El gasto extra en pensiones al que habrá hacer frente las próximas décadas por la jubilación de la generación del ‘baby boom’ se reduciría un 40% si España lograse rebajar su tasa de paro al nivel que tienen de media sus vecinos europeos. Esto implicaría rebajarla prácticamente a la mitad, puesto que según los últimos datos publicados por Eurostat, la tasa de desempleo nacional se situó en el 12,4% en noviembre frente al mínimo histórico del 6,5% al que despidió de media en la Unión Europea. Esta es una de las conclusiones que se extrae del artículo ‘El gasto en pensiones en España en comparativa europea’, publicado este miércoles por el Banco de España en su Boletín Económico.
El informe constata cómo en 2019 el gasto del sistema de pensiones español estaría por encima de la media simple de la Unión a Veintisiete y sería similar al promedio en relación a su PIB, teniendo en cuenta la enorme disparidad que existe entre países. En el último ejercicio antes de la pandemia de Covid, el tamaño del sistema de pensiones español en relación a su actividad económica estaría por debajo del de Grecia, Italia, Portugal, Francia, Austria y Finlandia, si bien sería similar o superior al del resto de los países que integran la UE.
La información recogida por el Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social (SEEPROS, por su siglas en inglés), constata que el gasto en pensiones en España alcanzó el 12,7% del PIB en 2019, situándose por encima de la media simple de la UE (10,4%). Sin embargo, el gasto en pensiones de los países grandes del sur de Europa fue sustancialmente mayor, dado que en Grecia, Italia y Portugal superó el 15% de la economía ese mismo año. Otros tres países, Francia, Austria y Finlandia, presentaron también un gasto más elevado que el de España, y alcanzaron el 14,7%, el 14,1% y el 13,3% del PIB, respectivamente. También incide en la previsión de escalar varios puestos hasta 2050. Sobre todo, debido al envejecimiento de su población. Además, se desglosan varios factores que explican este gasto y las diferencias de España respecto a otros estados europeos. Por ejemplo, aquí las pensiones se parecen más al salario que perciben los trabajadores, pero el sistema cubre a menos población que en muchos otros países.
La ratio de gasto en pensiones sobre el PIB fue menor en el resto de países. De hecho, el tamaño medio de las prestaciones en Bélgica, Dinamarca, Países Bajos, Alemania y Suecia alcanzó el 12% del PIB, mientras que en los países del este de Europa dicho tamaño se situó, en términos generales, por debajo del 10%. En términos del agregado de la UE (del promedio de la ratio de gasto en pensiones de cada país ponderado por su PIB), el tamaño del sistema de pensiones fue del 12,7% del PIB, un nivel similar al observado en España.
La tasa de empleo y el salario medio, nuestras desventajas
Con los datos hasta 2019, España presenta un menor envejecimiento de la población con respecto a la Unión Europea, una cobertura del sistema de pensiones más baja y una menor participación de los salarios en el PIB. El artículo apunta a que todos estos factores tienden a conducir a un menor gasto en pensiones. Por el contrario, “nuestra tasa de empleo relativamente reducida y una cuantía de las prestaciones en relación con el salario medio comparativamente elevada” impulsan el gasto en pensiones en España respecto al de nuestros socios europeos.
El texto pone en evidencia la notable disparidad de los factores que determinan el gasto en pensiones de cada país. Así, Grecia o Italia, con un gasto más elevado, destacan por la cuantía de las prestaciones en relación con el salario medio, mientras que Francia (tercer país por volumen de gasto) sobresale por la elevada tasa de cobertura de su sistema. Por otra parte, los escenarios demográficos que proyecta Eurostat anticipan un incremento sustancial del envejecimiento de la población en el caso español durante las próximas décadas, ya sea en términos absolutos o en relación a otras economías europeas, lo que supondrá una notable presión al alza en nuestro gasto en pensiones.
El informe incide en que los datos y los resultados de la investigación se ciñen al año anterior al estallido de la pandemia, 2019, y cómo ésta ha generado desde entonces una considerable distorsión en la economía. Así, los cálculos no tienen en cuenta cambios como la reforma de las pensiones aprobada en 2021, como las medidas que incorporará su segunda parte (que se negocia actualmente) o como las disposiciones adicionales contempladas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido por el Gobierno de España a Bruselas. Tampoco contemplan la evolución demográfica y económica que moldeará el tamaño del sistema de pensiones en décadas venideras. Ambos cambios “pueden alterar de manera notable la comparación internacional de los determinantes del gasto en pensiones”, sentencia el artículo.
Los componentes del gasto en pensiones
En 2019, España estaba mejor en este componente demográfico que otros muchos países –como Francia, Italia o Alemania, entre otros–, pero la previsión de los próximos años es que avance mucho en el envejecimiento de la población en España y, con ello, que desbanque a cuatro países en el ranking europeo sobre gasto en pensiones.
En el elemento “tasa de beneficio”, con la que el estudio del Banco de España define la pensión media sobre el salario medio, España es de los países con más similitud entre ambos elementos, solo por detrás de Grecia y de Italia.
Por contra, España destaca por ser uno de los países con menor “tasa de cobertura”, otro de los factores analizados y que mide el acceso a las pensiones, definida como el número de pensionistas sobre la población mayor de 64 años. En este caso, España es el tercer país a la cola, por detrás de Malta y Grecia. La menor cobertura del sistema de pensiones en España (que limita su gasto en pensiones respecto a otros países) se explica sobre todo por la tardía incorporación de las mujeres al mercado de trabajo respecto a otros países y “porque el número de prestaciones de invalidez” también es más pequeño, en concreto un 26% menor que la media de la UE. Para los próximos años, debido al retraso en la edad de jubilación a los 67 años y otros factores, la Comisión Europea “proyecta que la tasa de cobertura del sistema de pensiones español podría caer desde el 1,08 en 2019 al 1,02 en 2050”.
España también destaca, para mal, en tasa de empleo, calculada como el número de empleados sobre la población de entre 16 y 64 años. Esta tasa tan baja en nuestro país explica “que el gasto en pensiones en España sea un 24,2%, un 24,1% y un 5,7% más alto que en Alemania, Países Bajos y Francia, respectivamente”, recogen los investigadores.
Los autores del Banco de España destacan que si en los próximos años la tasa de empleo de la economía española lograra elevarse hasta el nivel de la economía alemana, por ejemplo, lo que implicaría un gran incremento (de 18 puntos porcentuales), “ello permitiría compensar ”el 42,6% de la subida en el gasto en pensiones que se anticipa como consecuencia del ascenso previsto del factor demográfico“.
Por último, España presenta un nivel de participación de los salarios en el PIB que se sitúa en la parte baja de la clasificación de los países de la UE, lo que redundaría en un menor gasto en pensiones en nuestro país. “Dicha participación es un 20,3% más baja que en Alemania o un 6,7 % menor que en Francia”, indican los investigadores.
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Fuente: La Información