El Gobierno vuelve a olvidarse del IPREM y la pérdida acumulada en los subsidios supera los 400 euros

El índice para calcular las ayudas sociales (el IPREM)  se desligó del SMI en 2004 y se ha congelado doce veces

Un subsidio de paro alcanzaría los 888 euros en 2025 frente a los 480 euros actuales

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha planteado el debate sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional en términos de «dignidad» de las retribuciones y «poder adquisitivo» de los trabajadores. Pero estos argumentos, que también se aplican en el caso de las pensiones, chocan con la paradoja de que el propio Ejecutivo no tiene mucho interés en aplicarlos a las ayudas sociales. El Indicador que se utiliza para calcular su cuantía, el IPREM lleva sin subir desde 2023, pese a que Díaz se comprometió a elevarlo un 3% en el pasado año. Pero el problema no se limita a este último incumplimiento. La referencia se creó en 2004 para desligar la cuantía de las prestaciones del SMI y, como consecuencia, ha generado una brecha a lo largo de las últimas dos décadas que provoca que, por ejemplo, un subsidio por desempleo arranque 2025 estancado en 480 euros. Cuando, sin el lastre de esta fórmula, podría alcanzar este mismo año una cuantía de 888 euros, 408 euros más.

La insistencia de Díaz por subir el IPREM cayó en saco roto hace un año. Con el inicio de la negociación presupuestaria para 2025, Sumar volvió a reclamar una subida, esta vez del 5%, pero la segunda prórroga de las cuentas de 2023 ante la debilidad parlamentaria del bloque de coalición para aprobar unos nuevos Presupuestos, hace difícil que esta propuesta se materialice. En medio de la negociación para aprobar la reducción de jornada a 37,5 horas y una nueva subida del SMI en el entorno del 4%, hasta los 1.184 euros, ha alejado del foco esta cuestión.

Aun así, Díaz puede presumir de haber ‘descongelado’ este indicador y haberlo elevado un 11,5% en su etapa como ministra, de los 538 a los 600 euros. Eso sí, en ese mismo periodo el SMI ha subido más del doble, un 26%, hasta los 1.134 euros actuales. Aunque los sindicatos, y en especial CC.OO. reclaman un esfuerzo adicional al Gobierno para mejorar este indicador y, con él, las ayudas públicas. Pero para entender la polémica hay que tener claro qué es el IPREM y para qué se creó.

Un lastre de más de 400 euros

En 2004 llegó al poder el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, que entre sus primeras medidas incluyó un incremento del Salario Mínimo Interprofesional, de los 465 euros a los 490,5 euros, cuantía que elevó a los 513 euros al año siguiente. Fue el inicio de una hoja de ruta con la que pretendía llegar al nivel de los 800 euros, si bien la crisis financiera frustró este objetivo.

Sin embargo, en paralelo a la promesa de este incremento se produjo un cambio para mitigar su impacto en las arcas públicas, pero que también repercutió en las ayudas a colectivos tan necesitados como los parados de larga duración. El IPREM sustituyó al SMI como referencia para calcular el importe de las ayudas sociales y subvenciones, incluyendo los subsidios por desempleo, uno de los ejemplos más claros de este desequilibrio.

Uno de los principales requisitos del acceso al nivel asistencial de la protección a los parados es que la renta del beneficiario no supere el 75% del SMI. Pero antes de 2004 este mismo porcentaje se aplicaba para calcular la cuantía de la prestación. Desde entonces se estableció que se calculara como un 80% del IPREM, que en ese momento tenía la misma cuantía que el salario mínimo: 460,5 euros.

Esto, sobre el papel, suponía un incremento de la ayuda para los desempleados de 23 euros con el nuevo sistema, ya que el subsidio pasaba de 345,38 euros a 367,8 euros. El problema es que este cálculo nunca se aplicó realmente, ya que la propia norma que creó el IPREM ya recogía una subida del SMI a los 490,5 euros. Una brecha de 30 euros que no ha dejado de incrementarse desde entonces.

 

La razón es que el SMI requiere una consulta a los sindicatos y la patronal (aunque la decisión final compete al Gobierno), mientras el IPREM se fija en los Presupuestos como cualquier otra partida. Lo que hace que se establezca de una manera mucho más discrecional. Como consecuencia, mientras el SMI se ha congelado dos veces desde 2004, con motivo de la crisis financiera, el IPREM lo ha hecho once veces si contamos la de 2025. Además, cuando ha subido lo ha hecho en menor porcentaje.

El efecto de esta divergencia es claro; aunque el salario mínimo siguió, y aún sigue, determinando los requisitos de acceso, lo que eleva el número de posibles beneficiarios, la cuantía de las propias ayudas lo ha hecho en mucha menor medida, lo cual supone un ahorro para las arcas públicas. Así, desde 2018 el SMI ha subido un 56% (un 62% si se concreta la propuesta de Trabajo para 2025). En el mismo periodo, el IPREM solo se ha incrementado el citado 11,5%.

Castigo a los 52 años

Si no se hubiera introducido el IPREM y los subsidios hubieran evolucionado en línea con el 75% del SMI, hoy alcanzarían una cuantía de 851 euros en lugar de los 480 euros de media. Es decir, 371 euros más. Pero si tomamos como referencia la subida prevista del salario mínimo en 2025, que apunta al entorno del 4,4%, hasta los 1.184 euros, la cuantía se situará en los 888 euros, 408 euros más que con el IPREM.

 

En ese supuesto, lógicamente, no faltarían las voces que alertan de que un subsidio de cerca de 900 euros es un claro desincentivo a la búsqueda de empleo. La pregunta es hasta qué punto 480 euros es una cuantía suficiente para la subsistencia. En este sentido, la reforma de los subsidios que entró en vigor en noviembre modifica del 80% al 95% el umbral (pasando a 570 euros) para reducirse progresivamente hasta los 480 euros en los siguientes seis meses. Se considera que esta reducción es un acicate a los desempleados para emplearse.

Pero este esquema solo se aplica a los nuevos beneficiarios, no al subsidio de mayores de 52 años, que es el que perciben el 63% de los beneficiarios de subsidio. En 2024 sumaron una media de 448.907 personas, según los últimos registros del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Se convierten con ello en los más penalizados por el estancamiento del índice: sus ingresos mensuales apenas llegarán al 40% del SMI previsto para 2025.

0 0 votes
Article Rating
Suscribirme
Notificarme de
guest
0 Comments
Recientes
Antiguos Más Votado
Inline Feedbacks
View all comments