DESMONTADA LA MANIPULACIÓN ESTADÍSTICA AHORA YOLANDA DÍAZ QUIERE FORZAR A CONVERTIR FIJOS DISCONTINUOS FIJOS CONTINUOS

La reforma laboral de Yolanda Díaz no ha conseguido eliminar la precariedad laboral en España: un 44% de la población tiene contratos inferiores a los seis meses y casi un 30% de menos de un mes.

 

Las trampas estadísticas introducidas en los indicadores de paro han saltado a la luz. Más de medio millón de fijos discontinuos engordan la lista de supuestos empleados estables e incluso teóricamente indefinidos y otro medio millón camuflado adelgaza por su lado el dato del paro registrado en el SEPE.

 

Pero las trampas son demasiado evidentes y no engañan a un indicador básico: el de horas trabajadas totales que sigue por debajo del inicio del covid. Por ello, la Inspección de Trabajo, dependiente del Ministerio de Yolanda Díaz, tiene la nueva orden de convertir los contratos fijos discontinuos (trabajadores que mantienen el contrato pero que sólo trabajan y cotizan unos meses del año, no todo el ejercicio) en fijos continuos.

 

Manipulación estadística

La metodología de contabilización de los puestos fijos discontinuos era ya, de por sí, toda una demostración de manipulación estadística (un parado que trabaja sólo un mes al año computa todos los meses como empleado), pero además mientras el Gobierno alardea de haber creado medio millón de puestos de trabajo, lo cierto es que las horas trabajadas en España, no es que no crezcan, es que siguen por debajo de las previas a la pandemia. Los últimos datos avalan que se sitúan en 654.538 horas semanales, según los indicadores de febrero, y al cierre de 2019 eran de 662.607. El dato esconde una caída anual de 419.551 horas en total. Con ello, a cierre de febrero, el maquillaje estadístico de Yolanda Díaz por medio de los fijos discontinuos se elevaba a 651.000 personas que no figuran en las listas del paro, pero no están trabajando.

 

Y Yolanda Díaz ha decidido que esto se tiene que acabar, pero por la vía de forzar a las empresas a que su ilusión óptica se convierta en realidad. Y, para ello, ha lanzado a la Inspección a la calle a reclamar a las empresas que los contratos de varios meses como fijo discontinuo sean convertidos en contratos fijos indefinidos, pasando la empresa a tener que cotizar todo el año . El problema radica en que si eres una empresa pequeña y aunque tengas toda la razón y la ley de tu parte, puedes acabar aceptando la imposición por no tener más problemas.

 

Mientras, la Inspección denuncia al Ministerio

Para colmo, la Inspección de Trabajo acaba de denunciar ante la UE a su propio empleador –el Ministerio de Trabajo– por incumplir los compromisos adquiridos en materia laboral. La denuncia, firmada por CCOO, CIG, CSIF, Sitss, Sislass, UPIT y Usess, ha sido presentada ya en la sede de la Unión Europea y en ella se alega que el Gobierno ha “vulnerado” la Carta de Derechos Fundamentales en materia de negociación colectiva. Además, recalca que se han incumplido los compromisos en cuanto a la Inspección de Trabajo dentro del Plan de Recuperación del Ejecutivo.

 

En este sentido, las organizaciones sindicales creen que la situación que vive la Inspección y el incumplimiento de los compromisos adquiridos demuestra la “nula voluntad política” por parte del Gobierno para dar solución a las deficiencias de la Inspección de Trabajo.

Los inspectores argumentan que la anterior Relación de Puestos de Trabajo de la Inspección data de hace más de 20 años, por lo que piden dar cumplimiento a lo acordado e incorporar de manera inmediata los 500 efectivos que se habían prometido de manera urgente y, progresivamente, el resto de personal comprometido.

 

En concreto, las centrales sindicales alertan de que la Inspección está funcionando por voluntad de sus trabajadores, porque realmente “está en colapso”. En esta línea, alegan que el Ministerio de Trabajo mantiene a sus empleados con jornadas laborales “insoportables”, que requieren trabajar sábados y domingos para cumplir objetivos, y todo ello “a costa de la salud y seguridad” de su plantilla.

 

Fuente: Libre mercado

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