¿Cuánto cobra un pensionista respecto a un asalariado en la UE?

A la hora de medir el desempeño o la generosidad de un sistema de pensiones se suelen emplear dos indicadores: la tasa de sustitución o reemplazo y la relación de beneficio. La primera compara la prestación económica media con el último sueldo cobrado por el pensionista, mientras que la segunda lo hace con el salario medio del país. Ambos indicadores se expresan como un porcentaje. Así, una tasa de sustitución o relación de beneficio próximas al 100% señalan que los pensionistas mantienen el poder adquisitivo previo a la jubilación o, al menos, parecido al de las personas activas en ese momento.

Como consecuencia del inevitable envejecimiento de la población, especialmente acusado en la Unión Europea —en 2050 los ciudadanos europeos con 65 años o más serán 150 millones, un 50% más que en la actualidad—, muchos países han implementado medidas que reducen la generosidad de las pensiones para mejorar la sostenibilidad de sus sistemas. De esta forma, según los datos del informe de la Comisión Europea The Ageing Report de 2015, si para las pensiones públicas la relación de beneficio media era de un 47% en 2013 en toda la UE, en 2060 caerá hasta el 38%. Los países con los niveles más altos serán Luxemburgo —53,4%, el único país que experimentará un crecimiento en las próximas décadas—, Grecia —51,7%— e Italia —50,7%—, mientras que los peor posicionados serán Letonia —13,2%—, Croacia —17,6%— y Estonia —18,8%—.

En la Unión Europea la mayoría de Estados miembros basan sus esquemas de pensiones en sistemas de reparto o solidaridad intergeneracional, lo que significa que las pensiones se financian a través de las contribuciones de los trabajadores activos en la actualidad. Si se tiene en cuenta que el ratio de entre contribuyentes y pensionistas va a menguar considerablemente en las próximas décadas —cada vez habrá más pensiones a soportar entre menos trabajadores—, la devaluación de las pensiones parece inevitable. Los Gobiernos tienen que adaptarse aún a esa nueva realidad, pero por el momento las cifras no son nada alentadoras.

Fuente: EOM

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