubre, en plena polémica por las supuestas injerencias de Calviño en la reforma laboral que negocia Díaz, más de la mitad de los votantes socialistas (un 55,4%) considera que Yolanda Díaz tiene capacidad más que suficiente para dirigir el país. Ante la pregunta de “quien cree que será el próximo presidente del Gobierno de España”, las cosas cambian y el efecto Díaz se diluye en cierta manera: un 30,4% de la población apuesta porque ganará Sánchez y un 29% se pone del lado de Casado. La apuesta por la reorganización de la izquierda en una nueva plataforma que plantea Díaz, aún por desarrollar, se lleva apenas un 7,3% de los apoyos, si bien está por delante de los líderes de Vox, Más Madrid y Ciudadanos, por ese orden.