La crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus, que vive ya su décimo mes, sigue golpeando las cuentas de la Seguridad Social. Tanto el déficit contributivo de la Seguridad Social (para su cómputo tan solo se incluyen los ingresos por cotizaciones y los gastos contributivos), como el déficit por operaciones no financieras (incluye las transferencias internas del Estado a la Seguridad Social) se han deteriorado en la comparativa trimestral; en el último caso, al no producirse transferencias extraordinarias en el último trimestre.
Así lo refleja un informe elaborado por el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia , que analiza asimismo la comparativa anual, según la cual la Seguridad Social tiene un déficit anual por operaciones no financieras tras el tercer trimestre (octubre 2019-septiembre 2020) de 16.822 millones de euros, equivalentes al 1,47% del PIB, frente a los 8.714 millones del trimestre anterior (julio 2019-junio 2020), equivalentes al 0,74% del PIB. Este empeoramiento tiene su explicación en el dato anómalo del segundo trimestre, muy bajo debido a la transferencia extraordinaria del Estado a la Seguridad Social (RDL 19/2020) bajo el título Transferencia para equilibrar el impacto en las cuentas de la Seguridad Social derivado del COVID-19, que se realizó por importe de 14.002,59 millones de euros.
La Seguridad Social publica periódicamente el dato de déficit por operaciones no financieras, pero en cambio no facilita el saldo contributivo del sistema de pensiones. Pero es muy importante conocer el saldo contributivo (en estos momentos, déficit) porque refleja mejor la realidad de la Seguridad Social, ya que una simple transferencia financiera del Estado hace que el déficit por operaciones no financieras se reduzca, pero el déficit contributivo sigue manteniéndose.
“El déficit anual contributivo ha aumentado, situándose en 28.401 millones de euros, equivalentes al 2,48% del PIB, frente al déficit anual del 2,10% del PIB del trimestre anterior y al 1,63% del PIB de hace un año. El dato anual de ingresos contributivos, que no tiene en cuenta las transferencias del Estado, ha registrado una disminución de 1.650 millones de euros mientras que los gastos contributivos han aumentado en 2.100 millones de euros, respecto al dato anual del trimestre anterior”, constata el informe.
Las cotizaciones han sufrido un fuerte deterioro en los dos últimos trimestres. Tras varios trimestres en los que las contribuciones sociales crecían por encima de las pensiones contributivas, la tendencia se rompió en el primer trimestre de 2020, se agudizó en el segundo, a consecuencia del impacto de la crisis del COVID-19, y ha continuado de forma algo menos brusca en el tercer trimestre
Según estos investigadores, “en el futuro más próximo se espera un continuado deterioro del déficit contributivo de la Seguridad Social por tres motivos fundamentalmente: la caída de la actividad (los cotizantes medios en octubre de 2020 son 440.000 menos que un año antes), la extensión de las exenciones de cotizaciones (se ha optado por esta figura para compensar a las empresas y autónomos, en lugar de que el SEPE se hiciera cargo de ellas) y el aumento de gastos contributivos en incapacidad laboral transitoria por los efectos de la crisis sanitaria“.
La evolución del déficit contributivo de la Seguridad Social indica cómo de ancha es la fractura entre lo que el sistema ingresa por cotizaciones sociales (de trabajadores asalariados, autónomos y empresas) y las obligaciones de gasto que tiene que cumplir para pagar las pensiones contributivas. Y con los datos actuales, si solo se utilizaran las cotizaciones, no se podrían pagar las prestaciones, según constata el informe.
En 2021, según recogen los Presupuestos Generales, la Seguridad Social recibirá una transferencia del Estado por importe de 13.929 millones de euros para pagar gastos impropios de este sistema, con lo cual, el Ministerio que comanda el ministro Escrivá podrá exhibir una sustancial reducción del déficit. Pero, sin hacer reformas o sin una fuerte mejoría de los ingresos, el déficit contributivo seguirá dando la voz de alarma sobre la precaria sostenibilidad futura del sistema de pensiones, advierten estos investigadores
Otro indicador que señala los problemas del sistema de pensiones es el dato de deuda de la Seguridad Social. Según las últimas estadísticas del Banco de España, al cierre de octubre, la deuda según el Protocolo de Déficit Excesivo que arrastra el sistema se ha disparado hasta situarse en 77.104 millones de euros, lo que significa un nuevo nivel récord, después de los 74.855 millones de euros que acumulaba en septiembre.
DEUDA SEGÚN EL PROTOCOLO DE DÉFICIT EXCESIVO
Esto significa un aumento de los números rojos de 2.249 millones en un solo mes, y eleva a 22.080 millones la deuda acumulada desde principios de este año, ya que el ejercicio 2019 se cerró con únicamente 55.024 millones de euros, según las cifras publicadas este jueves por el supervisor financiero. El repunte de la deuda de las Administraciones de Seguridad Social se produce fundamentalmente desde el mes de marzo, debido al incremento extraordinario de gastos ocasionados por la crisis sanitaria del COVID-19.
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Fuente: 65ymás