DÍAZ RECTIFICA Y FACILITA EL DESPIDO DE QUIEN PIDA UN CAMBIO DE JORNADA ANTE EL TEMOR A LA ‘PICARESCA’

PSOE y Sumar lo ‘cuelan’ en una enmienda a la ley de paridad ya publicada el BOE

La flexibilización de los despidos de trabajadores con adaptación de jornada ayuda a las empresas a luchar contra el fraude

 

El Gobierno rectifica el severo endurecimiento que aplicó a las condiciones para despedir a un trabajador que esté ya disfrutando, o simplemente haya solicitado una adaptación de su jornada laboral. Lo hace de un modo inesperado ya que ningún experto preveía un cambio de esta índole y, de hecho, el Ministerio lo camufla en la Ley de Paridad.

 

 

Lo cierto es que esta rectificación era necesaria. La adaptación de jornada, conservando el mismo sueldo, es un recurso al alcance de quienes buscan conciliar su labor con el cuidado de sus hijos o de un familiar enfermo o discapacitado, redefiniendo el reparto de sus horas o beneficiándose de periodos de teletrabajo.

 

Ahora bien, desde 2023, la mera solicitud de la adaptación de jornada bastaba para declarar automáticamente nulo un despido. De este modo, se creó una nueva picaresca consistente en que un número creciente de trabajadores hacían uso de esta posibilidad, no por necesidades de conciliación, sino para procurarse un blindaje cuando percibían la amenaza de ser despedidos. En paralelo, las empresas se veían desarmadas a la hora de prescindir de empleados que incumplen de manera clara y culpable con sus obligaciones.

 

Cambio inesperado

En pleno debate sobre una futura reforma que pretende endurecer las condiciones del despido, el Gobierno ha aprobado un inesperado cambio legal que hace exactamente lo contario: los ‘facilita’ en aquellos supuestos en el que el trabajador había solicitado o estaba disfrutando de una adaptación de jornada por conciliación, lo que hasta ahora se consideraba un motivo para considerar la nulidad del cese Un ‘blindaje’ que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, retira apenas un año después de introducirlo en un decreto aprobado justo antes de las elecciones generales.

 

La rectificación aparece en la disposición final novena de la Ley Orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres. Fue una de las primeras aprobadas por el nuevo Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar a finales de 2023, pero su texto definitivo no ha visto la luz en el Boletín Oficial del Estado hasta el pasado 1 de agosto. Entre medias, una tramitación parlamentaria que ha introducido esta sorpresa para muchos laboralistas que llevaban casi un año denunciando que las solicitudes para conciliar se habían disparado como una forma de ‘picaresca’ para protegerse ante la perspectiva de un despido.

 

El cambio, que entrará en vigor el 21 de agosto (20 días después de su publicación en el BOE), supondrá un brusco giro de timón para los despachos de abogados y los tribunales, que en el último año han afrontado un incesante repunte de las demandas que reclamaban la nulidad de su despido con un argumento que ahora se ‘borra’ de la ley.

 

La historia comienza con la última norma aprobada por el Gobierno en la anterior Legislatura: el Real Decreto-ley 5/2023, que prorrogaba las medidas ‘anticrisis’ por la guerra de Ucrania pero que derivó en un ‘cajón de sastre’ con el que introducir cambios legales en diversas áreas que, en el caso de las medidas laborales, afectaba a los procedimientos de solicitud de cambio y adaptación de jornada (incluyendo el teletrabajo), reguladas en el artículo 34.8 del Estatuto de los Trabajadores.

 

Pero la clave no son los cambios en ese apartado (que se mantienen vigentes), sino los que afectaban a los apartados 4.b) del artículo 53 y 5.b) del artículo 55 del Estatuto que se  refieren a los motivos por los que se declara la nulidad en los supuestos de despido por casusas objetivas y despido disciplinario.

 

Así, la regulación introducida en junio establecía que no solo el disfrute, sino la mera solicitud de estas adaptaciones de jornada sería considerada una causa de nulidad, como ocurre con los permisos por embarazo o por maternidad o paternidad, así como la excedencia por cuidado de hijos. Con ello se daba un respaldo legal específico a una cuestión que ya había desembocado en no pocos procesos judiciales.

 

Para las empresas esto suponía una fuente de conflictividad laboral e inseguridad, porque mientras un trabajador no puede utilizar discrecionalmente una maternidad o el cuidado de un dependiente para ‘blindarse’ ante la previsión de un despido (una de las razonas que la ley considere los ceses en esos casos ‘nulos’), con las solicitudes de adaptación de jornada o teletrabajo la cuestión es más difusa. Sobre todo si bastaba con solicitarlo.

 

Esto, según denunciaron los despachos, abrió la puerta a una avalancha de demandas por despido basadas en una solicitud de cambio de jornada que no ha hecho sino incrementarse desde junio del pasado año, ya que tenían muchas más garantías de éxito. Ahora esto vuelve a la situación anterior, en la que es el trabajador debe demostrar que el despido se produce por su solicitud, aunque sus posibilidades son mucho más reducidas.

 

¿A qué se debe un cambio?

Díaz presentó la regulación del decreto de hace un año como una apuesta para facilitar la conciliación, una cuestión que sigue siendo uno de los ejes de la actual Legislatura, con la negociación abierta por el cambio de jornada.

 

El cambio no aparecía originalmente en la Ley Orgánica, sino que se introdujo en junio de este mismo año, durante su trámite parlamentario en el Congreso, a través de una enmienda presentada un mes antes de manera conjunta por PSOE y Sumar.

 

Dicha enmienda corregía una grave contradicción entre la Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual (LOGILS) y la Ley Trans que recortaba la protección ante el despido de las víctimas de violencia sexual “lo que además supone un agravio comparativo respecto a las víctimas de violencia de género”, según la justificación que la acompañaba.

 

 

Es decir, que cierra un agujero creado por dos leyes impulsadas por la dirigente de Podemos Irene Montero, que ocupaba la cartera de Igualdad antes de la salida de la formación morada del Ejecutivo, reemplazada por Sumar, liderada por Díaz.

 

Sin embargo, esto no explica que se elimine lo referente a las adaptaciones de jornada, una cuestión delicada que ni siquiera parece haber pasado por el diálogo social. Aunque fuera un ‘guiño’ a la patronal para acercar posicione en cuestiones como la reducción de jornada, hubiera contado con el rechazo frontal de los sindicatos.

 

Fuente: El Economista Tendencia que Díaz debería ahondar (eleconomista.es)

Díaz rectifica y facilita el despido de quien pida un cambio de jornada ante el temor a la ‘picaresca’ (eleconomista.es)

 

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