EL “NUEVO” MECANISMO DE EQUIDAD INTERGENERACIONAL (MEI) frente AL NONATO FACTOR DE EQUIDAD INTERGENERACIONAL (FEI)

Pese a la caída de la esperanza de vida por la Covid, España sigue siendo uno de los países del mundo con mayor tasa de mayores, en paralelo con un porcentaje de desempleo juvenil cercano al 40%,

Desde hace años, la mayor parte de nuestros vecinos europeos ya aplican una amplia variedad de indicadores para el cálculo de las prestaciones de sus jubilados, incluida la esperanza de vida.

El nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional(MEI) supondrá un «ajuste moderado», frente al creado por Rajoy (el Factor de Equidad Intergeneracional -FEI-) que recortaba la pensión HASTA 300 € en 2070

 

En el texto del reciente acuerdo Gobierno-agentes sociales sobre el Primer Bloque de la reforma de las pensiones de indica textualmente:

 

En muchos países ya hay un mecanismo de ajuste de la pensión en función de la esperanza de vida: Suecia, EEUU, Alemania, Portugal, Suiza, Holanda, Nueva Zelanda, Australia, …

 

Quedan cuatro meses y cuatro días, exactamente, para que el Gobierno y los agentes sociales acuerden el nuevo diseño del que se llamará ahora «mecanismo de equidad intergeneracional» (MEI) y que entrará en vigor en 2027.

 

Aunque le cambien de nombre y busquen una nueva fórmula, la función será la misma: establecer un mecanismo automático con el objetivo de garantizar la sostenibilidad financiera del sistema. Para contener este gasto, la reforma de 2013 de Mariano Rajoy creó un factor de equidad intergneracional (FEI) sostenibilidad que nunca llegó a aplicarse pero que reducía las nóminas de los nuevos pensionistas en función de la esperanza de vida. Hasta el punto de que, de no haberse derogado, hubiera recortado la pensión en más de 100 euros de media en 2030 y la merma rozaría los 300 euros en 2070.

 

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) advirtió recientemente de que la derogación la reforma de 2013 sin medidas compensatorias comportará un aumento muy significativo del gasto futuro en pensiones, un alza de 3,2 a 5,2 puntos de PIB, lo que pondría mucha presión en las cuentas del Estado. Por ello, ven inevitable la introducción de nuevas medidas para garantizar la sostenibilidad.

Una de las medidas comprometidas es el nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). En las polémicas declaraciones de Escrivá apuntó que produciría un « ajuste», aunque « moderado», sobre la pensión de los ‘baby boomers’ o un retraso en su edad de retiro. Escrivá se retractó de sus palabras y se disculpó por «haber creado un ruido innecesario» en un «tema que no es muy sustantivo». Es más, su nuevo discurso mantiene que hay que diseñarlo «por si acaso», pero que «igual» ni siquiera es necesario aplicarlo. «Es verdaderamente secundario en conjunto e incluso puede ser algo inocuo para el futuro, ya lo verán», afirmó ante el Pacto de Toledo.

 

Aunque la sustitución del FEI forma parte de la segunda pata de la reforma de pensiones, prevista para más adelante, Gobierno y agentes sociales se han dado de plazo hasta el 15 de noviembre para negociar el nuevo MEI, que operará a partir de 2027 y que se incluirá en el proyecto de ley a través de una enmienda.

 

Hay dos conceptos para la aplicación de ese nuevo MEI: reduciendo los gastos con un recorte en la pensión -como pretendía el FEI- o un pequeño retraso en la edad de jubilación -como apuntó Escrivá-, o bien incrementando los ingresos con, por ejemplo, un incremento en el tipo de cotización. El acuerdo social nos ha retrotraído a 2011, pero hemos perdido una década, y entonces ya llevábamos mucho tiempo perdido a la hora de hacer una reforma en serio. Más vale que el Ministerio proponga una reforma de calado.

 

Otro asunto que habría que dilucidar es si la medida que regule el MEI va a ser estructural, es decir, estable en el tiempo, o solo coyuntural y, por tanto, ceñida al periodo de tiempo que dure la jubilación de los ‘baby boomer’. Parece evidente que, en cualquier caso, el nuevo MEI no se puede dejar al albur de los políticos, es decir, un automatismo no puede depender del ciclo político y debería basarse en un índice de solvencia del sistema de pensiones y para ello hace falta formular un balance actuarial. Cuando el ratio activos/pasivos del sistema fuera menor a 1, significa que los pasivos con cotizantes y pensionistas no están enteramente respaldados con los activos con los que cuenta el sistema (fondo de reserva más futuras cotizaciones), por lo que habría que activar el mecanismo. Esto implicaría aplicar diversas medidas sobre los cotizantes y pensionistas e incluso la realización de contribuciones extraordinarias por parte del Estado. Sin embargo, un requisito previo para poder aplicar un mecanismo de este tipo es que el sistema de pensiones esté en equilibrio; y en el caso de España está muy lejos de ser así.

 

¿QUÉ HACEN EN EUROPA?

Lo cierto es que la mayoría de los países de la OCDE ha implantado en las últimas décadas medidas similares al FEI/MEI español para incorporar el incremento de la esperanza de vida en las fórmulas de cálculo de sus pensiones. Así, por ejemplo, en Alemania las pensiones se calculan en base a un sistema de puntos, que dependen de las cotizaciones realizadas por el trabajador y de la cotización media del conjunto de ocupados. Pero en ese cálculo se incluye un ajuste automático que refleja factores demográficos como la relación entre cotizantes y pensionistas. Este recorte se aplica no solo a las nuevas pensiones, sino que se utiliza también para revalorizar las existentes.

 

En Portugal la edad legal de jubilación se indexa a la esperanza de vida, pero también existe un mecanismo que traslada los aumentos de esperanza de vida al nivel de la pensión, pero solo se aplica a las jubilaciones anticipadas. En Italia la pensión se calcula a partir de las cotizaciones de toda la vida laboral, actualizadas según la media geométrica quinquenal de la variación nominal del PIB, multiplicado por un coeficiente de transformación dependiendo de la edad de jubilación que está calculado utilizando las correspondientes tablas de mortalidad y que utiliza la esperanza de vida a cada edad.

 

Los retrasos en la edad de jubilación que han legislado en los países europeos no son tampoco definitivos porque hay cada vez más Estados que en algún momento a partir de 2020 lo vinculan a la evolución de la esperanza de vida. Así lo han aprobado Bulgaria, Dinamarca, Grecia, Italia, Chipre, Holanda, Portugal, Eslovaquia y Finlandia. Por ejemplo, a partir de 2030 la ley finlandesa ha fijado, además, que la edad de jubilación se fijará directamente a la esperanza de vida, aumentando entre uno y dos meses por cada cohorte poblacional. En Suecia, sus partidos políticos acaban de alcanzar un acuerdo para aumentar la edad de retiro en función de la esperanza de vida.

 

No obstante, aún hay países europeos donde los trabajadores se siguen jubilando antes, ya que han aplicado un aumento solo hasta los 65 años, también de forma progresiva. Es el caso de Bulgaria (a partir de 2037); República Checa (desde 2037); Estonia (en 2026); Letonia (en 2025); Lituania (en 2026); Luxemburgo (ya actualmente); Hungría (en 2022); Malta (en 2027) y Austria (en 2032).

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