Todos hemos oído hablar alguna vez del término ‘Estado de Bienestar’ y pero los más beneficiados de ese sistema de bienestar no es la ciudadanía, no es la sociedad en general, no, es el propio Estado (¡BUENO, QUIEN LO ADMINISTRA EN NUESTRO NOMBRE!), al cual día a día le otorgamos más y más poder y así nos hacemos menos responsables de las áreas más importantes de nuestra vida como son; salud, educación o pensiones.
El Estado se come el 52,30% de la riqueza generada por los ciudadanos para gestionar de “forma más eficaz y eficiente” esos recursos y así proveernos de unos servicios de calidad. El Estado de Bienestar está basado en tres pilares; educación, sanidad y pensiones. El gasto en pensiones representa entorno al 40% del presupuesto estatal de un ejercicio anual, el gasto en sanidad representa alrededor de un 7% y el gasto en educación representa aproximadamente un 10%, es decir, el 60% del presupuesto del Estado se gastan en estas tres partidas
PERO España se encuentra a la cola de la Unión Europea en datos educativos (Informe PISA) y ninguna de nuestras universidades se encuentra entre las 100 mejores del mundo.
PERO en la sanidad cada día más gente decide optar por un seguro sanitario privado, aunque tengan que pagar ambos (sanidad pública y seguro privado). De hecho, la sanidad privada en España ya copa a más del 30% de la población y aún así, la sanidad pública requiere de más recursos, ya que sus listas de espera a pesar de que el 100% de la población no la que usa aunque la page con sus impuestos.
PERO las pensiones públicas no son seguras porque cada pocos años se cambian las reglas del juego que se aplican para el acceso a la jubilación y para el cálculo de la cuantía de la pensión. Tampoco son sociales, porque trabajadores mileuristas pagarán con sus cotizaciones parte de las pensiones de ciudadanos más desahogados económicamente que ellos.
A día de hoy no somos responsables de nuestra educación, de nuestra sanidad y mucho menos de nuestras pensiones (y los que si lo son, pagan dos veces: con sus impuestos y con sus seguros sanitarios privados, su educación privada y sus planes privados de pensiones).
Nos hacen creer que si ellos no fueran los que controlaran el sistema de pensiones “esto” sería la ley de la jungla, nadie tendría sanidad, ni educación, ni pensión…
RECORDAD: EL CAOS O YO (ESTADO)
