EL “CHOCANTE PLAN DE CHOQUE” Y OTRAS MENTIRAS Y OCURRENCIAS

¡LOS PRECIOS POR LAS NUBES!

El dato adelantado de inflación del mes de marzo se ha disparado hasta el 9,8% en tasa interanual, frente al 7,6% del mes de febrero. Solo en este último mes los precios han subido un 3%. Teniendo en cuenta que el indicador adelantado se calcula con datos hasta el 25 de marzo es más que probable que el dato definitivo que se publicará en unos días esté por encima del 10%, ya que en él ya si se recogerá el impacto total de los paros en el transporte de mercancías.

 

Pero si malo es ese dato, aún más preocupante es el de la inflación subyacente (sin la volatilidad energía y los productos frescos) que se sitúa ya en una tasa del 3,4% frente al 3% del mes anteriores un indicador mucho más fiable del coste real de la vida, no sometida a los vaivenes que una guerra o una huelga

 

Cuando se oye al presidente Sánchez hablar de la inflación como si de una “tasa Putin” se tratara, hay que saber que para no cambiar sus hábitos, se está riendo de nuevo de nosotros. Hoy mismo el presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso ha tenido la desfachatez de indicar que “el 73% del alza de precios” se explica por la guerra en Ucrania, pero lo cierto es que el IPC suma ya 6 meses por encima del 5% y mientras que el IPC interanual de febrero de 2021 fue ligeramente negativo -respecto a 2020-, en marzo del año pasado avanzó un 1,2%, lo que agrava la aceleración de este mes de marzo de 2022. No obstante, el presidente se ha mostrado “convencido” de que “el acuerdo en Bruselas y el plan de choque nos permitirá en los próximos tiempos doblegar la curva”.

 

Lo cierto es que el Plan de Choque del Gobierno contra la guerra reducirá la inflación en un punto porcentual, según las estimaciones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). El servicio de estudios advierte que la medida que más impacto tendrá en el IPC será el límite al precio del gas para bajar la factura de la luz, una decisión que todavía tiene que aprobar Bruselas.

 

Y ahora nos anuncia a bombo y platillo una serie de medidas que no son más que parches temporales que en poco o nada van a ayudar a paliar un problema necesitado de medidas de carácter estructural y no de cataplasmas.

 

LAS GASOLINERAS SE RECONVIERTEN EN BANCOS PARA EL ESTADO

El efecto de la medida estrella anunciada a bombo y platillo de bonificar el precio de los carburantes ha sido exactamente el contrario al perseguido, ya que las gasolineras se han apresurado a subir los precios ante la que se avecina. No se trata de avaricia como algunos pretenderán que creamos, sino que esa bonificación será financieramente asumida en parte por unos negocios que a unos márgenes ciertamente estrechos a lo que se añade que a dos días de la implementación de la medida la incertidumbre de no saber cuándo y como cobrarán esa parte subvencionada por el Estado, y que podría poner en serios apuros a muchas de ellas.

 

El Ministerio de Hacienda, y en concreto la Agencia Tributaria, son el cerebro de la puesta en marcha de esta mediática iniciativa. Hacienda define como “colaboradores” a aquéllos que ostenten la titularidad de los derechos de explotación de las instalaciones de suministro de combustibles y carburantes (gasolineras) al por menor.

 

En definitiva, las gasolineras se reconvierten en bancos para facilitar la liquidez del Estado.

 

¿CARTILLAS DE RACIONAMIENTO?

Por otra parte los establecimientos comerciales podrán limitar con carácter temporal la cantidad de artículos que puedan ser adquiridos por cada comprador, según el nuevo apartado incluido en la ley sobre de Ordenación del Comercio Minorista y que ha sido publicado este miércoles en el BOE, tras la fuerte polémica en el sector sobre la limitación de ventas de productos como el aceite de girasol.  El texto añade que estas medidas deberán estar justificadas y se adoptarán de manera proporcionada “cuando sea necesario para impedir el desabastecimiento y garantizar el acceso de los consumidores en condiciones equitativas”.

 

La ínclita ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha hecho un llamamiento a la “responsabilidad de todos” y ha opinado que “a veces se producen ciertas alarmas y alertas que generan ciertos comportamientos guiados más por el nerviosismo”, en relación con la compra compulsiva de determinados productos de primera necesidad en los supermercados.

 

Si no hay, ni se prevé un problema de abastecimiento no se entiende el objetivo de esta “ocurrencia”, a no ser que, de nuevo, “alguien esté mintiendo a alguien

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